Así es como el software podría mantener el posconflicto en Colombia
La creación de productos digitales globales es la única exportación no tradicional que puede crecer rápidamente.
Hernando Barreto - Pulso Social
Para sostener el posconflicto, Colombia debe generar riqueza rápidamente ya que la riqueza basada en el petróleo se desvaneció. La alternativa más promisoria es convertir al país en fuente global de talento digital con el mismo empeño que se inició hace un siglo de posicionarlo como unos de los principales proveedores de café en el mundo.
Uno de los temas más álgidos en los debates sobre el proceso de paz en Colombia es el interrogante sobre cómo financiar el posconflicto con todas las expectativas que se están creando alrededor del proceso de reparación a víctimas, reinserción a la vida social, costos de una justicia transicional, promoción de temas de reconciliación y reconstrucción del tejido social, entre otros temas vitales. Hay muchas aristas para dar respuesta a este tema, pero en última instancia se deberá resolver un problema económico de generación de empleo productivo que soporte el desarrollo económico del país durante esta crucial transición.
Colombia necesitaría generar más de un millón de empleos en los próximos tres años para propiciar un ambiente sostenible e inclusivo en el posconflicto: no solamente para ofrecer empleo a los reinsertados o víctimas directas, sino empleo para la población general. Sin embargo, la desaceleración del crecimiento económico en Colombia, la reducción internacional de los precios de los producto básicos (commodities), la excesiva depreciación del peso y un creciente déficit presupuestal no presentan el panorama más prometedor para un incremento sostenido en generación de empleo para el posconflicto.
Por lo anterior, es inminente aumentar las exportaciones no tradicionales pues como lo menciona el ex ministro de hacienda Guillermo Perry “si las exportaciones no tradicionales no reaccionan pronto, el ajuste se hará vía una contracción muy fuerte de las importaciones y una desaceleración adicional de la actividad económica”. El desarrollo de software y la creación de productos digitales globales son la única exportación no tradicional que puede crecer rápidamente.
Por otro lado, los sectores del gobierno han planteado desde hace un tiempo que en Colombia se necesitarán más de 95.000 personas entrenadas en 2018 para satisfacer la demanda de empleos en las áreas de Tecnología, Informática y Comunicación (TIC) para así sostener el ritmo de transformación e innovación tecnológica que requiere el país. Sin embargo, aún no se han trazado políticas concretas para conectar educación, talento e innovación digital con el posconflicto.
En el exterior, el sector de la tecnología e innovación digital también sigue generando una gran demanda de talento calificado para el desarrollo de software y habilidades conexas con la revolución digital que experimenta el mundo y cabe señalar que, sólo en Estados Unidos, podrían existir más de 500.000 nuevos empleos disponibles en esta área, por lo que grandes líderes de tecnología (Facebook, Google, etc.) están promoviendo reformas migratorias para facilitar la importación de talento desde otras partes del mundo, incluida América Latina. Pero una solución mediante política migratoria no parece viable para Estados Unidos en momentos en que se ha encendido el debate político para restringir la inmigración.
Las mismas tecnologías digitales que están transformando la economía y demandando talento digital ofrecen la alternativa de potenciar el capital humano de América Latina y de Colombia a través de la utilización del talento de desarrollo de software desde la fuente de conocimiento. Y es que a diferencia de otras industrias tradicionales, el conocimiento en desarrollo de software no hace falta movilizarlo físicamente, sino que se puede crear y compartir globalmente gracias a internet.
Algunas organizaciones ya han estado hablando de innovación digital para el posconflito (como la Universidad Nacional) pero con un enfoque extremadamente local buscando cómo se podría reducir la pobreza y mejorar la inclusión social. Este tipo de iniciativas por importantes y loables que sean no van a contribuir significativamente al problema económico, pues en realidad alguien va a tener que pagar por esos programas. El problema es que el gobierno no tiene suficiente presupuesto y el sector privado no tiene suficiente incentivo.
También hay iniciativas que promueven el fortalecimiento para el desarrollo de software pensando en cómo fortalecer la industria nacional en los sectores especializados como la de fortalecimiento regional de Colciencias de acuerdo al plan del MinTIC.
Empresas del sector privado (Globant, Huge, Velocity Partners, Koombea, etc.) han identificado más claramente el verdadero potencial que el talento digital puede representar desde Colombia para la generación de valor y riqueza a través del conocimiento y desarrollo de software. Pero estos casos se quedan cortos pues el mayor valor se queda afuera y eso hace necesario que surjan más empresas con productos globales producidos con talento digital local.
Otras industrias convencionales como la cafetera o la petrolera desde su origen pensaron en el mercado global (exportar) más que en el local para fortalecer y crecer sus industrias de manera significativa, generando riqueza que al final podría generar empleos locales y beneficio social, en lugar de concentrarse en el abastecimiento de café y petróleo para los colombianos.
En contraste, en otros países como Argentina las exportaciones de software ya superan la exportación tradicional de carne. En el caso de Uruguay, un país con solo tres millones y medio de habitantes -similar a la población de Medellín-, las exportaciones de software de US$307 millones en el 2013 superan ampliamente las exportaciones de Colombia de aproximadamente US$139.7 millones.
Resulta entonces difícil justificar cómo entes del gobierno y sectores de la industria de software nacional mantienen una visión que prioriza el fortalecimiento de capacidades en generación de software para el mercado local. Y si de generación de riqueza se trata, la tecnología digital ha demostrado en las últimas dos décadas que es la vía más rápida y efectiva de generar gran riqueza por vías legales, superando incluso la generación de riqueza ilegal del narcotráfico.
Será necesario una política integral apoyada por el gobierno y concertada con el sector privado nacional y extranjero que reúna y ejecute un plan inmediato para Colombia que incluya:
- Política de fortalecimiento del talento digital como factor clave en el post-conflicto.
- Facilitar y financiar formas alternativas de educación y entrenamiento de talento digital.
- Potencializar efecto de la devaluación del peso como factor competitivo para exportar talento.
- Promover la visión global para la exportación del conocimiento desde Colombia.
*Este texto apareció originalmente en Pulso Social. Se reproduce con autorización.
Para sostener el posconflicto, Colombia debe generar riqueza rápidamente ya que la riqueza basada en el petróleo se desvaneció. La alternativa más promisoria es convertir al país en fuente global de talento digital con el mismo empeño que se inició hace un siglo de posicionarlo como unos de los principales proveedores de café en el mundo.
Uno de los temas más álgidos en los debates sobre el proceso de paz en Colombia es el interrogante sobre cómo financiar el posconflicto con todas las expectativas que se están creando alrededor del proceso de reparación a víctimas, reinserción a la vida social, costos de una justicia transicional, promoción de temas de reconciliación y reconstrucción del tejido social, entre otros temas vitales. Hay muchas aristas para dar respuesta a este tema, pero en última instancia se deberá resolver un problema económico de generación de empleo productivo que soporte el desarrollo económico del país durante esta crucial transición.
Colombia necesitaría generar más de un millón de empleos en los próximos tres años para propiciar un ambiente sostenible e inclusivo en el posconflicto: no solamente para ofrecer empleo a los reinsertados o víctimas directas, sino empleo para la población general. Sin embargo, la desaceleración del crecimiento económico en Colombia, la reducción internacional de los precios de los producto básicos (commodities), la excesiva depreciación del peso y un creciente déficit presupuestal no presentan el panorama más prometedor para un incremento sostenido en generación de empleo para el posconflicto.
Por lo anterior, es inminente aumentar las exportaciones no tradicionales pues como lo menciona el ex ministro de hacienda Guillermo Perry “si las exportaciones no tradicionales no reaccionan pronto, el ajuste se hará vía una contracción muy fuerte de las importaciones y una desaceleración adicional de la actividad económica”. El desarrollo de software y la creación de productos digitales globales son la única exportación no tradicional que puede crecer rápidamente.
Por otro lado, los sectores del gobierno han planteado desde hace un tiempo que en Colombia se necesitarán más de 95.000 personas entrenadas en 2018 para satisfacer la demanda de empleos en las áreas de Tecnología, Informática y Comunicación (TIC) para así sostener el ritmo de transformación e innovación tecnológica que requiere el país. Sin embargo, aún no se han trazado políticas concretas para conectar educación, talento e innovación digital con el posconflicto.
En el exterior, el sector de la tecnología e innovación digital también sigue generando una gran demanda de talento calificado para el desarrollo de software y habilidades conexas con la revolución digital que experimenta el mundo y cabe señalar que, sólo en Estados Unidos, podrían existir más de 500.000 nuevos empleos disponibles en esta área, por lo que grandes líderes de tecnología (Facebook, Google, etc.) están promoviendo reformas migratorias para facilitar la importación de talento desde otras partes del mundo, incluida América Latina. Pero una solución mediante política migratoria no parece viable para Estados Unidos en momentos en que se ha encendido el debate político para restringir la inmigración.
Las mismas tecnologías digitales que están transformando la economía y demandando talento digital ofrecen la alternativa de potenciar el capital humano de América Latina y de Colombia a través de la utilización del talento de desarrollo de software desde la fuente de conocimiento. Y es que a diferencia de otras industrias tradicionales, el conocimiento en desarrollo de software no hace falta movilizarlo físicamente, sino que se puede crear y compartir globalmente gracias a internet.
Algunas organizaciones ya han estado hablando de innovación digital para el posconflito (como la Universidad Nacional) pero con un enfoque extremadamente local buscando cómo se podría reducir la pobreza y mejorar la inclusión social. Este tipo de iniciativas por importantes y loables que sean no van a contribuir significativamente al problema económico, pues en realidad alguien va a tener que pagar por esos programas. El problema es que el gobierno no tiene suficiente presupuesto y el sector privado no tiene suficiente incentivo.
También hay iniciativas que promueven el fortalecimiento para el desarrollo de software pensando en cómo fortalecer la industria nacional en los sectores especializados como la de fortalecimiento regional de Colciencias de acuerdo al plan del MinTIC.
Empresas del sector privado (Globant, Huge, Velocity Partners, Koombea, etc.) han identificado más claramente el verdadero potencial que el talento digital puede representar desde Colombia para la generación de valor y riqueza a través del conocimiento y desarrollo de software. Pero estos casos se quedan cortos pues el mayor valor se queda afuera y eso hace necesario que surjan más empresas con productos globales producidos con talento digital local.
Otras industrias convencionales como la cafetera o la petrolera desde su origen pensaron en el mercado global (exportar) más que en el local para fortalecer y crecer sus industrias de manera significativa, generando riqueza que al final podría generar empleos locales y beneficio social, en lugar de concentrarse en el abastecimiento de café y petróleo para los colombianos.
En contraste, en otros países como Argentina las exportaciones de software ya superan la exportación tradicional de carne. En el caso de Uruguay, un país con solo tres millones y medio de habitantes -similar a la población de Medellín-, las exportaciones de software de US$307 millones en el 2013 superan ampliamente las exportaciones de Colombia de aproximadamente US$139.7 millones.
Resulta entonces difícil justificar cómo entes del gobierno y sectores de la industria de software nacional mantienen una visión que prioriza el fortalecimiento de capacidades en generación de software para el mercado local. Y si de generación de riqueza se trata, la tecnología digital ha demostrado en las últimas dos décadas que es la vía más rápida y efectiva de generar gran riqueza por vías legales, superando incluso la generación de riqueza ilegal del narcotráfico.
Será necesario una política integral apoyada por el gobierno y concertada con el sector privado nacional y extranjero que reúna y ejecute un plan inmediato para Colombia que incluya:
- Política de fortalecimiento del talento digital como factor clave en el post-conflicto.
- Facilitar y financiar formas alternativas de educación y entrenamiento de talento digital.
- Potencializar efecto de la devaluación del peso como factor competitivo para exportar talento.
- Promover la visión global para la exportación del conocimiento desde Colombia.
*Este texto apareció originalmente en Pulso Social. Se reproduce con autorización.