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El hogar, más que lugar de mera reclusión o vivienda, es un símbolo de refugio del mundo exterior. Es el lugar en donde el hombre puede ser quien realmente es, es donde tiene libertad. Cuando el hombre pierde su hogar, también pierde parte de su identidad. “Attack on Titan” (“Shingeki no Kyojin”) se ha dado a la tarea de explorar esta faceta del humano. Desde 2013, esta serie de anime ha sido una redefinición del gore y de la temática del apocalipsis al servicio de la exploración de nuestra propia humanidad. Las gráficas son bruscas, las reacciones de los personajes viscerales y pareciera que los cuerpos tuvieran más sangre que agua. La serie está invitando a no verla.
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No obstante, su éxito ha sido rotundo desde su aparición. En cuanto al manga, ese año se nombró al manga de “Attack on Titan” como el octavo mejor para lectores masculinos. Este manga fue el segundo en mayores ventas de 2013 y el más leído de 2014, y desde ese momento, siempre ha estado en los primeros lugares como uno de los mangas más leídos de Japón. Incluso, un periódico japonés de circulación nacional afirmó que “Attack on Titan” era un éxito que se veía sólo una vez cada década.
Fuera de Japón, seis de los siete volúmenes del manga publicados en Estados Unidos fueron best-sellers. El “Young Adult Library Services Association” nombró la serie como una de sus “Mejores Novelas Gráficas para Adolescentes” y, en 2015, fue el único manga nominado para el premio Goodreads a mejor Novela Gráfica/Comic.
Respecto a la serie televisiva de anime, ésta fue la número uno de la televisión japonesa en 2013 y es la octava serie más vista de la década de 2010 en adelante. Fuera de Japón, ha tenido éxito en China, Taiwán y Corea del Sur. Además de lo anterior, en 2014 fue la serie más vista en streaming desde “Funanimation” y, desde entonces, ha sido de las más vistas en esta plataforma online. Este éxito le ha valido varios premios: en 2013 ganó mejor director, mejor guion, mejor banda sonora, mejor personaje femenino y título del año en los “Premios de Anime Newtype”. Ese mismo año ganó el reconocimiento como la mejor animación del año en los “Premios Animation Kobe” y en 2014 ganó el mismo premio en los “Premios Tokyo Anime”.
Si se observan las escenas de “Attack on Titan” aisladamente, muchos no entenderían el éxito de esta serie. Estas personas verían una sociedad viviendo en un mundo alterno y apocalíptico con arquitectura medieval. Verían que estos personajes se encierran por voluntad propia alzando murallas de tres metros alrededor de las ciudades. Verían titanes caníbales y a uno de ellos comiéndose a la madre del protagonista. Verían orgías de sangre empapando las pantallas de sus televisores. Verían desolación tras desolación.
En efecto, no es esto lo que hace de “Attack on Titan” el éxito que es. En su lugar, es el corazón de sus personajes lo que hace de esta serie algo mucho más que sangre. Los protagonistas de “Attack on Titan” se encierran en su hogar fuera del alcance de los titanes. Así, pueden ser libres en términos espirituales, aunque se encuentren entre muros de tres metros de altura. Sin embargo, llega un momento en que el mundo exterior toca la puerta y, sin importar que tan cruel pueda llegar a ser, el hombre debe enfrentarse a él. En el caso de “Attack on Titan”, este enfrentamiento se ve reflejado en la lucha entre humanos y titanes, enfrentamiento que se ve realzado por las rudas gráficas de la serie.
Y entre espadas, dientes y muerte, en el centro permanece la tristeza, la ira y el amor que los protagonistas desarrollan en un mundo que los obliga a sacar lo peor y mejor de sí mismos. Los personajes de “Attack on Titan” deben lidiar con la pérdida de un pasado romántico, con la angustia de la inminencia de la muerte, con el amor hacia otros humanos que podrían ser devorados al día siguiente, con la tristeza de verlos entre los dientes de los titanes y, más allá de esta miríada de sentimientos, también deben lidiar con una certidumbre que poco a poco se ha ido asentando a lo largo de los capítulos: Tal vez… sólo tal vez, el verdadero enemigo sea el humano mismo.
Una serie con tanta carga emocional tiene potencial para mantener la atención del espectador mediante giros de trama. En efecto, este ha sido uno de los fuertes de la serie desde sus inicios. Primero, se presentan a los titanes como enemigos de la humanidad; luego, se descubre que algunos humanos pueden convertirse en titanes y defender a los humanos de esta amenaza. Primero, se dice que el punto débil de los titanes es la nuca, por lo que los humanos usan un equipo aerodinámico especial que les permite apuntar, ascender y cortar a los titanes; luego, se muestran titanes acorazados a los que es imposible cortar. Primero, se dice que los titanes no tienen ningún tipo de inteligencia; luego, se descubren titanes que hablan o que atienden a la llamada de un titán “coordinador”.
A lo largo de dos temporadas de televisión y 21 novelas gráficas, “Attack on Titan” ha llevado a sus lectores y espectadores a sufrir una montaña rusa de emociones: Del miedo al asco, del asco al alivio, del alivio a la tristeza, de la tristeza a la felicidad y de la felicidad a la sorpresa. Ahora, esta serie promete volver aun con más fuerza el próximo 22 de julio. Para prepararse, podría recomendarles ver la primera y segunda temporada, o recomendarles que leyeran el manga; pero para esta ocasión, les recomendaré ser parte de la historia por medio de un videojuego.
“Attack on Titan 2”, conocido como “A.O.T. 2”, es un videojuego de acción hack and slash lanzado al mercado este año para PC, PS4 y Xbox. En lugar de que el jugador sea Eren, Mikasa, Historia, Levi o cualquier otro personaje de la saga, el videojuego lo invita a crear su propio avatar y desarrollar su propia aventura. De esta manera, si bien sigue los pasos de los personajes principales a través de los sucesos ocurridos en la primera y segunda temporada, el jugador lo hace como un tercero independiente que forja su propio destino. Esta independencia es la que marca la pauta para que el jugador pueda desarrollar amistades con Eren, Mikasa y los demás. Encontrar objetos de valor, ayudarles con ciertos encargos o responder de cierta forma en conversaciones le posibilita al jugador adquirir habilidades. Estas habilidades, a su vez, son las que debe usar para derrotar titanes.
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Fiel a la serie, el videojuego está dividido en misiones. A lo largo de estas misiones, el jugador debe ayudar a compañeros en apuros, salvar ciudades y construir fuertes estratégicos en los cuales se pueda guardar objetos importantes. Asimismo, al igual que en la serie, las misiones esconden giros que obligan al jugador a adaptarse y crear nuevas estrategias en el curso de la misión. En cuanto al gameplay, el jugador debe manejar los ganchos con los que se ayuda para anclarse a algún titán, árbol o estructura; luego, debe apuntar y finalmente oprimir el mando en el momento justo para cortar las nucas de los titanes. Finalmente, estos cortes resultan en un oscuro baño de sangre, propio de un anime como “Attack on Titan”, caracterizado por sus bruscas y oscuras gráficas.
En suma, el videojuego invita al jugador a prepararse para una nueva carga emocional. Invita a sentir en carne propia la desolación de la pérdida del hogar, de la pérdida de los seres queridos y de la incertidumbre del mañana. Prepara al jugador para tener un límite de vidas por las cuales preocuparse, lo prepara para no sentir compasión, para no tener corazón. Lo prepara para sacrificar una vida para salvar otra. Lo prepara para no perder la fe en la humanidad, por muy inhumana que sea y a sentir que no ha perdido hasta que no haya dejado de pelear. Lo prepara para sacar el ángel/demonio de la venganza que lleva dentro….No esperaba menos de un producto basado en “Attack on Titan”.