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De acuerdo con un estudio de la Secretaría de Planeación de Bogotá, que compara cifras entre 2011 y 2014, la existencia de computador y el acceso a internet en las localidades de estratos altos de la ciudad es 70%, mientras que en las de estratos bajos esta cifra no llega a 50%.
Según Andrés Ortiz Gómez, secretario de Planeación distrital, “en términos generales, localidades de altos ingresos como Usaquén, Chapinero y Teusaquillo superan el 70% la tenencia de computador y conexión a internet, mientras que en localidades de bajos ingresos como Ciudad Bolívar, Usme, San Cristóbal y Santa Fe no alcanzan el 50%”. Los datos registrados Bogotá no son un asunto local exclusivamente, sino una tendencia global.
La mayor promesa de internet es el acceso global, irrestricto e instantáneo a la información. Una meta que, sin embargo, sigue siendo irrealizable, al menos en toda su extensión. Según el Banco Mundial (BM), en apenas una década, se ha triplicado el número de personas que tienen acceso a la red, pero aún 60% de la población mundial no tiene conexión a la web.
La única brecha no consiste sólo en el número de individuos que acceden a la red, sino también en quién lo hace. De acuerdo con la alianza para una internet asequible (A4AI), nueve de cada 10 personas en los países en desarrollo continúan desconectados, la mayoría de éstas mujeres.
Si bien los líderes mundiales se comprometieron a universalizar el acceso a un servicio asequible de internet para 2020, al ritmo que va hoy el asunto esta meta se cumplirá, pero con más de 20 años de retraso, en 2042.
Las Naciones Unidas han fijado un estándar de internet asequible como el servicio de conexión con 500MB que cueste 5%, o menos, de los ingresos mensuales de una persona. Más de 110 países han cumplido la meta, aunque sólo nueve lo han hecho para el 20% de su población que menos gana y ninguno lo ha hecho para las personas que viven en la pobreza.
¿Qué quiere decir esto? Que si bien el acceso de internet continúa creciendo a nivel mundial, este crecimiento de cobertura está generando una nueva brecha de desconexión, paradójicamente: quienes acceden a la red son quienes tiene más dinero.
“Que 40% de la población mundial esté conectada a internet es una transformación asombrosa. Pero, mientras estos logros deben ser celebrados, también es una ocasión para tener cuidado de no crear una nueva clase de personas menos privilegiadas. Con un 20% global de personas que no saben leer o escribir, es poco probable que sólo la expansión de tecnologías digitales cierre la brecha global de conocimiento”, en palabras de Kaushik Basu, economista en jefe del Banco Mundial.
“Hay 6.000 millones de personas que no tienen acceso a internet de banda ancha de alta velocidad, de las cuales casi 4.000 millones carecen de acceso a cualquier tipo de conexión de internet y casi 2.000 millones no tienen un teléfono móvil”, dice un informe del BM
La brecha de acceso en Bogotá también se registra en telefonía móvil, quizá la forma de más rápido crecimiento para el acceso a internet. Según el informe de la Secretaría de Planeación, la adquisición de este servicio creció en general, pero lo hizo más en las localidades que concentran población con mejor capacidad de pago.
La telefonía fija, en cambio, registró bajas en todas las localidades y de 8,4 puntos porcentuales en las de más bajos ingresos, frente a los 11,4 puntos que bajó en las de más altos ingresos.
Ortiz Gómez dijo que “el Plan Distrital de Desarrollo en su apuesta busca el fortalecimiento de la infraestructura TIC en la capital, a lograr ciudadanos más digitales a partir de la implementación de estrategias de apropiación de las TIC”.
El Plan contempla un crecimiento de 15% en el índice de penetración de internet en la ciudad, así como mejorar en 5% los indicadores básicos de tenencia y uso de TIC en la ciudad.