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Las empresas chinas que usan reconocimiento facial deberán obtener el consentimiento o una autorización legal antes de recolectar informaciones personales, según un proyecto de ley publicado el martes en el gigante asiático.
China es uno de los países del mundo con más cámaras de vigilancia. Los modelos más potentes incluyen un sistema de reconocimiento facial que busca facilitar el trabajo de las fuerzas de seguridad.
El uso de esta tecnología para identificar a personas es cada vez más común en algunos lugares privados, como en las entradas de residencias, de empresas o de hoteles. También está en auge el pago por reconocimiento facial.
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El proyecto de ley estipula sin embargo que el reconocimiento facial sólo debe ser usado “en caso de estricta necesidad” y que es necesario priorizar otras herramientas para verificar las identidades de las personas.
Recurrir a esta tecnología para recopilar “informaciones sobre el rostro necesitará un consentimiento individual o escrito, conforme a la ley”, añade el texto.
“Ninguna organización o individuo debe usar el reconocimiento facial con el objetivo de analizar la pertenencia étnica o religiosa (...) salvo para el mantenimiento de la seguridad nacional”, precisa el proyecto, abierto a consultas públicas hasta el 7 de septiembre.
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El Tesoro de Estados Unidos ha puesto a varias empresas chinas en su lista negra, tras acusarlas de desarrollar tecnologías específicas para identificar a miembros de la etnia uigur en China, en un contexto de represión en la región de Xinjiang (noroeste).
En la lista figura SenseTime, una empresa que crea aplicaciones de reconocimiento facial y de imagen que sirven entre otros a vigilar multitudes.
China tiene numerosas empresas emergentes en el sector.
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