Cloud Gaming: ¿De qué se trata esta nueva manera de jugar?
Hay quienes sostienen que el juego en la nube o Cloud Gaming será una realidad más pronto que tarde y junto a ello cambiará todo el panorama de la industria tanto para fabricantes como usuarios.
Para nadie es un secreto que la industria de los videojuegos dio sus primeros pasos de la mano de los arcades o salones de juego. Poco tiempo después, la popularización de las videoconsolas caseras, le permitió a las personas no salir de su casa y hasta invitar amigos a compartir una tarde de juegos.
Luego, los sistemas de juego portátiles hicieron su aparición como una manera de llevar los videojuegos en la comodidad del bolsillo. Más recientemente, los llamados PC’s gamers se tomaron la escena mundial y hoy ofrecen una alternativa real a quienes no son amantes de las consolas.
El juego en la nube o Cloud Gaming es una forma de jugar en línea, con la posibilidad de transmisión en vivo. El título que se ejecuta se almacena en el servidor de la compañía dueña de la entrega y el gamer se conecta a través de internet, sin la necesidad de descargar o comprar el contenido.
Esto puede solucionar algunas dificultades heredadas de los videojuegos en consola, como tener que comprar en formato físico para poder jugar u ocupar almacenamiento interno de la consola o computador para tener una copia digital. Sin embargo, el Cloud Gaming es mucho más que eso.
Orígenes del Cloud Gaming
El juego en la nube deja en un segundo plano la necesidad de contar con una consola, e incluso permite que las características técnicas de un PC ya no sean un aspecto fundamental para poder disfrutar de videojuegos del tamaño y exigencia de Grand Theft Auto V o EA Sports FC 24. Los movimientos registrados en el mando se envían inalámbricamente hacia el servidor en funcionamiento.
Aunque muchos creen que más pronto que tarde, la velocidad de respuesta de los controles y el juego a las acciones del jugador van a ser la de una consola, es un tema que aún suscita trabajo e investigación. Así mismo, si con el Cloud Gaming no se depende de un hardware, sí de la conexión a internet y por más que en países desarrollados sea casi un servicio público en otros lugares no es así.
Desde el año 2000 que esta idea lleva rondando la cabeza de los grandes genios de la industria, pero no fue hasta 2010 que G-Cluster, una empresa de origen francés, lanzó el primer servicio comercial. OnLive, Gakai, Cyber AI Entertainment, Nvidia Geforce Now y Stadia siguieron este ejemplo, pero si hay que hablar de una marca registrada que ha querido incursionar en este, esa es Xbox.
Xbox Cloud Gaming
La versión beta (de prueba) de este servicio se lanzó en 2019, pero fue un año más tarde que estuvo disponible en su versión final para todos los suscriptores de Xbox Game Pass. El funcionamiento se da gracias a 54 centros de computación en 140 países distintos que permiten la ejecución de juegos. Entre esos títulos destacan Microsoft Flight Simulator, Fortnite y otras entregas incluidas en la membresía.
Este servicio es compatible con celulares, mandos de Xbox One, Xbox Series X|S y hasta PlayStation 4. La intención de Xbox es que la experiencia de juego de sus títulos no este supeditada a una consola, sea la suya o la de la competencia. Para comenzar a jugar en la nube con Microsoft, solo hace falta tener una suscripción activa a Xbox Game Pass y contar con conexión a internet estable.
Según Xbox Cloud Gaming, no importa si las personas juegan en una tablet, computador, celular, consola o cualquier otro dispositivo con acceso a la red, siempre y cuando lo hagan con su servicio de juego en la nube y de biblioteca de videojuegos. La importancia que le ha dado la multinacional a este lado del negocio hace pensar que ya no lo trasnocha el hecho de que Sony venda tantas PlayStation.
La propiedad en el Cloud Gaming
A finales de 2022, Xbox Cloud Gaming contaba con 20 millones de usuarios y a pesar de que no es el único servicio de este estilo, hay todavía dudas sobre cuanto poder tienen los gamers sobre lo que juegan y como lo juegan. Una de esas inquietudes es ¿a quién o a qué le pertenece el juego en pantalla? Está claro que el dispositivo es propiedad privada, pero el contenido nunca fue comprado.
Tal como ocurre con Netflix, sus clientes pagan por acceso a su biblioteca de películas, pero no por las películas. Los usuarios de Spotify desembolsan un monto cada mes por tener acceso a la música de los artistas, pero no por la música. No es como pagar un monto preestablecido por un producto, por ejemplo, un disco de El padrino, o acercarse a una tienda de música a comprar un álbum.
Lo mismo pasa con el juego en la nube, porque el precio que paga un jugador es por acceder a ese servicio, no por ser dueño de los medios que lo hacen posible. Similar a los servicios por suscripción de las consolas. En el momento que el propietario del contenido quiera eliminar un serie, una canción o un juego, es más evidente que no se poseen los títulos, sino que se paga por un permiso para usarlos.
Conclusiones del Cloud Gaming
Dentro de esta nueva tecnología, que no ha llegado a una edad de madurez para poder considerarla una alternativa masificada, también se encuentran las entregas de realidad virtual (VR). Sony es de las empresas que más se ha esforzado por diseñar accesorios para este tipo de experiencia, pero su bajo catalogo y alto precio lo convierten todavía en un futuro demasiado lejano, al menos para la mayoría.
Lo que sí es cierto es que la consolidación del juego en la nube o incluso su explosión en términos comerciales puede significar un cambio de panorama, no solo para los individuos que disfrutan de jugar en consola, PC o celular, sino también para todo el ecosistemas empresarial del mercado. Tal vez ya no sea importante de aquí a 10 años contar cuantas consolas vendió Nintendo.
Ahora solo le queda al tiempo decidir si las consolas o los PC’s completamente dedicados al gaming tienen presente, pero no futuro. Lo que ocurra y las decisiones que se tomen de aquí en adelante también pueden cambiar la forma de ver el juego. Se pasará de aquellos gamers que gastaban todos sus ahorros en una consola; a unos que con pagar una mensualidad puedan tener el mundo a sus pies.
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Para nadie es un secreto que la industria de los videojuegos dio sus primeros pasos de la mano de los arcades o salones de juego. Poco tiempo después, la popularización de las videoconsolas caseras, le permitió a las personas no salir de su casa y hasta invitar amigos a compartir una tarde de juegos.
Luego, los sistemas de juego portátiles hicieron su aparición como una manera de llevar los videojuegos en la comodidad del bolsillo. Más recientemente, los llamados PC’s gamers se tomaron la escena mundial y hoy ofrecen una alternativa real a quienes no son amantes de las consolas.
El juego en la nube o Cloud Gaming es una forma de jugar en línea, con la posibilidad de transmisión en vivo. El título que se ejecuta se almacena en el servidor de la compañía dueña de la entrega y el gamer se conecta a través de internet, sin la necesidad de descargar o comprar el contenido.
Esto puede solucionar algunas dificultades heredadas de los videojuegos en consola, como tener que comprar en formato físico para poder jugar u ocupar almacenamiento interno de la consola o computador para tener una copia digital. Sin embargo, el Cloud Gaming es mucho más que eso.
Orígenes del Cloud Gaming
El juego en la nube deja en un segundo plano la necesidad de contar con una consola, e incluso permite que las características técnicas de un PC ya no sean un aspecto fundamental para poder disfrutar de videojuegos del tamaño y exigencia de Grand Theft Auto V o EA Sports FC 24. Los movimientos registrados en el mando se envían inalámbricamente hacia el servidor en funcionamiento.
Aunque muchos creen que más pronto que tarde, la velocidad de respuesta de los controles y el juego a las acciones del jugador van a ser la de una consola, es un tema que aún suscita trabajo e investigación. Así mismo, si con el Cloud Gaming no se depende de un hardware, sí de la conexión a internet y por más que en países desarrollados sea casi un servicio público en otros lugares no es así.
Desde el año 2000 que esta idea lleva rondando la cabeza de los grandes genios de la industria, pero no fue hasta 2010 que G-Cluster, una empresa de origen francés, lanzó el primer servicio comercial. OnLive, Gakai, Cyber AI Entertainment, Nvidia Geforce Now y Stadia siguieron este ejemplo, pero si hay que hablar de una marca registrada que ha querido incursionar en este, esa es Xbox.
Xbox Cloud Gaming
La versión beta (de prueba) de este servicio se lanzó en 2019, pero fue un año más tarde que estuvo disponible en su versión final para todos los suscriptores de Xbox Game Pass. El funcionamiento se da gracias a 54 centros de computación en 140 países distintos que permiten la ejecución de juegos. Entre esos títulos destacan Microsoft Flight Simulator, Fortnite y otras entregas incluidas en la membresía.
Este servicio es compatible con celulares, mandos de Xbox One, Xbox Series X|S y hasta PlayStation 4. La intención de Xbox es que la experiencia de juego de sus títulos no este supeditada a una consola, sea la suya o la de la competencia. Para comenzar a jugar en la nube con Microsoft, solo hace falta tener una suscripción activa a Xbox Game Pass y contar con conexión a internet estable.
Según Xbox Cloud Gaming, no importa si las personas juegan en una tablet, computador, celular, consola o cualquier otro dispositivo con acceso a la red, siempre y cuando lo hagan con su servicio de juego en la nube y de biblioteca de videojuegos. La importancia que le ha dado la multinacional a este lado del negocio hace pensar que ya no lo trasnocha el hecho de que Sony venda tantas PlayStation.
La propiedad en el Cloud Gaming
A finales de 2022, Xbox Cloud Gaming contaba con 20 millones de usuarios y a pesar de que no es el único servicio de este estilo, hay todavía dudas sobre cuanto poder tienen los gamers sobre lo que juegan y como lo juegan. Una de esas inquietudes es ¿a quién o a qué le pertenece el juego en pantalla? Está claro que el dispositivo es propiedad privada, pero el contenido nunca fue comprado.
Tal como ocurre con Netflix, sus clientes pagan por acceso a su biblioteca de películas, pero no por las películas. Los usuarios de Spotify desembolsan un monto cada mes por tener acceso a la música de los artistas, pero no por la música. No es como pagar un monto preestablecido por un producto, por ejemplo, un disco de El padrino, o acercarse a una tienda de música a comprar un álbum.
Lo mismo pasa con el juego en la nube, porque el precio que paga un jugador es por acceder a ese servicio, no por ser dueño de los medios que lo hacen posible. Similar a los servicios por suscripción de las consolas. En el momento que el propietario del contenido quiera eliminar un serie, una canción o un juego, es más evidente que no se poseen los títulos, sino que se paga por un permiso para usarlos.
Conclusiones del Cloud Gaming
Dentro de esta nueva tecnología, que no ha llegado a una edad de madurez para poder considerarla una alternativa masificada, también se encuentran las entregas de realidad virtual (VR). Sony es de las empresas que más se ha esforzado por diseñar accesorios para este tipo de experiencia, pero su bajo catalogo y alto precio lo convierten todavía en un futuro demasiado lejano, al menos para la mayoría.
Lo que sí es cierto es que la consolidación del juego en la nube o incluso su explosión en términos comerciales puede significar un cambio de panorama, no solo para los individuos que disfrutan de jugar en consola, PC o celular, sino también para todo el ecosistemas empresarial del mercado. Tal vez ya no sea importante de aquí a 10 años contar cuantas consolas vendió Nintendo.
Ahora solo le queda al tiempo decidir si las consolas o los PC’s completamente dedicados al gaming tienen presente, pero no futuro. Lo que ocurra y las decisiones que se tomen de aquí en adelante también pueden cambiar la forma de ver el juego. Se pasará de aquellos gamers que gastaban todos sus ahorros en una consola; a unos que con pagar una mensualidad puedan tener el mundo a sus pies.
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