Los drones de competencia se diferencian de los convencionales al disponer de una agilidad que les permite maniobrar en el circuito. / Cristian Garavito
De niño, Ángel Plazas siempre tuvo la curiosidad de saber cómo funcionan las cosas. Eso lo llevó a que desarmara los juguetes que le regalaban sus papás con el fin de conocer sus componentes. Desde esa época no han pasado muchos años, hoy es un adolescente y sigue haciendo algo similar: dedica largas jornadas de su tiempo a construir robots con los que participa en torneos de fútbol y carreras.
“Para desarrollar mis robots, mis papás me ayudaron con cerca de $900.000, $500.000 para la máquina futbolística y...
Por Diego Ojeda / @diegoojeda95.
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