Colombia, respetado competidor mundial en torneos de robots
Junto con México, el país ha sido de los pocos en América Latina que han podido pararse en el podio del campeonato mundial de robótica que se realiza en Japón. Por si fuera poco, tiene uno de los eventos más importantes del mundo en esa especialidad.
Diego Ojeda / @diegoojeda95.
De niño, Ángel Plazas siempre tuvo la curiosidad de saber cómo funcionan las cosas. Eso lo llevó a que desarmara los juguetes que le regalaban sus papás con el fin de conocer sus componentes. Desde esa época no han pasado muchos años, hoy es un adolescente y sigue haciendo algo similar: dedica largas jornadas de su tiempo a construir robots con los que participa en torneos de fútbol y carreras.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
De niño, Ángel Plazas siempre tuvo la curiosidad de saber cómo funcionan las cosas. Eso lo llevó a que desarmara los juguetes que le regalaban sus papás con el fin de conocer sus componentes. Desde esa época no han pasado muchos años, hoy es un adolescente y sigue haciendo algo similar: dedica largas jornadas de su tiempo a construir robots con los que participa en torneos de fútbol y carreras.
“Para desarrollar mis robots, mis papás me ayudaron con cerca de $900.000, $500.000 para la máquina futbolística y aproximadamente $400.000 para la velocista. Recibo ese apoyo económico porque ellos saben que la robótica es el futuro del mundo y se sienten orgullosos de tener un hijo que quiere estudiar mecatrónica”, dijo Plazas a El Espectador.
Le puede interesar: La robótica del futuro en Colombia
Construir un robot no es algo que se pueda hacer exclusivamente con grandes cantidades de dinero, pues hay quienes se las ingenian para emplear materiales económicos como cajas de cartón y llantas recicladas de juguetes.
Estas son algunas de las historias que se encuentran en Runibot, uno de los eventos de robótica más grandes del mundo, que surgió en Bogotá y que en su sexta edición —realizada el miércoles, jueves y viernes pasados— concentró a 1.500 robotistas que llegaron de diversas partes del mundo como México, Argentina, Perú, Panamá y uno de los máximos exponentes en esta materia, Japón.
Colombia se consolida como un rival respetado a lo largo y ancho de los cinco continentes. Según Ricardo Cervantes, representante legal de Runibot, el país, junto con México, ha sido el único de la región que ha llegado a ocupar un puesto en el podio del campeonato mundial de robótica que se realiza en Japón.
Runibot comenzó como un proyecto de la Universidad El Bosque que pronto consiguió alianzas con otras cinco instituciones educativas, dentro de las cuales se encuentra la Uniminuto, la Cooperativa y la Católica.
En esta edición se realizaron campeonatos de ocho categorías, entre las que destaca el Robot Sumo Autónomo (máquinas que sin ser controladas empujan a su oponente para sacarlo de la arena de juego; donde Colombia le ganó por primera vez a Japón, el pasado jueves, en la subcategoría de 3 kilogramos); Fútbol Robot (competencia de fútbol en la que cada equipo está compuesto por tres robots) y Robot Batalla (un duelo entre dos máquinas que buscan destruirse entre sí).
Le sugerimos leer: Robot sumo, los otros colombianos mundialistas
El campeonato de Drone Racing, por su parte, consiste en que una serie de drones, a control remoto, atraviesen un circuito, de 3,5 kilómetros, delimitado con banderines, gates y conos. Según Juan Pablo Alfaro, estudiante de la Universidad Central y piloto de esta competencia, los concursantes deben pasar por unas rondas de eliminación en las que salen victoriosos los que completan el circuito en el menor tiempo posible.
La primera ronda, que comprende tres vueltas al circuito, sirve para seleccionar las tres cabezas de grupo. En esta competencia había 12 concursantes, así que su distribución terminó por conformar agrupaciones de cuatro personas.
“El primero que complete las tres vueltas se lleva dos puntos, el segundo uno, y el tercero cero”, explica. La distribución de los participantes en cada una de las agrupaciones se hace de manera aleatoria mediante un programa informático.
En esta competencia no hay juez, pues quienes dicen si alguien hace algo contrario a las reglas, como saltarse un obstáculo, son los mismos concursantes. Mientras uno de estos tres grupos se encuentra atravesando el circuito, sus respectivos rivales están detrás vigilando si hace trampa. Finalmente, los ganadores de cada uno de estos grupos compiten en una última ronda para definir el primer, segundo y tercer lugar. Una de estas competencias, según Alfaro, puede durar hasta ocho horas.
Los número uno de esta categoría fueron representantes de la Escuela de Comunicaciones Militares.
Cervantes asegura que estos drones no son como los que habitualmente se acostumbra a ver en las tiendas de tecnología, ya que estos últimos están pensados para producciones fílmicas, no para competencias de velocidad, por lo que las máquinas que compiten en estos torneos están configuradas para realizar movimientos bruscos, entre otras hazañas de agilidad.
Le puede interesar: La era de los robots en las universidades colombianas
Los ganadores de Runibot, además de medallas y trofeos, obtienen otros reconocimientos como dinero en efectivo ($3’000.000 para los primeros lugares y, $1’500.000 para los segundos) además de acreditaciones y hospedaje para competir en otros torneos de Rumania y Japón.
Escenarios como estos son descritos por los participantes como divertidas oportunidades para crecer profesionalmente. En diálogo con El Espectador, Sergio Ángel, competidor de la categoría Mini Sumo de la Universidad Cooperativa, aseguró que, a futuro, su participación en Runibot pesará en su hoja de vida al aplicar a vacantes laborales relacionadas con robótica y programación.
“Esto me ha abierto puertas, porque aquí uno puede relacionarse con gente que viene de diferentes partes del mundo, ingenieros que lo invitan a uno a otras competencias, personas que ven el trabajo de uno y así se construyen relaciones”, precisa.
Las relaciones a las que hace referencia Ángel se pueden dar con concursantes internacionales como Fushimi Matsunaga, japonés que viajó a Colombia para competir en la categoría Robot Sumo. Este asiático siente que el país ha hecho bien su trabajo en robótica, ya que ve a los colombianos como competidores difíciles.
No obstante, hay otras cosas en las que se debe seguir trabajando, como la participación femenina. En la visita que hizo El Espectador al evento se vio una presencia mayoritariamente masculina, justo en la jornada de celebración del Día Mundial de las Niñas en las TIC. Es necesario aclarar que el evento es abierto para que cualquier persona pueda participar.
El Espectador tuvo conocimiento de que Runibot, al cumplir su séptima edición el próximo año, contempla hacer una pausa para definir la evolución que tomará el evento. Según Holman Ariza, docente de ingeniería de la Universidad El Bosque, quien ha contribuido significativamente en el desarrollo de estas jornadas, asegura que parte de las futuras hazañas que se verán serán máquinas pensadas en el aprovechamiento de energías renovables.
Ante la eventual pausa que hará Runibot, asegura que de diversas partes del mundo le han dicho que el evento no pare, razón por la cual están revaluando esa decisión.