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Para este punto de la historia, decir que invertir en tecnología es una buena decisión desde el punto de vista de beneficios económicos pareciera casi una redundancia. Para quienes no estuvieran muy al tanto del tema, la pandemia se encargó, entre otras cosas, de reforzar el papel clave que juegan variables como acceso a internet y, en particular, a red de buena calidad.
Más allá de los beneficios inmediatos para el usuario final, la conectividad es un motor de productividad, así como un impulso al mercado laboral. De acuerdo con un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), invertir en cerrar la brecha digital en Latinoamérica (en relación con los países de la OCDE) podría llevar a crear 15 millones de empleos en la región.
Según el “Informe anual del Índice de Desarrollo de la Banda Ancha”, cerrar la brecha impulsaría el PIB regional en 7,7 % y generaría mejoras en la productividad empresarial de 6,3 %.
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Estas no son estimaciones hechas a la ligera u optimismo tecnológico. De acuerdo con un estudio de 2012 del propio BID, “un aumento promedio de 10 % en la penetración de banda ancha en los países de América Latina y el Caribe (ALC) provocó una subida de 3,19 % del PIB y de 2,61 % de la productividad, a la vez que generó más de 67.000 empleos directos”, se lee en el documento, presentado esta semana.
Como su nombre lo indica, el informe revela el Índice de Desarrollo de la Banda Ancha (IDBA), una medición que, más allá del sólo acceso a esta herramienta, tiene en cuenta cuatro variables: “Políticas públicas y visión estratégica”, “Regulación estratégica”, “Infraestructuras” y “Aplicaciones y capacitación”.
La medición tuvo en cuenta a 61 países, entre miembros y no miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), incluyendo a 26 territorios en Latinoamérica.
Para 2020, los primeros 10 lugares del ‘ranking’ los ocupan, en orden descendente: Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Corea, Luxemburgo, Suiza, Islandia, Estados Unidos y Gran Bretaña.
El primer país de Latinoamérica y el Caribe que aparece en la clasificación es Barbados, en el puesto 31, con una subida de 11 lugares en el escalafón, con relación a los datos de 2018. Lo siguen, en orden descendente, Chile (lugar 33), Costa Rica (38), Brasil (39), Argentina (40) y Uruguay (42). Colombia aparece en puesto 46 de la medición.
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Para el caso colombiano, el análisis del BID destaca el avance de las iniciativas de gobierno digital (es una de las variables con mejor puntaje en la medición del informe), pero deja ver las falencias que hay en, por ejemplo, habilidades digitales de la población activa (3,8 en una escala de siete) y acceso a internet en escuelas primarias (2,76, en una escala de siete).
“Los retrasos en la conectividad y la digitalización de los países de América Latina y el Caribe han agravado drásticamente los impactos económicos y sociales del COVID-19. Sin embargo, esta realidad también representa una oportunidad histórica para reducir la desigualdad, y generar empleo y un crecimiento económico sostenible”, dijo Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, a través de un comunicado.
De acuerdo con los cálculos del BID, la región necesitaría una inversión de US$68.500 millones para cerrar la brecha digital, en relación con los países de la OCDE (organismo al que pertenece Colombia).
“Del total, el 59 % debería destinarse a mejorar la conectividad en zonas urbanas, lo que suele estar a cargo del sector privado. Por otro lado, el 41 % del total debería destinarse a las zonas rurales, donde las inversiones públicas suelen ser la fuente principal de financiamiento. Además, según el estudio, se necesitan más alianzas público-privadas para cerrar la brecha con los países de la OCDE”, aclara el Banco en el comunicado.
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El BID estima que se requieren casi US$6.000 millones para cerrar la brecha digital en Colombia, tanto en móvil, como en fijo (este último es el renglón que más recursos demanda, con un estimado de inversión de US$3.800 millones). Estas inversiones generarían más de 1,5 millones de empleos, de acuerdo con el organismo multilateral.
En general, según el Banco, “con respecto a los pilares del índice, América Latina y el Caribe redujo la brecha de ‘Regulación estratégica’ en el 2020 en comparación con 2018, mientras que se ha aumentado acentuadamente en los pilares de ‘Políticas públicas y visión estratégica’ y ‘Aplicaciones y capacitación’. Estas brechas se deben a retrasos en la implementación de políticas públicas y el desarrollo de capacidades digitales que puedan contribuir al aprovechamiento de las nuevas tecnologías en la región”.