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Charles de Gaulle fue un hombre marcado por la seriedad, obligado a levantarse cada vez que el mundo parecía aplastarlo. Fue un general francés que lideró la Resistencia Francesa contra la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial. Al sobrevivir a la guerra, su recompensa llegó cuando fue nombrado subsecretario de Estado, sin embargo, nunca llegó a tener tranquilidad: lidió con la guerra de Argelia, lanzó un programa de desarrollo nuclear durante la Guerra Fría y manejó la difícil transición hacia la independencia de varias colonias francesas.
Después de incontables heridas de guerra, de haber sido prisionero, de liderar una Resistencia y de enfrentarse a distintos grupos políticos, Charles de Gaulle no tenía más que decir: “He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”.
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Sí, la política es la seriedad hecha artificio. El artificio de disuadir, de convocar, de hechizar amigos y crear enemigos. Es un arte letal y, por tanto, alguien debe acoger dicha seriedad y hacerla tolerable para las miles de personas que no tienen el temple de Charles de Gaulle.
Hace dos años, Somnia Studios, una compañía de desarrollo de videojuegos, decidió entonces tomarse la política en serio e iniciar una aventura arriesgada. Para Santiago Castaño, el líder de esta campaña, primero estaba el estudio, después estaba jugar fútbol, luego le tocaba el turno al piano y siempre había espacio para unas cuantas piscinas. Después de todo, era un muchacho pereirano de 20 años, y los muchachos de esa edad generalmente realizan este tipo de cosas en lugar de liderar resistencias o dirigir batallones. Y, sin embargo, también se dio a la tarea de observar la política a los ojos y tratarla de tú a tú.
La primera batalla fue contra el mismísimo Adolf Hitler, el mismo enemigo de De Gaulle. Para salir victorioso, Somnia Studios creó unicornios violeta y nubes que rodearan a Hitler. El resultado fue “Brinca Adolf Hipster”, un videojuego que consiste en hacer saltar a Hitler de nube en nube. La estrategia militar de Somnia Studios fue reducir al excanciller alemán a un hombre colorido, vestido con prendas estilo vintage y con unicornios en la cabeza mientras se mantuviera eternamente en las nubes. En efecto, neutralizaron a Hitler y, ahora, las personas que más descargan el videojuego en Play Store provienen de países europeos.
La segunda batalla fue contra alguien menos predecible, con mayor capacidad para la jactancia y más intempestuoso. Donald Trump significó un reto aún mayor para Somnia Studios, lo que los llevó a repensar sus estrategias. En esta ocasión, crearon un escenario en el que Trump se viera obligado a correr por siempre mientras esquivaba obstáculos. También, lo enfrentaron contra su archirrival Obama, a quien le otorgaron superpoderes mediante una “capa maniática” y, finalmente, a Trump lo vistieron con poncho y sombrero de mariachi y lo enviaron a una “Frontera Infernal”.
Y, como si Somnia Studios mismo fuera parte de un videojuego, aún debía enfrentarse a un “Final Boss”. Semejante reto requería de refuerzos, por lo que se aliaron con Hadron Games. Luego, se sentaron y discutieron el plan de acción. Debían luchar contra micos gigantes, lagartos cocteleros, elefantes de palacio, ratas de congreso….Era imposible.
No obstante, tomaron aire y enfrentaron sus miedos. Primero crearon un mundo en el que pudieran eludir a una Loca de las Naranjas. Después asistieron al Congreso, donde fueron rodeados por enanitos y ratas, pero lograron sortear los obstáculos. El tercer mundo fue el Palacio de Nariño y, aunque fue una prueba ardua, lograron saltar charcos y charcos de mermelada. Así, terminaron por transformar la política colombiana en un videojuego.
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Con “Mi Puto Juego”, Somnia Studios confirmó que, en efecto, la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos. Con el fin de disfrutar del arte de hacer política, se debe vencer su seriedad. Es por esta razón que “Mi Puto Juego” ya ha alcanzado más de 10.000 descargas y se ha convertido en tendencia en redes sociales. “Mi Puto Juego” fue la excusa para que los colombianos jugaran con los políticos que muchas veces les son demasiado lejanos y serios: el juego se convirtió en un medio de expresión, de sátira política y de lucha. Si se quiere, se transformó en el antídoto para los mismos demonios que persiguieron a Charles de Gaulle a lo largo de su vida.
Por fin, luego de derrotar al “Final Boss”, Somnia Studios pudo descansar. Al recibir 98% de comentarios positivos, Castaño afirma que sintió una “sensación de plenitud”. Asumieron el reto de reinventar la política dentro de la industria de los videojuegos y bien parece que lo lograron.
*Tictactoe.com.co