Dos tercios de la información más popular en Twitter es difundida por bots
Un nuevo estudio del Pew Research Center analizó cómo se transmite la información de los sitios más populares en esta plataforma y encontró que la mayoría de esta interacción se realiza desde cuentas que no son manejadas por una persona, sino por máquinas.
Redacción Tecnología.
El amplio uso de bots, herramientas de publicación automáticas que incluso pueden tener algún grado de interacción con el usuario, es quizá uno de los factores que más ha alterado la dinámica de difusión de contenido e información en internet en general y en las redes sociales en particular.
Estas herramientas pueden ser usadas para resolver preguntas frecuentes de servicio al cliente o facilitar transacciones en comercios, por ejemplo, pero también resultan particularmente útiles a la hora de difundir información falsa o sumar seguidores en cuentas para darle un mayor perfil y alcance a determinados actores. En últimas, como cualquier herramienta, puede servir para construir o destruir.
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El punto es que nadie parece saber exactamente la cantidad de bots activos en redes sociales ni cuántos de éstos desempeñan tareas legítimas para los usuarios.
Estas fueron algunas de las inquietudes que guiaron un nuevo estudio del Pew Research Center, que se dio a la tarea de analizar cómo se mueve la información en Twitter, una de las plataformas en donde más se concentra el uso de estas herramientas.
La investigación analizó una lista de más de 2.000 sitios populares en Twitter y, desde ahí, estudió de dónde provienen los links que vinculan a estos sitios. O sea, se concentró en examinar cómo se difunde el contenido de los portales que mueven más tráfico en la red.
Para esto, los investigadores halaron datos de la API pública de Twitter, en la que escudriñaron más de un millón de tweets y encontraron que, en general, dos tercios de esta interacción, entre la producción de contenido de sitios populares y su difusión, se da a través de bots (66 %). Para sitios de porno, este porcentaje sube a 90 %. El estudio se realizó entre julio y septiembre del año pasado.
La clasificación de qué cuenta es un bot y qué cuenta es manejada por una persona corrió por cuenta de una herramienta, alimentada por inteligencia artificial, que analiza unas 1.200 señales (entre frecuencia de publicación e información del perfil de un usuario) para determinar si hay una persona detrás de esas páginas o si sólo son herramientas de publicación automática.
Ahora, aquí hay que hacer varias aclaraciones. La primera es que el estudio no es la verdad revelada, pues la API de donde toma los datos no incluye todos los datos con los que Twitter hace su propia clasificación entre bot y humana: en pocas palabras, la muestra está sesgada de cierta forma.
Lea también: Noticias de la guerra contra las noticias falsas
La segunda aclaración es que no todo bot es malo. Como ya se dijo, algunas de estas herramientas se utilizan de forma legítima, y útil, para difundir información, como datos financieros sobre el mercado de acciones, programación de un canal, alertas sobre el estado de servicios públicos…
Pero el análisis del Pew Research Center sí pinta un panorama amplio sobre cómo se da la interacción en redes y, a la larga, qué significa. Un comentarista en Twitter hace preguntas válidas: “¿Se puede hablar de interacción cuando apenas se trata de difusión? ¿Se considera debate y discusión cuando sólo es difusión hecha por una máquina?”.
Para analizar los mensajes y los links, los investigadores dividieron su muestra en seis categorías: contenido para adultos, deportes, productos comerciales o servicios, organizaciones o grupos e información noticiosa y actualidad. Para sitios de deportes, por ejemplo, 76 % de la difusión de la información corre por cuenta de bots. En comercio, la cifra es de 73 % y en noticias y actualidad es de 66 % (el mismo porcentaje que el total de la muestra).
El amplio uso de bots, herramientas de publicación automáticas que incluso pueden tener algún grado de interacción con el usuario, es quizá uno de los factores que más ha alterado la dinámica de difusión de contenido e información en internet en general y en las redes sociales en particular.
Estas herramientas pueden ser usadas para resolver preguntas frecuentes de servicio al cliente o facilitar transacciones en comercios, por ejemplo, pero también resultan particularmente útiles a la hora de difundir información falsa o sumar seguidores en cuentas para darle un mayor perfil y alcance a determinados actores. En últimas, como cualquier herramienta, puede servir para construir o destruir.
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El punto es que nadie parece saber exactamente la cantidad de bots activos en redes sociales ni cuántos de éstos desempeñan tareas legítimas para los usuarios.
Estas fueron algunas de las inquietudes que guiaron un nuevo estudio del Pew Research Center, que se dio a la tarea de analizar cómo se mueve la información en Twitter, una de las plataformas en donde más se concentra el uso de estas herramientas.
La investigación analizó una lista de más de 2.000 sitios populares en Twitter y, desde ahí, estudió de dónde provienen los links que vinculan a estos sitios. O sea, se concentró en examinar cómo se difunde el contenido de los portales que mueven más tráfico en la red.
Para esto, los investigadores halaron datos de la API pública de Twitter, en la que escudriñaron más de un millón de tweets y encontraron que, en general, dos tercios de esta interacción, entre la producción de contenido de sitios populares y su difusión, se da a través de bots (66 %). Para sitios de porno, este porcentaje sube a 90 %. El estudio se realizó entre julio y septiembre del año pasado.
La clasificación de qué cuenta es un bot y qué cuenta es manejada por una persona corrió por cuenta de una herramienta, alimentada por inteligencia artificial, que analiza unas 1.200 señales (entre frecuencia de publicación e información del perfil de un usuario) para determinar si hay una persona detrás de esas páginas o si sólo son herramientas de publicación automática.
Ahora, aquí hay que hacer varias aclaraciones. La primera es que el estudio no es la verdad revelada, pues la API de donde toma los datos no incluye todos los datos con los que Twitter hace su propia clasificación entre bot y humana: en pocas palabras, la muestra está sesgada de cierta forma.
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La segunda aclaración es que no todo bot es malo. Como ya se dijo, algunas de estas herramientas se utilizan de forma legítima, y útil, para difundir información, como datos financieros sobre el mercado de acciones, programación de un canal, alertas sobre el estado de servicios públicos…
Pero el análisis del Pew Research Center sí pinta un panorama amplio sobre cómo se da la interacción en redes y, a la larga, qué significa. Un comentarista en Twitter hace preguntas válidas: “¿Se puede hablar de interacción cuando apenas se trata de difusión? ¿Se considera debate y discusión cuando sólo es difusión hecha por una máquina?”.
Para analizar los mensajes y los links, los investigadores dividieron su muestra en seis categorías: contenido para adultos, deportes, productos comerciales o servicios, organizaciones o grupos e información noticiosa y actualidad. Para sitios de deportes, por ejemplo, 76 % de la difusión de la información corre por cuenta de bots. En comercio, la cifra es de 73 % y en noticias y actualidad es de 66 % (el mismo porcentaje que el total de la muestra).