El futuro de Google está en Latinoamérica
Las oportunidades de crecimiento se apoyan en índices que demuestran que la penetración de internet de banda ancha en los países de la región es de 57% y que el promedio en el uso y tenencia de celulares inteligentes es solo de 32%.
Juan Miguel Hernández Bonilla
Colorida, inteligente e hiperconectada: así es la sala de conferencias Ernest Hemingway, el centro de operaciones de Google para América Latina. Ubicada en el noveno piso de uno de los edificios más imponentes de Brickell, el distrito financiero de Miami (Estados Unidos), la oficina que le rinde homenaje al autor de El viejo y el mar reúne a varios de los genios detrás de una de las empresas de tecnología más importantes del mundo.
Desde ahí, Sebastián Valverde, director general de Google Miami y responsable del negocio de agencias de medios, agencias creativas y productos para Latinoamérica, lidera el crecimiento y la consolidación de la compañía en el continente.
“Si Latinoamérica fuera un país, sería el tercero más poblado del mundo, después de China e India. Tenemos una misma lengua y una misma cultura. El español es el segundo idioma más hablado del planeta. Aportamos casi el 5 % de total del Producto Interno Bruto. Somos una región con oportunidades infinitas. No hay duda de que el futuro de Google está allí”, le dijo Valverde a un grupo de periodistas de tecnología de distintos países de la región, mientras recordaba que el buscador más famoso de internet tiene seis oficinas entre México y Argentina y emplea a más de 500 ingenieros latinoamericanos.
La sentencia de Valverde se basa en dos indicadores digitales que hablan por sí mismos: la penetración de internet de banda ancha en los países latinoamericanos es de 57 % y el promedio en el uso y tenencia de celulares inteligentes, o smartphones, en la región es de 32 %.
De acuerdo con Valverde, estas cifras demuestran que, si bien las capitales del continente ya han adoptado los últimos avances en tecnología, en América Latina todavía hay mucho camino por recorrer y muchos usuarios por conectar.
Al diferencia de Europa, Australia o Estados Unidos, donde estos índices son mucho más elevados, las posibilidades de crecimiento tecnológico en nuestra región son casi ilimitadas. El mercado latino todavía está por conquistar.
Para Google, esta oportunidad encarna un desafío y una estrategia interesantes. Aunque a primera vista parezca extraño que las oficinas del gigante de Silicon Valley para América Latina no estén en América Latina sino en Estados Unidos, Valverde aseguró que hay una razón de fondo para explicar esta decisión. Además de tener una población latina e hispana muy numerosa, en Miami están radicados los directores de cuentas de las empresas más grandes del continente y es una ciudad clave para conectarse con California y Nueva York.
“En estos momentos, los negocios de Google en Latinoamérica están creciendo más rápido que en Canadá o en Estados Unidos. Por eso estamos desarrollando programas para motivar a los usuarios y para darle más poder a los anunciantes. En Google, todo el tiempo estamos invirtiendo en el futuro”, concluyó Valverde.
Entre las iniciativas que buscan seguir consolidando a la compañía en la región está la implementación de una nueva métrica de publicidad llamada BRP (behavior rating point) y la creación de una serie de globos gigantes que viajan a 20.000 pies de altura y están diseñados para llevar internet de alta calidad a las regiones más apartadas del continente.
El modelo de BRP tiene como objetivo reducir los costos y maximizar las ganancias de las estrategias de publicidad de los anunciantes y se basa en el estudio del comportamiento de los ciudadanos, sus gustos y sus pasiones, y no en las características demográficas.
Esta estrategia, que rompe el paradigma tradicional de la propaganda y que hasta ahora sólo se ha implementado en América Latina, está demostrando su efectividad. Según la compañía, ya no se puede diseñar un plan de ventas utilizando la información de edad, sexo, raza y estrato, porque el interés de un usuario en un producto específico no depende de estos factores.
“En esta estrategia hemos utilizado las técnicas más avanzadas de aprendizaje de las máquinas y de inteligencia artificial para poder recoger y analizar las preferencias de nuestros usuarios de acuerdo con sus búsquedas o sus suscripciones en canales de Youtube”, añadió Valverde.
Los globos del Proyecto Loon —diseñados y fabricados a escala para soportar las condiciones en la estratosfera, donde los vientos pueden superar los 100 km/h, tienen el tamaño de una cancha de tenis y pueden permanecer más de cien días allí antes de regresar a la tierra— ayudaron, por ejemplo, a reconectar a Puerto Rico y otras islas del Caribe después del huracán María que destruyó a su paso todas las redes y la infraestructura de internet.
* Este artículo fue posible por invitación de Google.
Colorida, inteligente e hiperconectada: así es la sala de conferencias Ernest Hemingway, el centro de operaciones de Google para América Latina. Ubicada en el noveno piso de uno de los edificios más imponentes de Brickell, el distrito financiero de Miami (Estados Unidos), la oficina que le rinde homenaje al autor de El viejo y el mar reúne a varios de los genios detrás de una de las empresas de tecnología más importantes del mundo.
Desde ahí, Sebastián Valverde, director general de Google Miami y responsable del negocio de agencias de medios, agencias creativas y productos para Latinoamérica, lidera el crecimiento y la consolidación de la compañía en el continente.
“Si Latinoamérica fuera un país, sería el tercero más poblado del mundo, después de China e India. Tenemos una misma lengua y una misma cultura. El español es el segundo idioma más hablado del planeta. Aportamos casi el 5 % de total del Producto Interno Bruto. Somos una región con oportunidades infinitas. No hay duda de que el futuro de Google está allí”, le dijo Valverde a un grupo de periodistas de tecnología de distintos países de la región, mientras recordaba que el buscador más famoso de internet tiene seis oficinas entre México y Argentina y emplea a más de 500 ingenieros latinoamericanos.
La sentencia de Valverde se basa en dos indicadores digitales que hablan por sí mismos: la penetración de internet de banda ancha en los países latinoamericanos es de 57 % y el promedio en el uso y tenencia de celulares inteligentes, o smartphones, en la región es de 32 %.
De acuerdo con Valverde, estas cifras demuestran que, si bien las capitales del continente ya han adoptado los últimos avances en tecnología, en América Latina todavía hay mucho camino por recorrer y muchos usuarios por conectar.
Al diferencia de Europa, Australia o Estados Unidos, donde estos índices son mucho más elevados, las posibilidades de crecimiento tecnológico en nuestra región son casi ilimitadas. El mercado latino todavía está por conquistar.
Para Google, esta oportunidad encarna un desafío y una estrategia interesantes. Aunque a primera vista parezca extraño que las oficinas del gigante de Silicon Valley para América Latina no estén en América Latina sino en Estados Unidos, Valverde aseguró que hay una razón de fondo para explicar esta decisión. Además de tener una población latina e hispana muy numerosa, en Miami están radicados los directores de cuentas de las empresas más grandes del continente y es una ciudad clave para conectarse con California y Nueva York.
“En estos momentos, los negocios de Google en Latinoamérica están creciendo más rápido que en Canadá o en Estados Unidos. Por eso estamos desarrollando programas para motivar a los usuarios y para darle más poder a los anunciantes. En Google, todo el tiempo estamos invirtiendo en el futuro”, concluyó Valverde.
Entre las iniciativas que buscan seguir consolidando a la compañía en la región está la implementación de una nueva métrica de publicidad llamada BRP (behavior rating point) y la creación de una serie de globos gigantes que viajan a 20.000 pies de altura y están diseñados para llevar internet de alta calidad a las regiones más apartadas del continente.
El modelo de BRP tiene como objetivo reducir los costos y maximizar las ganancias de las estrategias de publicidad de los anunciantes y se basa en el estudio del comportamiento de los ciudadanos, sus gustos y sus pasiones, y no en las características demográficas.
Esta estrategia, que rompe el paradigma tradicional de la propaganda y que hasta ahora sólo se ha implementado en América Latina, está demostrando su efectividad. Según la compañía, ya no se puede diseñar un plan de ventas utilizando la información de edad, sexo, raza y estrato, porque el interés de un usuario en un producto específico no depende de estos factores.
“En esta estrategia hemos utilizado las técnicas más avanzadas de aprendizaje de las máquinas y de inteligencia artificial para poder recoger y analizar las preferencias de nuestros usuarios de acuerdo con sus búsquedas o sus suscripciones en canales de Youtube”, añadió Valverde.
Los globos del Proyecto Loon —diseñados y fabricados a escala para soportar las condiciones en la estratosfera, donde los vientos pueden superar los 100 km/h, tienen el tamaño de una cancha de tenis y pueden permanecer más de cien días allí antes de regresar a la tierra— ayudaron, por ejemplo, a reconectar a Puerto Rico y otras islas del Caribe después del huracán María que destruyó a su paso todas las redes y la infraestructura de internet.
* Este artículo fue posible por invitación de Google.