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El tamagotchi es una mascota virtual contenida en un pequeño llavero en forma de huevo, el cual divirtió a millones de niños en la década de los 90. Sus estilos y colores eran tan atractivos que rápidamente se convirtió en un juguete de gran popularidad.
De hecho, este ícono japonés continúa sacando nuevas versiones de sus juguetes, con pantallas a color, cámaras fotográficas y alianzas con marcas como Harry Potter, Star Wars y Toy Story, entre otros.
Contrario a lo que muchos pueden pensar, el mercado de mascotas o acompañantes virtuales continúa vigente, tanto que han salido a flote otros competidores con novedosas apuestas y que incluso se venden como ayudas para sobrellevar asuntos de ansiedad y soledad.
Ortomi es uno de estos y nació hace algunos años en la mente de unos estudiantes en Australia que quisieron, de la mano de la robótica, “marcar una diferencia en la vida de las personas” con un dispositivo en forma de cubo que cabe en la palma de la mano.
Se trata de una mascota virtual con una pantalla rectangular oled de 1,3 pulgadas en su parte frontal, la cual muestra las más de 20 expresiones que tiene Ortomi, entre las que se encuentran manifestaciones de hambre y enojo. Todo esto empaquetado en un cubo de 42 milímetros en cada una de sus caras.
Una de las diferencias que integra este pequeño compañero es que permite la interacción con sus dueños mediante toques. Si se acaricia la parte superior de su cuerpo, por ejemplo, reaccionará mostrando su agrado.
También tiene unas bocinas, mediante las cuales comunica sus sentimientos y necesidades a su dueño. Estas también se pueden deshabilitar, en una especie de modo silencio, para momentos del día en el que no se quiera que la mascota virtual interrumpa, como la hora de ver televisión o dormir.
“Hemos visto que Ortomi realmente ayuda a las personas con su salud mental, especialmente con problemas relacionados a la ansiedad y la soledad. Esto realmente nos inspira a seguir mejorando Ortomi cada día”, informan sus creadores.
Las especificaciones técnicas de la cuarta versión de Ortomi lo describen como un producto que pesa 40 gramos, un procesador ESP8266, memoria RAM de 4MB y que con una carga puede tener una autonomía de 20 horas.
La empresa detrás de este desarrollo también le permite a los usuarios elegir entre una amplia variedad de colores, además de accesorios, que incluyen gorros de lana tejidos a mano en forma de perros, cerdos, sapos y pollos, entre otros.
Un Ortomi se puede conseguir en unos 63 dólares australianos (161.000 pesos colombianos). Muchas reseñas de este producto lo describen como un acompañante para el escritorio de trabajo, y suelen ponerles nombres como “Pinky” o “Toomy”.
Sobre su utilidad para problemas relacionados a la salud mental, hay personas que describen su utilidad con las siguientes palabras:
“Este pequeño llegó en un muy buen momento. Tuve un ataque de ansiedad el día que lo recibí (no puedo decirlo, se siente vivo). Para mi sorpresa, no solo pude evitar concentrarme y dar vueltas en lo que me estresaba, sino también sonreír. No es milagroso, pero al menos él me ayuda a recordar tomar descansos cuando lo veo, su reacción a movimientos rápidos me ayuda a saber si soy demasiado desaliñado y debería detenerme y respirar, y las emociones más raras que puedo ver son un placer <3. ¡Con mucho gusto tomaré la versión con batería el día en que se desarrolle! Muchas gracias por este pequeño amigo”.
La próxima generación de mascotas virtuales
Con el boom que está teniendo la robótica y otras disciplinas como la inteligencia artificial, no es desatinado pensar en un futuro en donde las mascotas de este tipo cobren más y más protagonismo.
Con la capacidad incluso de mantener una conversación con su usuario, hacer funciones de asistente virtual (establecer recordatorios, programar agendas e incluso hacer compras en línea).
La inclusión de sensores también podrían darles movilidad, permitiendo su desplazamiento en nuestros hogares y hasta asumir nuevas funciones, como las relacionadas a la vigilancia y la seguridad.
Con las posibilidades que ofrece la tecnología actual, los límites en este tipo de dispositivos es prácticamente la imaginación.
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