El trabajo en el que pagan por crear playlist de música
Diego Burgos, el editor de selecciones del tipo "Lo mejor del pop" o "De regreso a casa", asegura que su trabajo implica tener oído musical y saber manejar datos.
Diego Ojeda / @diegoojeda95.
Las playlists (listas de reproducción) existen antes de que aparecieran las plataformas de streaming del tipo Spotify, Deezer o Napster. Desde que la música se pudo grabar, en discos de vinilo, por ejemplo, las disqueras comenzaron a hacer compilaciones musicales de lo que para ellas era la mejor elección.
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Las playlists (listas de reproducción) existen antes de que aparecieran las plataformas de streaming del tipo Spotify, Deezer o Napster. Desde que la música se pudo grabar, en discos de vinilo, por ejemplo, las disqueras comenzaron a hacer compilaciones musicales de lo que para ellas era la mejor elección.
En Colombia, los 14 Cañonazos bailables son un claro ejemplo de una playlist a la antigua. Discos Fuentes, la empresa discográfica a cargo de su producción, cuenta que la primera vez que los colombianos bailaron al ritmo de los “cañonazos” fue en 1961. En la época, las canciones de moda eran “El pájaro picón” y “Cumbia sincelejana”, entre otras.
Más adelante, con la aparición del cassette, las personas tuvieron la oportunidad de crear sus propias listas de reproducción. En aquel entonces esto era muy engorroso, pues se tenía que estar atento a que la canción sonara en la radio, poner a grabar y cruzar los dedos para que el locutor se quedara callado.
Luego protagonizaron los CD y el MP3, formatos que hoy siguen siendo populares mediante la venta de piratería en los semáforos y diversos comercios del país, en los cuales, por cerca de $10.000, se puede conseguir una USB que contiene cientos de canciones.
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Todos estos antecedentes, mezclados con la revolución digital del siglo XXI, permitieron la creación de nuevas profesiones, como la del editor de playlists.
Diego Burgos es uno de ellos. Su trabajo consiste en seleccionar qué es lo que le puede gustar a la gente, en su caso, a los usuarios de la aplicación de música Deezer. Las personas que dependen de su curaduría musical no son pocas, pues Burgos elige las canciones que serán recomendadas a millones de personas en toda la región Andina.
Así las cosas, los datos son los que mandan la parada en esta profesión; lo que hace Burgos es tomarlos y traducirlos en información que se convierten en playlist, como por ejemplo “Reggaeton hits” o “Lo mejor de la bachata”.
“Pero también hay playlists para empezar el día, llegar al trabajo, ser más productivo, irse a la playa, viajar, cocinar…”, agrega.
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Aquí hay una mezcla extraña en la formación académica de Burgos que resulta exitosa para la realización de su trabajo como editor de playlists. Él estudió música, lo que le ayuda a entender qué podría gustarle a la gente, pero también economía, que le da herramientas para saber interpretar los datos.
Este creador de playlists ve como algo positivo la existencia de labores como la suya, pues asegura que la selección de la música que podría gustarle a la gente ha sido una labor que en la historia ha estado cargada de favoritismos y corrupción.
“Somos una plataforma que no basa sus decisiones en si personalmente me gusta la canción o soy amigo del artista. Eso conlleva muchos vicios, como los que hemos visto en la radio con todo el tema de la payola; es decir, porque te invitan a almorzar, a un concierto o te dan un regalo, sientes un compromiso de promocionar cierta canción”, asegura Burgos al agregar que sí hay una parte personal que depende de su sensibilidad musical, pero el mayor peso de la decisión se debe a los datos.
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Burgos, como analista, sabe a la perfección que el gusto de una persona puede cambiar de un día para otro, que hoy puede buscar ritmos de fiesta, porque es fin de semana, pero que el lunes la preferencia puede ser más hacia tonadas suaves, para arrancar relajados la jornada laboral.
“Todo esto está basado en los datos y el solo hecho de ser economista me permite tener herramientas para manejarlos y analizarlos y así ofrecer la oferta más transparente posible de lo que realmente le gusta a la gente”.
Muestra de cómo funciona la tecnología a favor de las preferencias musicales de las personas es que el home de la aplicación es diferente para cada individuo; es decir, los artistas y las listas de reproducción que le aparecen a alguien al abrir la app son diferentes para otro. “La plataforma aprende de lo que escuchas, entre más lo hagas más acertará a tus gustos musicales”, concluye.