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Facebook, Google y Twitter rinden cuentas sobre su papel en la toma del Capitolio

Los CEO de las ‘Big Tech’ testificaron ante el Congreso estadounidense sobre la desinformación y los discursos de odio que se dan en línea. Legisladores insisten en regular su poder sobre estos contenidos.

26 de marzo de 2021 - 01:33 a. m.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, durante la audiencia virtual de este jueves.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, durante la audiencia virtual de este jueves.
Foto: Agencia Bloomberg

Por primera vez en la administración Biden, los directores ejecutivos de Facebook, Google y Twitter testificaron ante el Congreso estadounidense sobre la propagación de información falsa en sus plataformas. Aunque fue pensada para discutir la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones —que protege a las plataformas de demandas relacionadas con sus contenidos— buena parte de las preguntas estuvieron relacionadas con la responsabilidad de las tecnológicas en la toma del Capitolio del pasado 6 de enero.

Durante cinco horas, Mark Zuckerberg (Facebook), Sundar Pichai (Google) y Jack Dorsey (Twitter) rindieron cuentas sobre sus actividades ante el comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes, que se concentra en cuestiones de tecnología. Las plataformas fueron señaladas de servir como herramientas para amplificar discursos extremistas y facilitar la movilización de personas el día de los disturbios, en los que murieron cinco personas.

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“Ese ataque y los movimientos que lo motivaron nacieron y se nutrieron en sus plataformas. Ellas les sugirieron los grupos para unirse, recomendaron videos e impulsaron este movimiento con una aterradora eficiencia”, dijo el legislador demócrata Michael Doyle durante su discurso de apertura.

Al respecto, Zuckerberg aseguró que desde Facebook hicieron todo lo posible para garantizar la integridad de las elecciones hasta que el presidente Trump rechazó los resultados electorales con los que perdió la presidencia e incitó a sus seguidores a movilizarse.

“Quizá no logramos suprimir todos y cada uno de los contenidos prohibidos por nuestras normas de uso comunitario, pero puedo asegurarles que hicimos que nuestros servicios fuesen inhóspitos para todos aquellos que pretendían causar daño”, indicó Zuckerberg ante los congresistas.

Dorsey, de Twitter, reconoció que en su plataforma se difundió información sobre el ataque pese a las medidas que tomaron, como cuando bloquearon el perfil del entonces presidente Trump. Pero agregó que las empresas de tecnología no son las únicas que cargan con la culpa: “también hay que tener en cuenta el ecosistema en general. No se trata solo de los sistemas tecnológicos que utilizamos”.

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Por su parte, Pichai dijo que la información de Google sobre cómo registrarse y votar fue consultada 2.000 millones de veces y que en el marco de los disturbios del 6 de enero, eliminaron rápidamente todos los videos de YouTube que violaban sus normas sobre incitación a la violencia.

En suma, las respuestas de los empresarios se centraron en que habían hecho lo posible por moderar los discursos violentos e identificarlos a tiempo, y aunque solo Dorsey admitió que le cabía algo de responsabilidad, todos coinciden en que todavía tienen mucho por hacer.

¿Reformar la Sección 230?

Además de referirse a los disturbios en el Capitolio, los legisladores demócratas se enfocaron en los peligros de la información falsa que circula en las redes sociales, especialmente en cuentas de usuarios antivacunas. Los republicanos, por su parte, cuestionaron los bloqueos a historias o perfiles de figuras conservadoras.

Y es que esta audiencia también era un espacio para discutir la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, una norma de 1996 que permite que los sitios web establezcan reglas sobre lo que sus usuarios pueden publicar (o no) sin ser legalmente responsables del contenido.

Para algunos legisladores, la Sección 230 se ha convertido en una excusa para que las ‘Big Tech’ no asuman su responsabilidad a la hora de moderar contenidos en línea.

Durante la audiencia, Zuckerberg se mostró abierto a modernizar la ley. Insistió en que una reforma debería contemplar que las plataformas demuestren que tienen sistemas para identificar y eliminar contenido ilegal. También sugirió que un tercero determine cuál es la información adecuada que se debe regular y que estas reglas sean menos estrictas con las plataformas más pequeñas, para no asfixiarlas.

“Es razonable esperar que las grandes empresas tengan sistemas de moderación efectivos, lo que no es razonable es esperar que nunca cometamos errores”, dijo el directivo. Y agregó que la entrega de reportes de transparencia a las autoridades competentes puede ayudar a que empresas como la suya sean más responsables sin necesidad de eliminar la ley que ya existe.

Pichai, de Google, advirtió que las propuestas recientes para cambiar la Sección 230 podrían impactar la libertad de expresión y limitar la capacidad de las empresas, pues acabarían por filtrar demasiado o no hacerlo en absoluto.

“La Sección 230 permite a las empresas tomar medidas decisivas sobre la desinformación dañina y mantenerse al día con los malos actores que trabajan duro para eludir sus políticas”, agregó el CEO de Alphabet.

Así mismo, Dorsey, CEO de Twitter, opinó que ni las empresas ni el Gobierno deberían ser los únicos en decidir qué contenidos se eliminan de la red. En esa línea, dio a conocer una propuesta que viene trabajando su compañía y que lleva por nombre Blue Sky.

Se trata de un protocolo de código abierto descentralizado para redes sociales y plataformas como Twitter. La idea es que cualquier desarrollador de todo el mundo pueda ayudar a crearlo y que no sea propiedad de una sola empresa u organización.

“Esto traerá mayor transparencia: cualquier persona en el mundo puede ver todo lo que está sucediendo en la red, incluso cómo funciona. No es necesario confiar en una empresa, basta con mirar el código fuente”, explicó Dorsey.

Además, dado que el protocolo sería compartido, podría ayudar a generar modelos de negocio, algoritmos y herramientas de regulación que estarían en manos de la gente y no de empresas privadas.

Aún así, los congresistas no indagaron mucho sobre la propuesta de Dorsey y manifestaron que harán lo posible por impulsar mayores regulaciones desde el Gobierno. En palabras del representante demócrata Jan Schakowsky: “la autorregulación (de las ‘Big Tech’) ha llegado a su fin”.

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