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AZONI, el nuevo videojuego para aprender a reciclar en Bogotá

Según la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) en Bogotá se produjeron durante 2023 2,6 millones de toneladas de residuos sólidos, pero solo se aprovecharon el 18,5% de esos residuos sólidos.

Daniel Montoya Ardila
13 de noviembre de 2024 - 07:45 p. m.
El proyecto de AZONI fue ejecutado por la Universidad Piloto de Colombia.
El proyecto de AZONI fue ejecutado por la Universidad Piloto de Colombia.
Foto: Cortesía: AZONI
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Con el apoyo del Ministerio de Ciencias, la Ecoalianza de Recicladores, la Fundación Avina, la financiación del Sistema de Regalías y la ejecución de la Universidad Piloto de Colombia, AZONI es un proyecto convertido en videojuego que busca concientizar a los ciudadanos de Bogotá, la ciudad más poblada y grande de Colombia, sobre la importancia del reciclaje, la buena gestión de los residuos y la sana reutilización de estos. Es un videojuego educativo que espera enseñar a reciclar a la mayor cantidad de personas posibles.

La historia del juego se sitúa en una Bogotá postapocalíptica, que por culpa de la negligencia humana ha dado lugar a los desechos vivientes, unas peligrosas criaturas nacidas por la acumulación de basura y residuos tóxicos. La población bogotana está al borde del colapso y los ecosistemas vitales, como el Amazonas, están amenazados por la contaminación. La esperanza está puesta en dos héroes: Ana María Orocó y Juan José Aristizábal, ellos son los únicos que en medio de esta crisis se podrán embarcar en una misión para revelar los secretos detrás de los desechos vivientes.

AZONI, un fornido robot de guerra, se enfrentará a los enemigos y defenderá el territorio, mientras la aventura avanza y los jugadores aprenden sobre la importancia de la correcta gestión de residuos sólidos aprovechables y la separación en fuente. El título se divide por niveles y estos a su vez están especialmente hechos para identificar, clasificar y separar los diferentes tipos de residuos, como si de expertos en reciclaje se tratase.

Cada misión completada es un granito de arena para que Ana y Juan se acerquen más a salvar el planeta de la inminente destrucción y asegurar un futuro sostenible para todos los ciudadanos de la capital del país. Enfrentarse a desechos vivientes, aprender a reciclar y convertirse en un héroe del medio ambiente nunca fue tan divertido. Además, es una propuesta recurrente en Colombia, pero que nunca había tenido cabida en los videojuegos y tampoco había sido concebida como un medio interactivo.

Este videojuego hace parte del proyecto de Transformación del Esquema de Reciclaje de Bogotá (TERB) y también, según el Sistema de Regalías, servirá como un vehículo para valorar el trabajo de los recicladores de oficio asociados que diariamente cumplen la función de separar los residuos en aprovechables y no aprovechables.

El objetivo concreto de los auspiciantes del juego es aumentar la tasa de aprovechamiento de lo que se desecha en la capital, pues en 2023 se situó en apenas 18,5% de las más de 2,5 millones de toneladas de residuos socios que producen los capitalinos. Uno de los niveles del título retrata el proceso que debe pasar un residuo para convertirse en una materia aprovechable.

Otro de los niveles trata de enseñar a los gamers a identificar para lo que pueden servir los distintos materiales de los que están hechos los elementos que se desechan. Por ejemplo, metal, cartón, vidrio y los diferentes tipos de plástico. Así mismo, la entrega cuenta con retos cronometrados que medirán la capacidad de aprender de cada jugador y que tan efectiva es su recepción de información.

Finalmente, el juego fue desarrollado por la Universidad Piloto de Colombia y se encuentra disponible para su descarga gratuita, tanto en dispositivos iOS, como en Android. Su carácter accesible espera convertirlo en un celebridad en las tiendas de aplicaciones de los celulares y que cada vez más personas puedan tomar acción en este objetivo mundial de revertir los daños hechos al planeta durante décadas.

“Buscamos generar un sentido de pertenencia en los jóvenes, quienes son reconocidos como gestores de cambio y agentes clave para llevar esta discusión a sus hogares y comunidades. A través de esta experiencia, los jugadores no solo interactúan con la historia y los personajes, sino que sienten el peso y la relevancia del tema ambiental de una manera que realmente resuena con su vida cotidiana”, le dijo a El Espectador Jose Manuel Noreña Hemelberg, parte del equipo TERB y el proyecto AZONI.

Noreña también resalta que AZONI ha alcanzado 300 descargas oficiales tanto en App Store (iOS) como en Google Play Store (Android). Sin embargo, recalca que la audiencia a la que quieren llegar es mucho mayor y por eso hicieron el juego libre de anuncios. Un aspecto importante, especialmente en los videojuegos para dispositivos móviles.

Daniel Montoya Ardila

Por Daniel Montoya Ardila

Periodista de la Universidad Externado de Colombia apasionado por los deportes, especialmente el fútbol. Tiene diplomado en táctica y estrategia en fútbol.@27DanielMontoyadmontoya@elespectador.com

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