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El Espectador pudo probar el videojuego Mullet MadJack, desarrollado por Hammer95 Studios. Se trata de una entrega de un juego de disparos en primera persona (FPS por sus siglas en inglés) que tiene características visuales que remontan a los años 80′s y 90´s.
Fue lanzado este 15 de mayo de 2024 en Steam con un valor de $42.750 o la edición deluxe por $66.325. Eso sí, con la oportunidad de aplicar un descuento del 10% en la primera versión y del 33% en la segunda. Es el primer título del estudio Hammer95 que se estrenó en la plataforma con más de 150.000 listas de deseos.
Desde el menú principal y la cinemática inicial se nota el trabajo por crear dentro del videojuego una atmosfera de anime, con predominancia por el color violeta, que se mimetiza muy bien con los 1920 x 1080 de resolución que ofrece el juego.
Cuando el gamer entra en acción los movimientos del protagonista se siente fluidos y su estilo de arcade hace que aprender los controles y movimientos sea intuitivo. Es posible jugarlo con los tradicionales botones de un teclado de PC o si es del agrado de los jugadores, también pueden disparar y moverse con la ayuda de un mando de Xbox o PlayStation.
La trama principal plantea un mundo en el que la tecnología ha tomado más terreno del asignado y los humanos no pueden sobrevivir más de 10 segundos sin inyectarse dopamina. Así, la entrega se desarrolla sobre una guerra entre robots y personas. El primer capítulo del título propone la misión de rescatar a una influencer que fue secuestrada por las máquinas dentro de una especie de búnker.
El tirador atraviesa múltiples puertas pateándolas, mientras por el camino se encuentra con los enemigos que debe eliminar antes de llegar a una especie de máquinas dispensadoras que debe saquear para no perder la vida cada 10 segundos. Tal y como se puede imaginar, es un videojuego exigente y que se mueve con rapidez, porque cada segundo se pone la vida en riesgo.
La acción está rodeada por cinemáticas de un diálogo que sostiene el protagonista con una mujer desde un puesto de control. Uno de los valores más altos que puede tener este juego es la historia detrás de cada acción, en este género de títulos es difícil encontrar relatos diseñados no solo para disparar, avanzar y matar, sino para seguir una cronología lineal.
El contador de vida hace que la mirada de los gamers no solo esté puesta en el puntero, sino en que el número nunca llegue a cero. Para quienes estén acostumbrados a altos contenidos de violencia, sangre y lenguaje mal sonante, esta es esa clase de entrega.
Incluso en configuraciones es posible cambiar el color del líquido rojo por morado, para quienes estén interesados en retransmitir sus partidas en YouTube y no ser víctimas de cancelación o censura del contenido. Sin duda las expectativas son altas y solo las semanas podrán mostrar si este juego está a la altura de los amantes de este tipos de videojuegos.
Por último, la combinación de un futuro distópico con elementos modernos como las redes sociales hace que la entrega sea atractiva no solo para jugadores que crecieron durante las dos últimas décadas del siglo XX, sino para las nuevas audiencias familiarizadas con la nueva era de los videojuegos.