¿Por qué la mayoría de las compañías del Gaming no usan un motor gráfico propio?
Cada vez son menos las empresas que utilizan su propio motor gráfico y Unreal Engine 5, el motor creado por Epic Games, cada vez toma más importancia entre los desarrolladores de juegos.
Daniel Montoya Ardila
Cuando la industria del Gaming habla de motores gráficos, se refiere a un entorno de desarrollo compuesto de herramientas (hardware y software) necesarias para la creación de videojuegos. En líneas generales, un motor gráfico tiene como principal tarea renderizar (generar imágenes) en 2D y 3D; que sigan reglas de movimiento, colisión y física de acuerdo con la naturaleza de los objetos representados en el juego.
Esto no solo permite que las animaciones se vean como se ven, sino que también hace posible la gestión del almacenamiento interno de un título y los patrones de comportamiento de la inteligencia artificial. Sin embargo, el término “motor gráfico” no nació a la par con este mercado, sino que apareció por primera vez en la década de 1990, cuando las entregas comenzaron a integrar gráficos en 3D.
No obstante, el primer motor de videojuego en 3D en el mundo fue Freescape Engine, en 1986, propiedad de Incentive Software. Desde entonces Source Engine, Unity 5, Unreal Engine 4 y CryENGINE son los motores gráficos más comunes y los que han hecho posibles algunos de los videojuegos más populares, pero la diversidad en los motores gráficos es cada vez más escasa en el negocio de los desarrolladores.
Es por eso que es cada vez más usual que los desarrolladores, con tal de reducir los gastos de producción, prefieren reutilizar o adaptar un mismo motor para crear diferentes juegos. La presencia, casi en solitario en el mercado, de Unreal Engine 5, el motor gráfico creado por Epic Games, mismos creadores de Fortnite, está cambiando el panorama para desarrolladores, fabricantes y hasta jugadores.
Unreal Engine 5
Su última actualización es de abril de 2022 y aunque fue pensado inicialmente solo para shooters en primera persona (FPS por sus siglas en inglés) en 1998, ha sido enormemente exitoso para el desarrollo de juegos de otros géneros. Su código escrito C++ lo hace tremendamente amigable para la mayoría de estudios.
A pesar de que todavía hay grandes títulos como GTA V o EA Sports FC 25 que hacen sus propios motores gráficos, y no parece que eso vaya a cambiar en el corto plazo, Unreal Engine 5 cada vez tiene una cuota de mercado más grande. El más reciente y claro ejemplo es Halo, que dejó atrás su motor gráfico Slipspace Engine, creado por Microsoft Gaming, para utilizar el de Epic Games.
Aunque no es oficial, esto responde a la necesidad de Xbox Game Studios de comenzar a abrir sus grandes exclusivos a su competencia directa, PlayStation. Además de ser más compatible con consolas PS5 y PS5 Pro, Unreal Engine 5 le permite a Halo estar disponible para los gamers de PC.
¿Se acabarán los exclusivos en los videojuegos?
Esta es otra de las tendencias palpables en la industria, pues los exclusivos de Xbox no son los únicos que han migrado a otras plataformas. Spider-Man 2 y God of War: Ragnarok, valiosas IP’s de Sony, han sido lanzadas recientemente para computador, lo que les hace perder su status de exclusivos de consolas PlayStation, sin hablar de que cada vez son más comunes los títulos intergeneracionales.
Antes de todo esto, las grandes empresas no escatimaban en gastos en pro de desarrollar un motor gráfico que le brindará la oportunidad de adaptarlo a sus necesidades personales. Sin embargo, ahora, al todos o casi todos utilizar Unreal Engine 5 es una característica que ya no es tan importante para hacer juegos.
No obstante, el hecho de que la mayoría de entregas tengan el mismo motor no permite la innovación tecnológica, pues los motores propios y adaptados a cada propuesta o consola entrega una ventaja competitiva en el mercado. Esto lleva a cada sistema a su límite de rendimiento, algo que no ocurre en la generación actual, pues al no tener un motor propio no se puede conocer la capacidad real de cada consola.
¿Es rentable crear un motor gráfico propio?
Esta es una de las razones por la cual las grandes compañías han renunciado a tener su propio motor, pues según estimaciones del estudio Square Enix y Rockstar Games, este puede costar entre US$100 y 150 millones. Lo mismo que le valió a PlayStation el desarrollo de Concord, un juego que se retiró del mercado luego de apenas dos semanas.
Adicionalmente, la creación de un motor gráfico puede llevar de cuatro a 10 años, un periodo de tiempo muy extenso en el que también pueden surgir contratiempos. Esto va en contra vía a una industria que cada vez es menos tolerante con los grandes fracasos y trata de pisar en terreno seguro.
Sin embargo, la homogeneización de motores gráficos, y por ende procesos de desarrollo, desvirtúa la competencia de estudios y fabricantes, privando a los gamers de innovaciones en términos de jugabilidad, narrativas, tasas nativas de fotogramas por segundo (FPS) y demás aspectos gráficos.
¿Qué otros juegos migrarán a Unreal Engine 5?
La generalizada utilización de Unreal Engine 5 también presenta ventajas para la industria, pues su fácil accesibilidad, su alta portabilidad con casi cualquier plataforma y amplia presencia en videojuego AAA reduce los tiempos de desarrollo y flexibiliza el trabajo de los programadores.
Por el momento, aparte del nuevo remake de Halo, programado para 2026, hay otros tres estudios que dejarán atrás su motor gráfico propio. CD Projeckt Red le dice adiós a REDengine para el desarrollo de su próximo título perteneciente a la saga de The Witcher.
Square Enix da por terminado su trabajo con Luminous Engine y prepara el remake de Final Fantasy VII con la ayuda de Unreal Engine 5. Por último, Crystal Dynamics hará lo mismo con su motor Foundation Engine para la siguiente entrega de su franquicia de Tomb Raider. Sin duda, prácticas que se harán más habituales con el paso del tiempo.
Cuando la industria del Gaming habla de motores gráficos, se refiere a un entorno de desarrollo compuesto de herramientas (hardware y software) necesarias para la creación de videojuegos. En líneas generales, un motor gráfico tiene como principal tarea renderizar (generar imágenes) en 2D y 3D; que sigan reglas de movimiento, colisión y física de acuerdo con la naturaleza de los objetos representados en el juego.
Esto no solo permite que las animaciones se vean como se ven, sino que también hace posible la gestión del almacenamiento interno de un título y los patrones de comportamiento de la inteligencia artificial. Sin embargo, el término “motor gráfico” no nació a la par con este mercado, sino que apareció por primera vez en la década de 1990, cuando las entregas comenzaron a integrar gráficos en 3D.
No obstante, el primer motor de videojuego en 3D en el mundo fue Freescape Engine, en 1986, propiedad de Incentive Software. Desde entonces Source Engine, Unity 5, Unreal Engine 4 y CryENGINE son los motores gráficos más comunes y los que han hecho posibles algunos de los videojuegos más populares, pero la diversidad en los motores gráficos es cada vez más escasa en el negocio de los desarrolladores.
Es por eso que es cada vez más usual que los desarrolladores, con tal de reducir los gastos de producción, prefieren reutilizar o adaptar un mismo motor para crear diferentes juegos. La presencia, casi en solitario en el mercado, de Unreal Engine 5, el motor gráfico creado por Epic Games, mismos creadores de Fortnite, está cambiando el panorama para desarrolladores, fabricantes y hasta jugadores.
Unreal Engine 5
Su última actualización es de abril de 2022 y aunque fue pensado inicialmente solo para shooters en primera persona (FPS por sus siglas en inglés) en 1998, ha sido enormemente exitoso para el desarrollo de juegos de otros géneros. Su código escrito C++ lo hace tremendamente amigable para la mayoría de estudios.
A pesar de que todavía hay grandes títulos como GTA V o EA Sports FC 25 que hacen sus propios motores gráficos, y no parece que eso vaya a cambiar en el corto plazo, Unreal Engine 5 cada vez tiene una cuota de mercado más grande. El más reciente y claro ejemplo es Halo, que dejó atrás su motor gráfico Slipspace Engine, creado por Microsoft Gaming, para utilizar el de Epic Games.
Aunque no es oficial, esto responde a la necesidad de Xbox Game Studios de comenzar a abrir sus grandes exclusivos a su competencia directa, PlayStation. Además de ser más compatible con consolas PS5 y PS5 Pro, Unreal Engine 5 le permite a Halo estar disponible para los gamers de PC.
¿Se acabarán los exclusivos en los videojuegos?
Esta es otra de las tendencias palpables en la industria, pues los exclusivos de Xbox no son los únicos que han migrado a otras plataformas. Spider-Man 2 y God of War: Ragnarok, valiosas IP’s de Sony, han sido lanzadas recientemente para computador, lo que les hace perder su status de exclusivos de consolas PlayStation, sin hablar de que cada vez son más comunes los títulos intergeneracionales.
Antes de todo esto, las grandes empresas no escatimaban en gastos en pro de desarrollar un motor gráfico que le brindará la oportunidad de adaptarlo a sus necesidades personales. Sin embargo, ahora, al todos o casi todos utilizar Unreal Engine 5 es una característica que ya no es tan importante para hacer juegos.
No obstante, el hecho de que la mayoría de entregas tengan el mismo motor no permite la innovación tecnológica, pues los motores propios y adaptados a cada propuesta o consola entrega una ventaja competitiva en el mercado. Esto lleva a cada sistema a su límite de rendimiento, algo que no ocurre en la generación actual, pues al no tener un motor propio no se puede conocer la capacidad real de cada consola.
¿Es rentable crear un motor gráfico propio?
Esta es una de las razones por la cual las grandes compañías han renunciado a tener su propio motor, pues según estimaciones del estudio Square Enix y Rockstar Games, este puede costar entre US$100 y 150 millones. Lo mismo que le valió a PlayStation el desarrollo de Concord, un juego que se retiró del mercado luego de apenas dos semanas.
Adicionalmente, la creación de un motor gráfico puede llevar de cuatro a 10 años, un periodo de tiempo muy extenso en el que también pueden surgir contratiempos. Esto va en contra vía a una industria que cada vez es menos tolerante con los grandes fracasos y trata de pisar en terreno seguro.
Sin embargo, la homogeneización de motores gráficos, y por ende procesos de desarrollo, desvirtúa la competencia de estudios y fabricantes, privando a los gamers de innovaciones en términos de jugabilidad, narrativas, tasas nativas de fotogramas por segundo (FPS) y demás aspectos gráficos.
¿Qué otros juegos migrarán a Unreal Engine 5?
La generalizada utilización de Unreal Engine 5 también presenta ventajas para la industria, pues su fácil accesibilidad, su alta portabilidad con casi cualquier plataforma y amplia presencia en videojuego AAA reduce los tiempos de desarrollo y flexibiliza el trabajo de los programadores.
Por el momento, aparte del nuevo remake de Halo, programado para 2026, hay otros tres estudios que dejarán atrás su motor gráfico propio. CD Projeckt Red le dice adiós a REDengine para el desarrollo de su próximo título perteneciente a la saga de The Witcher.
Square Enix da por terminado su trabajo con Luminous Engine y prepara el remake de Final Fantasy VII con la ayuda de Unreal Engine 5. Por último, Crystal Dynamics hará lo mismo con su motor Foundation Engine para la siguiente entrega de su franquicia de Tomb Raider. Sin duda, prácticas que se harán más habituales con el paso del tiempo.