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El pasado julio, Google admitió que “expertos del lenguaje” escuchan el 0,2 % de las conversaciones que mantienen millones de usuarios con su asistente virtual desde diferentes dispositivos.
La controversia llevó a la compañía a suspender el programa de transcripción humana a nivel mundial y solo este lunes hicieron públicos los cambios que incorporarán en dicho sistema.
“Está claro que no cumplimos con nuestros altos estándares para facilitarle la comprensión de cómo se utilizan sus datos, y le pedimos disculpas”, indicó la compañía con sede en Mountain View (California, EE.UU.) en una de sus entradas de blog.
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Google explicó que nunca ha guardado grabaciones de sus usuarios a través de su asistente, sin embargo, también indicó que la opción de escucharlas se puede activar mediante la herramienta Actividad de voz y audio (VAA) que, aseguran, contribuye a mejorar su servicio al reconocer con mayor claridad la voz del usuario.
Al activar la opción, Google le enviará una alerta indicando que un grupo de expertos podría acceder a sus audios para hacer mejoras en la tecnología de voz. De no reconfirmarlo, la compañía no podrá incluir sus grabaciones en el proyecto.
Otra de las mejoras incluye la eliminación automática de audios que hayan sido grabados por error, es decir, que hayan activado el sistema de búsqueda de voz con una frase o sonido similar a “ok Google”. La compañía aseguró que todavía debe mejorar varios aspectos en esta área.
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El escándalo se desató el pasado julio, luego de que la televisión belga VRT NWS accedió a alrededor de un millar de grabaciones de individuos anónimos obtenidas por uno de los expertos que Google había contratado para escuchar segmentos de las conversaciones.
El medio aseguró haber escuchado conversaciones privadas, llamadas profesionales, discusiones y escenas tanto de sexo como de violencia. También fue capaz de identificar "direcciones postales y otra información delicada" en las grabaciones.
David Monsees, responsable de producto de búsquedas de Google, se vió obligado a admitir las escuchas y explicó que contribuyen a "mejorar la calidad del servicio".
Esta práctica es usual en la industria y su divulgación le ha costado más de una controversia a otras compañías como Apple y Microsoft.