Guía para entender el mundo de la ciberseguridad y cómo protegerse en él
El mundo de la seguridad digital puede ser intrincado y denso. Al mismo tiempo, le concierne a todos los ciudadanos digitales. En este documento puede entender un poco mejor de qué se tratan los términos extraños y obtener consejos básicos y buenas prácticas para resguardar su información personal.
Santiago La Rotta
La nueva normalidad fue una de las frases más populares durante la pandemia. Y se utilizó para denominar los cambios del mundo que emergió después del impacto del covid-19 a nivel global.
Si bien la expresión se usó para describir nuevos escenarios de trabajo o estudio, entre otras cosas, también podría utilizarse para definir el estado actual de la ciberseguridad en el mundo: cientos de miles de ataques digitales en toda dirección a toda hora, todos los días; y en algunos casos, con una tendencia al crecimiento.
Lea también: Las lecciones de ciberseguridad que nos dejan los ataques contra Colsanitas y EPM
No se trata de inducir pánico. Es un reconocimiento de que, en la medida en la que la digitalización ha ido creciendo, también han ido aumentando en número y sofisticación las amenazas digitales en contra de usuarios y empresas.
De fondo, la seguridad digital es un vasto mercado, tanto para criminales, como para las empresas del sector.
Como ya dijimos, no se trata de morirse del miedo, pero sí de saber que la ciberseguridad es un asunto que fluye, evoluciona y crece.
Para entender mejor estos movimientos se puede pensar en este asunto como un pulso: una mano empuja para un lado, la otra en la dirección contraria y las fuerzas opuestas tratan de contrarrestarse.
Lea también: Qué viene en política digital y tecnología en 2023
En la medida en la que hay nuevas y mejores soluciones y previsiones de seguridad también hay nuevas y mejores amenazas. Es un problema del huevo-la gallina en un ciclo casi eterno entre seguridad y cibercrimen.
Pero, claro, el punto acá es que el covid-19 terminó por trastocar y acelerar esta dinámica, de la misma forma que lo hizo con prácticamente todo lo demás de la vida diaria.
Las cifras sirven para entender un poco la escala del fenómeno, aunque los números enmascaran una buena parte del tema. Para los no iniciados, o sea, la mayoría de los usuarios, hablar de ransomware, malware o phishing puede ser algo entre confuso o sin ningún significado.
Por esto es clave tener claros algunos términos antes de seguir adelante. Este pequeño glosario lo ubica con algunas de las palabras más populares en el mundo de la ciberseguridad.
Y si bien los titulares recientes hablan de grandes empresas como EPM, Colsanitas o entidades como el Invima, lo cierto es que el ecosistema digital se nutre de individuos, personas que, más allá de sus trabajos, siguen siendo usuarios de tecnología en una multitud de niveles.
Al final del día, una cadena sólo es tan fuerte como su eslabón más débil y esto aplica para compañías también. Entonces, de cara a los usuarios, siempre es bueno tener algunas medidas de seguridad sencillas que pueden marcar la diferencia entre la normalidad y un ataque digital exitoso.
La nueva normalidad fue una de las frases más populares durante la pandemia. Y se utilizó para denominar los cambios del mundo que emergió después del impacto del covid-19 a nivel global.
Si bien la expresión se usó para describir nuevos escenarios de trabajo o estudio, entre otras cosas, también podría utilizarse para definir el estado actual de la ciberseguridad en el mundo: cientos de miles de ataques digitales en toda dirección a toda hora, todos los días; y en algunos casos, con una tendencia al crecimiento.
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No se trata de inducir pánico. Es un reconocimiento de que, en la medida en la que la digitalización ha ido creciendo, también han ido aumentando en número y sofisticación las amenazas digitales en contra de usuarios y empresas.
De fondo, la seguridad digital es un vasto mercado, tanto para criminales, como para las empresas del sector.
Como ya dijimos, no se trata de morirse del miedo, pero sí de saber que la ciberseguridad es un asunto que fluye, evoluciona y crece.
Para entender mejor estos movimientos se puede pensar en este asunto como un pulso: una mano empuja para un lado, la otra en la dirección contraria y las fuerzas opuestas tratan de contrarrestarse.
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En la medida en la que hay nuevas y mejores soluciones y previsiones de seguridad también hay nuevas y mejores amenazas. Es un problema del huevo-la gallina en un ciclo casi eterno entre seguridad y cibercrimen.
Pero, claro, el punto acá es que el covid-19 terminó por trastocar y acelerar esta dinámica, de la misma forma que lo hizo con prácticamente todo lo demás de la vida diaria.
Las cifras sirven para entender un poco la escala del fenómeno, aunque los números enmascaran una buena parte del tema. Para los no iniciados, o sea, la mayoría de los usuarios, hablar de ransomware, malware o phishing puede ser algo entre confuso o sin ningún significado.
Por esto es clave tener claros algunos términos antes de seguir adelante. Este pequeño glosario lo ubica con algunas de las palabras más populares en el mundo de la ciberseguridad.
Y si bien los titulares recientes hablan de grandes empresas como EPM, Colsanitas o entidades como el Invima, lo cierto es que el ecosistema digital se nutre de individuos, personas que, más allá de sus trabajos, siguen siendo usuarios de tecnología en una multitud de niveles.
Al final del día, una cadena sólo es tan fuerte como su eslabón más débil y esto aplica para compañías también. Entonces, de cara a los usuarios, siempre es bueno tener algunas medidas de seguridad sencillas que pueden marcar la diferencia entre la normalidad y un ataque digital exitoso.