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Cuando Facebook adquirió Whatsapp hace dos años, no parecía quedar muy claro por qué la red social pagó US$19.000 millones por una aplicación de mensajería, más aún cuando la misma empresa tiene su propio producto de mensajería.
En su momento, la pregunta era si los usuarios de ese momento (450 millones) más los futuros valían esa cifra. Y la respuesta era difusa, cuando menos.
Hoy, la cosa ha cambiado y, si bien no hay una cifra detrás de todo el tema, lo que sí resulta claro es que Facebook quiere una puerta de entrada más directa en la vida de los usuarios. Un camino que está pensado, principalmente, para los anunciantes.
En pocas palabras, el anuncio de este jueves lo que quiere decir es que WhatsApp compartirá información con Facebook que antes estaba separada entre los dos productos, como el número de teléfono de los usuarios de la aplicación de mensajería. (Lea "WhatsApp compartirá datos de sus usuarios con Facebook")
Esto le permitirá a Facebook llevar una contabilidad más detallada de qué usuarios comparten ambos servicios y ofrecerles publicidad más detallada al interior de Facebook, no de WhatsApp, al menos no por ahora.
Aquí la discusión se torna un poco más gris, pues no queda del todo claro cómo funcionará el tema de ofrecer publicidad más relevante sin que Facebook sepa de qué están hablando los usuarios de WhatsApp.
Vale la pena recordar que WhatsApp implementó el cifrado de extremo a extremo en sus comunicaciones, una tecnología que sólo muestra el contenido de los mensajes a las partes involucradas en una conversación. Ni la aplicación, ni Facebook, podrían ver de qué están hablando los usuarios de WhatsApp.
“También actualizamos estos documentos (las políticas de privacidad) para enfatizar que ofrecemos el cifrado de extremo a extremo. Cuando tú y los destinatarios de tus mensajes usan una versión reciente de WhatsApp, sus conversaciones quedan cifradas por defecto; esto significa que ustedes son los únicos que pueden leerlas. Aunque colaboremos con Facebook en los próximos meses, tus mensajes cifrados continuarán siendo privados y nadie más podrá leerlos. Ni WhatsApp, ni Facebook, ni nadie más. No publicaremos o compartiremos los números de WhatsApp con otros, incluyendo a Facebook; ni le venderemos, compartiremos o daremos tu número de teléfono a anunciantes”, dijo la empresa en una publicación de su blog.
Ahora bien, todo el asunto puede funcionar al revés: no se trata de saber qué está pasando en Whatsapp para acomodar qué se le muestra al usuario en Facebook, sino entender con quién se interactúa en Facebook para alcanzarlo a través de WhatsApp.
El ejemplo que la empresa está utilizando para ilustrar este punto es el de una persona que tiene un vuelo programado con una determinada compañía aérea. Si las interacciones entre ambos han involucrado Facebook, el contacto de la aerolínea con su cliente puede llegar a través de WhatsApp.
WhatsApp sigue insistiendo en que no desplegará publicidad en su servicio, aún. Pero lo cierto es que este paso pareciera inevitable a futuro, por más que la empresa continúe diciendo lo contrario. Por cierto, esta negación categórica también aplicó en su momento para el hecho de compartir información entre ellos y Facebook. Los hechos recientes parecieran restarles credibilidad.
Intentar monetizar una aplicación como WhatsApp era un asunto inevitable debido a su base de usuarios de más de 1.000 millones y al precio que pagó Facebook por el servicio. Más aún cuando se trata de un producto que, desde enero de 2016, es totalmente gratis. La compañía ya lo había advertido en ese momento: “Desde este año, empezaremos a probar herramientas que le permitan utilizar WhatsApp para comunicarse con empresas y organizaciones en las cuales esté interesado el usuario. Esto puede significar que una persona pueda comunicarse con su banco para confirmar si una transacción fue fraudulenta o con una aerolínea para hablar de un vuelo retrasado. Hoy en día recibimos estos mensajes en otros lados –a través de mensajes de texto y llamadas- así que lo que queremos hacer es probar estas nuevas herramientas para facilitar este proceso en WhatsApp, al mismo tiempo que le ofrecemos una experiencia sin publicidad de terceros ni spam”.
Pero el paso de datos entre WhatsApp y Facebook inquieta a muchos, pues la segunda es una empresa que, aunque hace un énfasis especial en la privacidad de sus usuarios, también ha cometido una serie de errores en este campo. En su momento, el blog de tecnología All Things D (ahora extinto, pero que era propiedad de The Wall Street Journal) aseguró que al menos un tercio de las respuestas de Mark Zuckerberg a las quejas de sus usuarios eran por problemas con el manejo de la privacidad de éstos en su servicio.
Lo que comenzarán a probar WhatsApp y Facebook sigue los pasos de lo que ya se está haciendo con Messenger (la otra aplicación de mensajería de la red social), en donde hay un programa de interacciones entre usuarios y negocios.
Y esto, a su vez, sigue una visión en la que las aplicaciones de mensajería son una especie de central de servicios, no sólo herramientas de comunicación.
El ejemplo más claro de esto es Wechat, que, con 762 millones de usuarios, es uno de los rivales más poderosos de WhatsApp y Messenger. La plataforma china permite un amplio panorama de interacciones, desde hablar con amigos, seguir a celebridades, comunicarse con negocios y hacer compras, todo directamente desde la aplicación.
Wechat da el paso extra más allá de la publicidad, pues no se trata sólo de capturar posibles clientes o posicionar marcas, sino de efectuar transacciones a través de las aplicaciones de mensajería, que hoy parecieran ser sinónimos de tecnología móvil.