Hulu, una venta que se deteriora
Aunque se posiciona como una de las alternativas de la industria más atractivas, el afán de sus dueños, tres conglomerados mundiales, por conseguir el mejor trato puede traer grandes perjuicios.
David Mayorga
Hulu se ha convertido en la nueva joya de la industria de las telecomunicaciones. El servicio de televisión en línea, fundado en 2007, propiedad de Fox (36%), NBC (32%) y Disney (32%), que le permite a los suscriptores de Estados Unidos y sus territorios en el mar acceder a episodios de programas populares por internet, es hoy en día el objetivo de una nueva adquisición. Sus principales pretendientes son DirecTV y una unión entre AT&T y Chernin Group (una firma de inversiones en medios), pues cada uno ofreció un precio de compra de US$1.000 millones, aunque Time Warner no pierde la esperanza de hacerse a un estratégico paquete accionario dentro de la sociedad.
La importancia repentina de este servicio obedece a un cambio estructural en el comportamiento de los televidentes, que se están alejando de los tradicionales paquetes de televisión por suscripción para acceder a plataformas en línea que les permitan acceder a su contenido preferido sin restricción de horarios, por medio de un dispositivo móvil y elaborar sus propias listas de contenidos a cambio de un precio muy bajo. De hecho, ese atractivo es una alternativa estratégica para un potencial comprador como DirecTV, afectado por el crecimiento de aplicaciones rivales como Netflix y Amazon.
Tampoco hay que olvidar sus base de 4 millones de usuarios dispuestos a pagar, en su paquete de suscripción básica, una tarifa mensual de US$8. Pero no todos pueden hacerse a él. Sus tres dueños desecharon recientemente la oferta conjunta del grupo de medios Guggenheim Digital y la banca privada KKR & Co. esperando hacerse a mejores condiciones de acceso a la red para sus contenidos con otro potencial comprador.
Pero en esa lucha por encontrar el mejor trato y el precio más alto pueden toparse con una gran decepción. "Claramente, los accionistas recibirán mucho menos dinero si llegan a un acuerdo de licenciamiento favorable. Eso explicaría por qué una compañía que ha crecido tan rápido en los últimos dos años ha vistos recortado a la mitad el valor de la iniciativa conjunta, de los US$2.000 millones de 2011 a los US$1.000 millones que ofrece hoy DirecTV", consignó Dan Mitchell en la edición digital de Forbes.
Y en esa lucha, los usuarios sentirían los efectos de la adquisición. Acostumbrados a contar con episodios en la red el mismo día de su estreno al aire, los compradores quieren renegociar sus alianzas basados en una tardanza de publicación de hasta 30 días para lograr, entre otros, mayores ingresos publicitarios. Eso disminuiría los ingresos de Hulu, un problema que enfrenta hoy.
Su servicio gratuito, basado en anuncios publicitarios, genera ganancias que crecen a un ritmo muy lento. Contrario a lo que sucede con su suscripción, con una dinámica tasa de suscripción que se ve contrarrestada por la deserción de usuarios (se calcula que hoy en día cuenta con 77.000 abonados). Ante este escenario, el nuevo comprador deberá tener la astucia y el músculo financiero para revitalizar el servicio, asegurarse contratos de licenciamiento favorables a los usuarios y diversificar sus fuentes de financiamiento frente a otros servicios en línea con economías de escala que soportan sus ingresos además, con operaciones en el exterior.
Hulu se ha convertido en la nueva joya de la industria de las telecomunicaciones. El servicio de televisión en línea, fundado en 2007, propiedad de Fox (36%), NBC (32%) y Disney (32%), que le permite a los suscriptores de Estados Unidos y sus territorios en el mar acceder a episodios de programas populares por internet, es hoy en día el objetivo de una nueva adquisición. Sus principales pretendientes son DirecTV y una unión entre AT&T y Chernin Group (una firma de inversiones en medios), pues cada uno ofreció un precio de compra de US$1.000 millones, aunque Time Warner no pierde la esperanza de hacerse a un estratégico paquete accionario dentro de la sociedad.
La importancia repentina de este servicio obedece a un cambio estructural en el comportamiento de los televidentes, que se están alejando de los tradicionales paquetes de televisión por suscripción para acceder a plataformas en línea que les permitan acceder a su contenido preferido sin restricción de horarios, por medio de un dispositivo móvil y elaborar sus propias listas de contenidos a cambio de un precio muy bajo. De hecho, ese atractivo es una alternativa estratégica para un potencial comprador como DirecTV, afectado por el crecimiento de aplicaciones rivales como Netflix y Amazon.
Tampoco hay que olvidar sus base de 4 millones de usuarios dispuestos a pagar, en su paquete de suscripción básica, una tarifa mensual de US$8. Pero no todos pueden hacerse a él. Sus tres dueños desecharon recientemente la oferta conjunta del grupo de medios Guggenheim Digital y la banca privada KKR & Co. esperando hacerse a mejores condiciones de acceso a la red para sus contenidos con otro potencial comprador.
Pero en esa lucha por encontrar el mejor trato y el precio más alto pueden toparse con una gran decepción. "Claramente, los accionistas recibirán mucho menos dinero si llegan a un acuerdo de licenciamiento favorable. Eso explicaría por qué una compañía que ha crecido tan rápido en los últimos dos años ha vistos recortado a la mitad el valor de la iniciativa conjunta, de los US$2.000 millones de 2011 a los US$1.000 millones que ofrece hoy DirecTV", consignó Dan Mitchell en la edición digital de Forbes.
Y en esa lucha, los usuarios sentirían los efectos de la adquisición. Acostumbrados a contar con episodios en la red el mismo día de su estreno al aire, los compradores quieren renegociar sus alianzas basados en una tardanza de publicación de hasta 30 días para lograr, entre otros, mayores ingresos publicitarios. Eso disminuiría los ingresos de Hulu, un problema que enfrenta hoy.
Su servicio gratuito, basado en anuncios publicitarios, genera ganancias que crecen a un ritmo muy lento. Contrario a lo que sucede con su suscripción, con una dinámica tasa de suscripción que se ve contrarrestada por la deserción de usuarios (se calcula que hoy en día cuenta con 77.000 abonados). Ante este escenario, el nuevo comprador deberá tener la astucia y el músculo financiero para revitalizar el servicio, asegurarse contratos de licenciamiento favorables a los usuarios y diversificar sus fuentes de financiamiento frente a otros servicios en línea con economías de escala que soportan sus ingresos además, con operaciones en el exterior.