Impresoras, monitores y audio: guía para montar su nueva oficina
Un nuevo espacio de trabajo viene con nuevas necesidades, que antes solía solucionar alguien en su antigua oficina. Aquí le contamos qué debe tener en cuenta para encontrar los equipos que mejor se adapten a sus requerimientos.
En la medida en la que el choque inicial de la pandemia cede (vía vacunación o costumbre), las rutinas alrededor del trabajo también comienzan a asentarse. Si bien algunas empresas pedirán a algunos (o a todos) los trabajadores que regresen a las oficinas, una realidad comienza a quedar medianamente clara: el trabajo presencial ya no será la opción reinante en el mercado.
Progresivamente vamos migrando hacia modelos de trabajo totalmente remotos o, cuando menos, híbridos, en los que hay componentes presenciales, pero un énfasis en laborar desde otras locaciones.
Y estas otras locaciones incluyen, primordialmente, el hogar. La especie de migración de la oficina a la casa trae implicaciones en todos los niveles, desde comenzar a repensar la forma como construimos y hacemos planeación urbana, hasta la disposición y organización de una casa.
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En esta medida, las oficinas en el hogar han emergido como una necesidad de primera mano, más que un lujo o una especie de extravagancia de algunos usuarios. Equiparlas adecuadamente se convierte, entonces, en una preocupación central para muchos usuarios.
En esta serie de guías establecemos principios de compra para equipar una oficina en casa. Y comenzamos por equipos que, lejos de ser el centro de atención (como un computador o una buena silla), puede resultar vitales para muchos usuarios, pero cuyos proceso de compra son algo enredados y complejos debido a la abundancia de características y opciones en el mercado.
Estas guías no son recomendaciones de marcas específicas, vale la pena aclarar. Lo que sí ofrecen son criterios e información para navegar la maraña de especificaciones técnicas que rodean algunos de estos equipos. Insistimos en que el primer paso para comprar un equipo es reconocer las necesidades de cada usuario porque este criterio guía, en últimas, qué dispositivo sirve mejor las funciones que se requieren.
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Con el tiempo iremos agregando más dispositivos, pero quisimos comenzar con una serie de cuatro categorías: monitores, impresoras, audífonos y parlantes.
Pensamos, especialmente, en trabajo en casa, con algunas de las variables que esto implica: espacios compartidos (y/o reducidos), multitud de usos para multitud de usuarios (una impresora para documentos de la oficina, pero quizá también para algo en el colegio) y precios. Si bien no hay recomendaciones de compra específicas, siempre conservamos los pies en el suelo: algunas de las opciones en el mercado pueden no ser aprovechadas por el foco de nuestros usuarios y sí comenzar a abultar la cuenta final.
En los siguientes vínculos pueden encontrar las guías para cada uno de estos dispositivos que, repetimos, es una serie de inicial, pues iremos agregando más con el tiempo.
En la medida en la que el choque inicial de la pandemia cede (vía vacunación o costumbre), las rutinas alrededor del trabajo también comienzan a asentarse. Si bien algunas empresas pedirán a algunos (o a todos) los trabajadores que regresen a las oficinas, una realidad comienza a quedar medianamente clara: el trabajo presencial ya no será la opción reinante en el mercado.
Progresivamente vamos migrando hacia modelos de trabajo totalmente remotos o, cuando menos, híbridos, en los que hay componentes presenciales, pero un énfasis en laborar desde otras locaciones.
Y estas otras locaciones incluyen, primordialmente, el hogar. La especie de migración de la oficina a la casa trae implicaciones en todos los niveles, desde comenzar a repensar la forma como construimos y hacemos planeación urbana, hasta la disposición y organización de una casa.
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