Jack Dorsey es nombrado nuevo CEO de Twitter
Este es uno de los cofundadores de la empresa y, desde julio de este año, se encontraba de manera interina en el cargo, luego de la renuncia de Dick Costolo.
Santiago La Rotta
Después de poco más de tres meses de especulaciones, deliberaciones a puerta cerrada y un intenso escrutinio mediático, Twitter anunció este lunes que Jack Dorsey será el nuevo CEO oficial de la compañía.
Dorsey se encontraba en el cargo de manera interina después de la renuncia de Dick Costolo, el primero de julio de este año; Costolo también dejará su puesto en la junta directiva de la compañía.
Esta es la segunda vez que Dorsey entra como CEO de Twitter, empresa que cofundó con Evan Williams, Biz Stone y Noah Glass en 2006. Por cierto, Williams también ejerció este cargo brevemente en 2008, momento en el que le arrebató la posición al propio Dorsey.
Los cambios de liderazgo en la compañía dejan ver parte de los problemas de Twitter, un servicio cuya popularidad no ha crecido significativamente en los años y que, sin embargo, es considerado como uno de los pilares de la web manejada por las redes sociales: o sea, una plataforma vital, aunque con un crecimiento modesto, por decirlo de alguna forma.
Esta es justamente la encrucijada en la que se encuentra la compañía: ser un servicio relevante para los usuarios que de verdad lo entienden, pero no lograr atraer a nuevas audiencias, cosa que, por cierto, sí han logrado varios otras plataformas en la red.
Hace apenas unas semanas, Instagram anunció que superó la marca de los 400 millones de usuarios; 100 de éstos llegaron al sitio en los últimos nueve meses. Twitter apenas está superando los 316 millones.
Las cifras son preocupantes, de entrada, pero lo son aún más cuando se tiene en cuenta que Twitter es una compañía que se negocia públicamente en la bolsa de valores, lo que la empujan a crecer a un ritmo más acelerado y a intentar capturar una mayor tajada de la torta publicitaria. Ambas cosas, casi necesariamente, obligan al servicio a tratar de ser un poco como Facebook, la plataforma que, quizá, es la competencia más natural de la empresa.
Pero Facebook es un animal completamente distinto. Parte de la tragedia de Twitter, tal vez, es vivir bajo la sombra de una plataforma que está concebida de otra forma. Por cierto, Facebook tiene cuatro veces más de usuarios que Twitter y sus ingresos son 10 veces superiores a los de esta empresa.
El asunto está relacionado con la concepción misma de cada compañía: Twitter es un inacabable río de datos, una plataforma cuya estructura permite que el usuario mismo cure enteramente la forma como consume el contenido que el mundo tiene para ofrecerle. Claro, cada persona elige qué perfiles seguir de acuerdo a sus gustos e intereses, pero esas elecciones, multiplicadas a lo largo y ancho del servicio, terminan por exponer al usuario inicial a una variedad más abierta de información. Esto se ve reforzado por la interfaz misma del sitio, en la que se privilegian los eventos más recientes: la inmediatez acá lo es todo y es el usuario quien ejerce como filtro.
Pero no todo el mundo está dispuesto a pasar sus días pendiente de una red social. Para muchos ni siquiera es una cuestión de interés, sino de escasez de tiempo. El enfoque Facebook pone a jugar un algoritmo que, al menos en parte, se encarga de esta curación del contenido, basándose en los gustos y amigos de cada persona, entre otras variables.
En los últimos meses, la empresa de Dorsey ha introducido varias formas para tratar de capturar a usuarios casuales al mostrarles una sección de “lo mejor en Twiter”. También ha diseñado listas curadas, que se basan en los contactos del teléfono de una persona, para mostrarle así lo que sus conocidos ven en la plataforma. La compañía ha incursionado en el terreno del video en línea a través de Periscope, un servicio para transmitir, en tiempo real, contenido en este formato.
Esta semana podría ser crucial para Twitter, pues la empresa le mostrará al gremio de anunciantes un nuevo producto, hasta ahora se ha conocido como Lightning, que pretende agrupar los mensajes más populares en la plataforma de acuerdo con su tema. En pocas palabras, sería una de las modificaciones más drásticas a la forma como se despliega la información en el servicio: de río inacabable de información a una especie de curaduría realizada con base en temáticas.
Una de las grandes discusiones alrededor del posible nombramiento de Dorsey es su rol como CEO de Square, la compañía que facilita pagos con tarjetas de crédito para pequeños comerciantes, y que está próxima a entrar a la bolsa de valores; esta empresa (cofundada también por Dorsey) cuenta con una valuación de US$6.000 millones.
Dorsey seguirá también al mando de Square, pero no recibirá salario por su nueva posición en Twitter, de acuerdo con información publicada por el diario The New York Times.
La selección de Dorsey como nuevo CEO estuvo a cargo de un comité integrado por Peter Currie, Peter Fenton y Evan Williams. Currie aseguró este lunes que “con el tiempo, resultó claro para nosotros que Jack no sólo estaba cumpliendo nuestras expectativas como CEO, sino que las estaba superando, al mismo tiempo que dirige Square”.
Después de poco más de tres meses de especulaciones, deliberaciones a puerta cerrada y un intenso escrutinio mediático, Twitter anunció este lunes que Jack Dorsey será el nuevo CEO oficial de la compañía.
Dorsey se encontraba en el cargo de manera interina después de la renuncia de Dick Costolo, el primero de julio de este año; Costolo también dejará su puesto en la junta directiva de la compañía.
Esta es la segunda vez que Dorsey entra como CEO de Twitter, empresa que cofundó con Evan Williams, Biz Stone y Noah Glass en 2006. Por cierto, Williams también ejerció este cargo brevemente en 2008, momento en el que le arrebató la posición al propio Dorsey.
Los cambios de liderazgo en la compañía dejan ver parte de los problemas de Twitter, un servicio cuya popularidad no ha crecido significativamente en los años y que, sin embargo, es considerado como uno de los pilares de la web manejada por las redes sociales: o sea, una plataforma vital, aunque con un crecimiento modesto, por decirlo de alguna forma.
Esta es justamente la encrucijada en la que se encuentra la compañía: ser un servicio relevante para los usuarios que de verdad lo entienden, pero no lograr atraer a nuevas audiencias, cosa que, por cierto, sí han logrado varios otras plataformas en la red.
Hace apenas unas semanas, Instagram anunció que superó la marca de los 400 millones de usuarios; 100 de éstos llegaron al sitio en los últimos nueve meses. Twitter apenas está superando los 316 millones.
Las cifras son preocupantes, de entrada, pero lo son aún más cuando se tiene en cuenta que Twitter es una compañía que se negocia públicamente en la bolsa de valores, lo que la empujan a crecer a un ritmo más acelerado y a intentar capturar una mayor tajada de la torta publicitaria. Ambas cosas, casi necesariamente, obligan al servicio a tratar de ser un poco como Facebook, la plataforma que, quizá, es la competencia más natural de la empresa.
Pero Facebook es un animal completamente distinto. Parte de la tragedia de Twitter, tal vez, es vivir bajo la sombra de una plataforma que está concebida de otra forma. Por cierto, Facebook tiene cuatro veces más de usuarios que Twitter y sus ingresos son 10 veces superiores a los de esta empresa.
El asunto está relacionado con la concepción misma de cada compañía: Twitter es un inacabable río de datos, una plataforma cuya estructura permite que el usuario mismo cure enteramente la forma como consume el contenido que el mundo tiene para ofrecerle. Claro, cada persona elige qué perfiles seguir de acuerdo a sus gustos e intereses, pero esas elecciones, multiplicadas a lo largo y ancho del servicio, terminan por exponer al usuario inicial a una variedad más abierta de información. Esto se ve reforzado por la interfaz misma del sitio, en la que se privilegian los eventos más recientes: la inmediatez acá lo es todo y es el usuario quien ejerce como filtro.
Pero no todo el mundo está dispuesto a pasar sus días pendiente de una red social. Para muchos ni siquiera es una cuestión de interés, sino de escasez de tiempo. El enfoque Facebook pone a jugar un algoritmo que, al menos en parte, se encarga de esta curación del contenido, basándose en los gustos y amigos de cada persona, entre otras variables.
En los últimos meses, la empresa de Dorsey ha introducido varias formas para tratar de capturar a usuarios casuales al mostrarles una sección de “lo mejor en Twiter”. También ha diseñado listas curadas, que se basan en los contactos del teléfono de una persona, para mostrarle así lo que sus conocidos ven en la plataforma. La compañía ha incursionado en el terreno del video en línea a través de Periscope, un servicio para transmitir, en tiempo real, contenido en este formato.
Esta semana podría ser crucial para Twitter, pues la empresa le mostrará al gremio de anunciantes un nuevo producto, hasta ahora se ha conocido como Lightning, que pretende agrupar los mensajes más populares en la plataforma de acuerdo con su tema. En pocas palabras, sería una de las modificaciones más drásticas a la forma como se despliega la información en el servicio: de río inacabable de información a una especie de curaduría realizada con base en temáticas.
Una de las grandes discusiones alrededor del posible nombramiento de Dorsey es su rol como CEO de Square, la compañía que facilita pagos con tarjetas de crédito para pequeños comerciantes, y que está próxima a entrar a la bolsa de valores; esta empresa (cofundada también por Dorsey) cuenta con una valuación de US$6.000 millones.
Dorsey seguirá también al mando de Square, pero no recibirá salario por su nueva posición en Twitter, de acuerdo con información publicada por el diario The New York Times.
La selección de Dorsey como nuevo CEO estuvo a cargo de un comité integrado por Peter Currie, Peter Fenton y Evan Williams. Currie aseguró este lunes que “con el tiempo, resultó claro para nosotros que Jack no sólo estaba cumpliendo nuestras expectativas como CEO, sino que las estaba superando, al mismo tiempo que dirige Square”.