La ruta de la innovación en el CES comienza por las pequeñas empresas
El Eureka Park es un espacio que agrupa a compañías emergentes, algunas con apenas meses de creación, que tienen conceptos novedosos para la tecnología del futuro.
Santiago La Rotta / Las Vegas, Estados Unidos
El Consumer Electronics Show es un sinónimo de grandeza en tamaño. Desde la asistencia masiva (más de 170.000 personas), hasta las instalaciones que albergan la feria, y que este año llegaron a una cifra récord de casi 230.000 metros cuadrados de exhibición.
Todo está pensado para impactar por el solo peso de los números. Acá la desproporción es un activo valioso. Y por eso quizá tiene sentido que el evento se realice en Las Vegas, que en últimas es una ciudad desproporcionada en cualquier sentido.
Pero no todo en el CES se trata de tamaño y metros cuadrados de exposición. Eureka Park es el espacio diseñado para mostrar las pequeñas ideas que en unos años pueden estar robando titulares, las investigaciones que apuntan a lo imposible.
Hay universidades mostrando prototipos de sensores de luz para detectar anomalías en la sangre o pequeñas empresas que exhiben nuevas tecnologías en cámaras y proyectores para crear hologramas estables y de buena resolución.
En este punto de la feria, más no es necesariamente mejor e incluso el stand más pequeño puede albergar conceptos que resulten revolucionarios eventualmente. Suena un poco ingenuo y optimista, quizá. Pero cabe anotar que hace apenas cuatro años Oculus ni siquiera tenía un espacio propio en el CES y, en cambio, rentó una sola habitación en un hotel para realizar las demostraciones de sus gafas. Todo esto fue antes de que la compañía fuera adquirida por Facebook, razón por la cual hoy puede pagar una exhibición de dos pisos de altura con 11 habitaciones para sus visualizaciones de realidad virtual.
“Somos una compañía pequeña, con apenas unos meses de existencia, pero ya estamos distribuyendo en Corea y la idea de venir al CES es encontrar socios globales. Creemos que nuestro producto puede competir con los grandes del mercado”.
Quien habla es Ken Roh, uno de los fundadores de Welt, una pequeña startup coreana que fabrica un cinturón inteligente que, en pocas palabras, puede saber cuando la persona está comiendo de más. “Mediante varias mediciones con sensores y cálculos hechos con nuestros algoritmos, podemos detectar cuando una persona simplemente está comiendo mucho y así parar. Esto tiene fines de belleza, si se quiere, pero para muchas personas es un tema delicado de salud en lugares como Estados Unidos, por ejemplo”, cuenta Roh.
Lo que Welt vende, además de ser un wearable más (un dispositivo que se lleva puesto), es justamente la posibilidad de tener tecnología casi instalada en el cuerpo, pero sin que el usuario tenga que verse como un androide. “Nuestro producto tiene un gran énfasis en el diseño. No sólo tiene que verse bien, sino lujoso, con muy buen gusto, deseable. Por eso ya estamos vendiendo en tiendas por departamento en Corea”. Roh no revela cifras acerca de sus ventas y prefiere guardar un silencio prudente sobre los próximos productos de salud y moda que está preparando la empresa.
Welt nació originalmente como una idea en el interior de Samsung y, con apoyo de la misma compañía, se convirtió en una empresa aparte. Hoy esta startup es financiada por el gigante coreano a través de una iniciativa conocida como C-Lab, que ha apoyado 160 proyectos desde 2012.
Es bien sabido que la financiación es un asunto crítico para cualquier negocio naciente. Por eso muchos de los proyectos del Eureka Park llegan al CES buscando socios, inversionistas y compradores, para así poder entrar al mercado. Muchos de estos emprendedores han recurrido a modelos de crowdfunding para materializar sus ideas.
Es el caso de Christian Bennefeld, un ingeniero alemán que hace 17 años fundó eTracker, una compañía que rastrea los comportamientos de los usuarios en línea para ofrecer esta información a terceros, como anunciantes o creadores de contenido; esta tecnología se conoce popularmente como trackers. Hoy se encuentra en el otro lado de la cerca: en el CES ofrece eBlocker, un dispositivo para que las personas puedan navegar anónimamente y bloquear los servicios que justamente ofrece su primera empresa. El proyecto recibió US$600.000 a través de Kickstarter.
“Pasé mucho tiempo viendo cómo se recolecta información privada de los usuarios. Nadie los consulta acerca de si quieren entregar estos datos a terceros. Y esto es importante. Siempre debería existir esta opción. No estoy en contra de los anunciantes, ni de los medios que viven de estos datos, pero tener una elección es vital. Nuestro producto permite que el usuario recupere control y tome esta decisión”.
En palabras simples, eBlocker es un cubo pequeño que, conectado al router del usuario, permite identificar y bloquear los rastreadores que hay en un sitio. En una prueba en vivo, Bennefeld entró al sitio de CNN para encontrarse con 30 trackers. “Puedo evitar que mi información sea entregada sin mi consentimiento y también puedo navegar de manera anónima, utilizando una VPN (una red privada) que disfraza mi dirección IP. Esto es muy útil para personas que manejan información sensible, por ejemplo”, dice el ingeniero alemán, quien es fundador y CEO de la compañía.
La empresa entró en septiembre al mercado y ya ha registrado ventas a clientes de más de 80 países. “Queremos encontrar socios globales porque creemos que este producto ofrece una solución novedosa para un problema que también se da a una escala global”, asegura Bennefeld.
Solución novedosa son palabras que repiten con frecuencia los voceros de Mopic, quienes crearon una suerte de carcaza para el celular que permite ver contenido 3D sin necesidad de gafas de ningún tipo.
La tecnología desarrollada por la compañía consiste en un vidrio microperforado que se pone encima de la pantalla de un teléfono, como si fuera un forro cualquiera. En conjunto con una aplicación propia, permite que el usuario vea algo en 3D al instante, sin necesidad de hardware o software extra.
La aplicación utiliza la cámara frontal del teléfono para rastrear los movimientos de los ojos del usuario (una acción que se repite 30 veces por segundo) y así ajusta qué imagen ve la persona con cada ojo, un asunto clave a la hora de reproducir contenido en 3D. La empresa asegura que puede lograr esto con un 95 % de precisión. La reproducción no genera mareo, algo que puede ser normal con algunas gafas.
Mopic también es otra empresa apoyada por la iniciativa C-Lab de Samsung y espera que su presencia en el CES le ayude a conseguir financiación extra y compradores en mercados por fuera de Corea del Sur.
* Artículo posible por invitación de Samsung.
El Consumer Electronics Show es un sinónimo de grandeza en tamaño. Desde la asistencia masiva (más de 170.000 personas), hasta las instalaciones que albergan la feria, y que este año llegaron a una cifra récord de casi 230.000 metros cuadrados de exhibición.
Todo está pensado para impactar por el solo peso de los números. Acá la desproporción es un activo valioso. Y por eso quizá tiene sentido que el evento se realice en Las Vegas, que en últimas es una ciudad desproporcionada en cualquier sentido.
Pero no todo en el CES se trata de tamaño y metros cuadrados de exposición. Eureka Park es el espacio diseñado para mostrar las pequeñas ideas que en unos años pueden estar robando titulares, las investigaciones que apuntan a lo imposible.
Hay universidades mostrando prototipos de sensores de luz para detectar anomalías en la sangre o pequeñas empresas que exhiben nuevas tecnologías en cámaras y proyectores para crear hologramas estables y de buena resolución.
En este punto de la feria, más no es necesariamente mejor e incluso el stand más pequeño puede albergar conceptos que resulten revolucionarios eventualmente. Suena un poco ingenuo y optimista, quizá. Pero cabe anotar que hace apenas cuatro años Oculus ni siquiera tenía un espacio propio en el CES y, en cambio, rentó una sola habitación en un hotel para realizar las demostraciones de sus gafas. Todo esto fue antes de que la compañía fuera adquirida por Facebook, razón por la cual hoy puede pagar una exhibición de dos pisos de altura con 11 habitaciones para sus visualizaciones de realidad virtual.
“Somos una compañía pequeña, con apenas unos meses de existencia, pero ya estamos distribuyendo en Corea y la idea de venir al CES es encontrar socios globales. Creemos que nuestro producto puede competir con los grandes del mercado”.
Quien habla es Ken Roh, uno de los fundadores de Welt, una pequeña startup coreana que fabrica un cinturón inteligente que, en pocas palabras, puede saber cuando la persona está comiendo de más. “Mediante varias mediciones con sensores y cálculos hechos con nuestros algoritmos, podemos detectar cuando una persona simplemente está comiendo mucho y así parar. Esto tiene fines de belleza, si se quiere, pero para muchas personas es un tema delicado de salud en lugares como Estados Unidos, por ejemplo”, cuenta Roh.
Lo que Welt vende, además de ser un wearable más (un dispositivo que se lleva puesto), es justamente la posibilidad de tener tecnología casi instalada en el cuerpo, pero sin que el usuario tenga que verse como un androide. “Nuestro producto tiene un gran énfasis en el diseño. No sólo tiene que verse bien, sino lujoso, con muy buen gusto, deseable. Por eso ya estamos vendiendo en tiendas por departamento en Corea”. Roh no revela cifras acerca de sus ventas y prefiere guardar un silencio prudente sobre los próximos productos de salud y moda que está preparando la empresa.
Welt nació originalmente como una idea en el interior de Samsung y, con apoyo de la misma compañía, se convirtió en una empresa aparte. Hoy esta startup es financiada por el gigante coreano a través de una iniciativa conocida como C-Lab, que ha apoyado 160 proyectos desde 2012.
Es bien sabido que la financiación es un asunto crítico para cualquier negocio naciente. Por eso muchos de los proyectos del Eureka Park llegan al CES buscando socios, inversionistas y compradores, para así poder entrar al mercado. Muchos de estos emprendedores han recurrido a modelos de crowdfunding para materializar sus ideas.
Es el caso de Christian Bennefeld, un ingeniero alemán que hace 17 años fundó eTracker, una compañía que rastrea los comportamientos de los usuarios en línea para ofrecer esta información a terceros, como anunciantes o creadores de contenido; esta tecnología se conoce popularmente como trackers. Hoy se encuentra en el otro lado de la cerca: en el CES ofrece eBlocker, un dispositivo para que las personas puedan navegar anónimamente y bloquear los servicios que justamente ofrece su primera empresa. El proyecto recibió US$600.000 a través de Kickstarter.
“Pasé mucho tiempo viendo cómo se recolecta información privada de los usuarios. Nadie los consulta acerca de si quieren entregar estos datos a terceros. Y esto es importante. Siempre debería existir esta opción. No estoy en contra de los anunciantes, ni de los medios que viven de estos datos, pero tener una elección es vital. Nuestro producto permite que el usuario recupere control y tome esta decisión”.
En palabras simples, eBlocker es un cubo pequeño que, conectado al router del usuario, permite identificar y bloquear los rastreadores que hay en un sitio. En una prueba en vivo, Bennefeld entró al sitio de CNN para encontrarse con 30 trackers. “Puedo evitar que mi información sea entregada sin mi consentimiento y también puedo navegar de manera anónima, utilizando una VPN (una red privada) que disfraza mi dirección IP. Esto es muy útil para personas que manejan información sensible, por ejemplo”, dice el ingeniero alemán, quien es fundador y CEO de la compañía.
La empresa entró en septiembre al mercado y ya ha registrado ventas a clientes de más de 80 países. “Queremos encontrar socios globales porque creemos que este producto ofrece una solución novedosa para un problema que también se da a una escala global”, asegura Bennefeld.
Solución novedosa son palabras que repiten con frecuencia los voceros de Mopic, quienes crearon una suerte de carcaza para el celular que permite ver contenido 3D sin necesidad de gafas de ningún tipo.
La tecnología desarrollada por la compañía consiste en un vidrio microperforado que se pone encima de la pantalla de un teléfono, como si fuera un forro cualquiera. En conjunto con una aplicación propia, permite que el usuario vea algo en 3D al instante, sin necesidad de hardware o software extra.
La aplicación utiliza la cámara frontal del teléfono para rastrear los movimientos de los ojos del usuario (una acción que se repite 30 veces por segundo) y así ajusta qué imagen ve la persona con cada ojo, un asunto clave a la hora de reproducir contenido en 3D. La empresa asegura que puede lograr esto con un 95 % de precisión. La reproducción no genera mareo, algo que puede ser normal con algunas gafas.
Mopic también es otra empresa apoyada por la iniciativa C-Lab de Samsung y espera que su presencia en el CES le ayude a conseguir financiación extra y compradores en mercados por fuera de Corea del Sur.
* Artículo posible por invitación de Samsung.