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“Los fondos especulativos se han enamorado de las aplicaciones de citas, más vale que los inversores mantengan las distancias”, advertía el muy serio Financial Times el 19 de septiembre. Sin embargo, estamos hablando de un mercado global cuyo valor se estima en casi 10.000 millones de dólares en 2022, y que algunos analistas predicen que crecerá un 7% anual hasta el final de la década. Al fin y al cabo, hay más de 2.000 millones de solteros en el mundo, y entre los adultos jóvenes esa cifra alcanza un tercio en el caso de las mujeres y dos tercios en el de los hombres.
Desde el año pasado, la mayor parte del planeta está equipada con un teléfono inteligente. Los planetas Marte, Venus y Mercurio parecen estar alineados: cada vez hay más aplicaciones de citas: Tinder, Grindr, Bumble, OkCupid, Hitch... entre las más conocidas. Hay aplicaciones para musulmanes, judíos, cristianos, la diáspora africana, conservadores, liberales, ecologistas e incluso granjeros estadounidenses. Tanto si buscas un alma gemela como un ligue de una noche, seguro que hay una aplicación para ti.
El mercado se benefició enormemente de Covid-19, cuando los gobiernos de todo el mundo impusieron cierres y toques de queda en un intento de controlar la pandemia, con bares, restaurantes y locales de ocio cerrados durante meses. Ante la repentina falta de lugares donde socializar, los solteros recurrieron en masa a las aplicaciones de citas. El grupo Match, líder del mercado y propietario de Tinder y otra docena de marcas, ha visto cómo el número de sus usuarios de pago pasaba de 13 millones a principios de 2020 a casi 17 millones a finales de 2022.
El grupo Match, líder del mercado, ha visto su valor dividido por 5 en 3 años
Pero desde entonces se ha producido una reacción post-pandémica. Del mismo modo que el teletrabajo ha vuelto a ser la excepción, los solteros de todo el mundo han vuelto a quedar en la vida real, la burbuja ha estallado y el número de usuarios de pago sigue cayendo. Tinder, la app de citas más popular del mundo, perdió el 8% de sus usuarios de pago en el segundo trimestre de este año.
En su punto álgido en 2021, el grupo Match estaba valorado en casi 50.000 millones de dólares. Hoy vale 5 veces menos. Su rival Bumble ha perdido el 90% de su valor desde que salió a bolsa en 2021. Esto explica la agresiva adquisición de acciones por parte de varios grupos de fondos de inversión mencionados por el FT. Pero se trata más de fondos buitre que de inversiones a largo plazo.
También hay una paradoja específica de las aplicaciones de citas: el servicio que venden está diseñado para hacerles perder clientes. Aunque no sea una regla absoluta de la vida, la mayoría de los clientes de estas aplicaciones buscan conocer a alguien que les dé ganas de darse de baja.
En el mundo empresarial, esto se conoce como “churn”, o proporción de clientes que dejan de utilizar tu producto. En este mercado del amor, el churn es muy importante. Por eso las aplicaciones tienen que renovar constantemente su base de usuarios en un mercado que se ha vuelto ultracompetitivo. Esto dificulta la captación de inversores.