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Internet es un océano inmenso de información. Una vastedad insaciable que crece y crece con el paso de los años; una de la que usted y yo hacemos parte.
Más allá de los videos que nos gusta consumir, las noticias que leemos y las páginas de consulta a las que acudimos para hacer una tarea, en los repositorios de información también hay datos personales de casi la totalidad de las personas que han nacido en las últimas décadas.
Gran parte de estos datos se encuentran desindexados, es decir, solo se puede acceder a ellos con una dirección URL específica o ingresando a una plataforma que nos pide un usuario y contraseña, como lo puede ser un correo electrónico; pero también hay muchos otros que sí están indexados, o sea, son de fácil acceso con tan solo una búsqueda en Google.
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Seguramente en algún momento ha hecho el experimento de buscar en Google, o cualquier otro motor de búsqueda, su nombre. Probablemente le han salido fotografías que alberga en sus redes sociales, le ha aparecido su perfil de Facebook, Instagram, Twitter, y LinkedIn, así como trabajos académicos de su autoría, o incluso, información de un homónimo que se encuentra por ahí, en otra parte del mundo.
Si no tiene problema con eso, tal vez se sienta cómodo o cómoda con esos resultados y hasta le parezca curioso que esa información le aparezca a cualquier otro que sienta el interés de buscarlo. Pero ¿y si no? ¿hay forma de borrar esos datos o resultados?
Suponga que entre los resultados de búsqueda también aparece la dirección de su residencia, su correo o número de teléfono personal. También que aparezca una nota de prensa en donde se especifica que usted fue sospechoso o culpable de crimen en el pasado; un video con material pornográfico en donde usted aparece sin su consentimiento; o la entrada de un blog en donde se le acusa de cosas que usted nunca ha cometido.
Es en este momento donde por su mente surge la necesidad de eliminar esos datos, o que por lo menos sean desindexados para dificultar la búsqueda de los mismos. Es aquí cuando usted podría reclamar su derecho a la privacidad, o también a lo que en Europa se conoce como ‘derecho al olvido’.
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Hace unos meses en El Espectador publicamos una investigación completa sobre esto, en la cual sumamos el análisis de varios expertos en esta materia, los cuales brindan luces sobre los derechos que usted tiene para limpiar su presencia en internet. Lo invitamos a que lo consulte por medio de este link.
Aunque borrar por completo la presencia de una persona en internet es algo casi que imposible, sí hay mecanismos para limpiar al máximo la misma, o dificultar el acceso a la información que la relacione.
Aquí presentamos una lista de siete pasos elaborada por la firma de seguridad informática ESET:
- Búscate en Google: primero necesitas saber todo lo que Internet sabe sobre ti. Busca tu nombre, verifica los resultados en las primeras cinco páginas y combina la búsqueda de nombre con tu número de teléfono o dirección particular para ver qué aparece.
- Comprueba la configuración de privacidad de los servicios que utilizas: algunas plataformas, como Facebook o Twitter, tienen una opción en su configuración de privacidad que te permite proteger tu contenido y contactos para que no aparezcan en los motores de búsqueda.
- Ponte en contacto con el propietario del sitio web: si deseas eliminar una mención específica en otro sitio web, asegúrate de solicitar al propietario de este sitio. La mayoría de los sitios web ponen a disposición su información de contacto en “Contáctenos”.
- Elimina lo que sea innecesario: ¡Muchos de nosotros compartimos demasiado! Si te preocupa lo que todo el mundo sabe sobre ti, y debería -al menos- interesarte, comienza por eliminar viejas publicaciones de Facebook, tweets, fotos de cuando tenías 17 años o cualquier otra vergüenza. Y si sabes que la privacidad es importante para ti, también es importante para amigos y familiares, así que elimina cualquier imagen innecesaria en la que aparezcan.
- Pide a Google y Bing que eliminen tu información personal: ahora, después de hacer un poco de autolimpieza, utiliza la nueva herramienta puesta a disposición por Google para eliminar información personal de sus resultados de búsqueda. Hasta ahora, Bing solo permite la eliminación de imágenes no consensuadas o enlaces rotos y contenido obsoleto. Si eres residente de la UE, utiliza el formulario Derecho al olvido de Google y la Solicitud de bloqueo de búsqueda de Bing.
- Piensa antes de compartir. Así que, ahora que has pasado por toda esta molestia, es hora de planificar para el futuro. Tu vida virtual continúa; tal vez todavía quieras estar en Instagram, LinkedIn o cualquier otra plataforma de redes sociales y eso está bien. Pero haz un esfuerzo adicional, revisa tus preferencias de privacidad, elige sabiamente quién puede ver tus publicaciones y evita compartir contenido innecesario del que luego puedas arrepentirte.
- Usa una VPN. Esta capa adicional de protección asegurará que tu conexión esté encriptada y tu ubicación enmascarada. Sobre todo, esto ayudará a evitar que los hackers metan sus narices en tu información personal.
¿Qué podrían hacer con mis datos personales?
La mala administración de los datos personales que circulan en internet podrían acarrear acciones negativas. Una de estas es el doxing, la cual es una práctica que consiste en reunir información de alguien para, posteriormente, exhibirla en redes sociales o foros en línea con el propósito de generar vergüenza o intimidar a la víctima.
También está la vulneración a la privacidad, es decir, dar información de más que pueda comprometer la integridad de la persona. Ejemplo de esto es compartir números de teléfono, correos electrónicos, direcciones de residencia y demás datos que puedan ser aprovechados por un atacante para acosar o incluso atentar contra su víctima.
Al final del día todo radica en la información que publicamos. Por ejemplo, si subo a mis historias fotos en las que aparezco fuera de la ciudad o del país ¿no sería eso acaso una señal para decirle a un ladrón que la casa se encuentra sola? o si subo una foto en la sala de mi casa, en donde se ve por la ventana la vista a la calle ¿no podría usar esa información un acosador para saber el lugar en el que vivo?
Los datos que publicamos en nuestras redes sociales también podrían ser usados para adelantar campañas de ingeniería social que terminen en estafas o estorciones.
La idea tampoco es entrar en un estado de paranoia en donde se satanice las redes sociales e internet. No, es crear conciencia de que antes de publicar algo debo pensar en las posibles consecuencias que pueden acompañar esa publicación. Si somos precavidos en la calle, también lo podemos ser en internet.
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