El programa piloto que desarrolla la firma Pixium Vision consiste en insertar un pequeño chip de silicona con 150 electrodos en la retina. Posteriormente una cámara integrada en las gafas envía las imágenes captadas a un computador portátil, de esa manera el registro se convierte en una imagen infrarroja que las gafas irradian al ojo.
Las vibraciones que se producen hacen que los electrodos implantados se activen y el nervio óptico sea capaz de enviar las imágenes al cerebro. Un paciente entrevistado por Fortune manifestó “Cuando pusieron en marcha los electrodos, fue un verdadero espectáculo de fuegos artificiales”.
Lo que ocurre después de la cirugía es que los pacientes necesitan un programa de rehabilitación para enseñarle al cerebro a identificar las siluetas básicas que observan por medio de diferentes colores. El portal Fortune explica “es imposible saber de antemano cómo reaccionará alguien, ya que depende de la adaptabilidad del cerebro de cada quien, es como aprender a tocar piano o hablar japonés”.
Por el momento la resolución de las imágenes que son emitidas es demasiado baja, esto impide a los pacientes distinguir los rostros o leer, pero desde ya Pixium Vision está trabajando en lo que será la próxima generación de estas gafas las cuales tendrán diez veces más electrodos.
Se espera que el programa llegué a Europa a finales del 2015 con un costo de unos 100 mil euros más la cirugía.