Memes en Rusia: cuando el chiste se acaba
El cantante romántico ganó demanda para bloquear una pieza de humor que utilizaba su imagen. Debate entre la libertad de expresión y la imagen de figuras públicas.
Santiago La Rotta
Tal vez sin quererlo, un juez en Rusia acaba de abrir un gran debate que involucra cosas como la libertad de expresión y el derecho a la honra y el buen nombre en línea en un país que, sin mayores aspavientos, hace grandes esfuerzos por controlar de cierta forma el contenido que circula en su trecho de internet.
El fallo judicial involucra a Lurkmore, un portal ruso que, a manera de enciclopedia (una especie de wiki), se centra en aspectos de la cultura en línea de ese país y resalta cosas como los memes locales, por ejemplo.
Uno de estos memes es el centro de la demanda que Valeriy Syutkin, un cantante ruso, entabló contra el portal por el uso de su imagen acompañada de un extracto de una canción que no es de su autoría y que, palabras más, palabras menos, dice: “Pégale en la cara a la perra”. El artista se centra en la producción de música romántica, cuyo público primordial son mujeres.
La frase del meme, abreviada en ruso como BBPE, proviene de una canción de 2005 de un cantante llamado Nambavan y un disco titulado Sexo, drogas y mujeres rusas, según la organización sin ánimo de lucro Global Voices, una de las primeras en reportar la decisión judicial que obliga a Lurkmore a seguir un camino: prohibir el acceso al meme desde Rusia o cerrar enteramente su portal. La decisión final debe tomarse para finales de mayo, según el juez.
El debate en este caso gira alrededor de varios temas, con aristas que se extienden mucho más allá de la demanda del cantante. El primero tiene que ver con la norma emitida por el órgano regulador de los medios de comunicación ruso, Roskomnadzor, según la cual ahora va contra la ley utilizar imágenes de celebridades cuando no tengan nada que ver con la personalidad del retratado. Otra posible consecuencia de esta discusión es el alcance de la parodia en línea cuando toca a una persona pública en este caso, algo así como hasta dónde puede llegar el chiste.
Por la sola redacción del texto de la regulación, posterior al fallo en la demanda de Syutkin, quizá los memes son un asunto del pasado en Rusia, pues, en últimas, la contraposición de dos elementos absurdos es el secreto de un buen meme: el tierno labrador que ordena irse al carajo, la mamá que mira a su hijo con mirada comprensiva y quisiera haber usado condones o el cantante romántico que quiere romperle la cara a una mujer. En buena parte, un meme es algo así como la reivindicación del absurdo.
Para muestra del absurdo, aplicado en el contexto ruso, basta con buscar imágenes del presidente Vladimir Putin: el mandatario va sin camisa, con pantalones de campaña y botas militares, montado en una ballena, un tiranosaurio, el león de Narnia, un ave, una jirafa, una galleta, huyendo de un stormtrooper encima de un pájaro, cabalgando un oso (aunque, gracias al buen uso de Photoshop, esta quizá sea la imagen real). Todos memes en un país en el que la relación del Gobierno con la oposición política es tensa, por decir lo menos.
Desde agosto del año pasado el regulador mediático ruso Roskomnadzor exige que los blogs con más de 3.000 lectores diarios se registren oficialmente, algo que compromete el anonimato en la red. La decisión judicial en el caso de Syutkin parece olvidar justamente que la unión de dos elementos impensables como un conjunto quizá no constituye una afectación de la persona involucrada: hasta hoy nadie parece pensar que el cantante involucrado es un maltratador de mujeres, más aún cuando el meme apareció hace casi siete años pero sólo hasta ahora fue atacado por el artista, quien acaba de publicar su más reciente disco, por cierto.
Tal vez sin quererlo, un juez en Rusia acaba de abrir un gran debate que involucra cosas como la libertad de expresión y el derecho a la honra y el buen nombre en línea en un país que, sin mayores aspavientos, hace grandes esfuerzos por controlar de cierta forma el contenido que circula en su trecho de internet.
El fallo judicial involucra a Lurkmore, un portal ruso que, a manera de enciclopedia (una especie de wiki), se centra en aspectos de la cultura en línea de ese país y resalta cosas como los memes locales, por ejemplo.
Uno de estos memes es el centro de la demanda que Valeriy Syutkin, un cantante ruso, entabló contra el portal por el uso de su imagen acompañada de un extracto de una canción que no es de su autoría y que, palabras más, palabras menos, dice: “Pégale en la cara a la perra”. El artista se centra en la producción de música romántica, cuyo público primordial son mujeres.
La frase del meme, abreviada en ruso como BBPE, proviene de una canción de 2005 de un cantante llamado Nambavan y un disco titulado Sexo, drogas y mujeres rusas, según la organización sin ánimo de lucro Global Voices, una de las primeras en reportar la decisión judicial que obliga a Lurkmore a seguir un camino: prohibir el acceso al meme desde Rusia o cerrar enteramente su portal. La decisión final debe tomarse para finales de mayo, según el juez.
El debate en este caso gira alrededor de varios temas, con aristas que se extienden mucho más allá de la demanda del cantante. El primero tiene que ver con la norma emitida por el órgano regulador de los medios de comunicación ruso, Roskomnadzor, según la cual ahora va contra la ley utilizar imágenes de celebridades cuando no tengan nada que ver con la personalidad del retratado. Otra posible consecuencia de esta discusión es el alcance de la parodia en línea cuando toca a una persona pública en este caso, algo así como hasta dónde puede llegar el chiste.
Por la sola redacción del texto de la regulación, posterior al fallo en la demanda de Syutkin, quizá los memes son un asunto del pasado en Rusia, pues, en últimas, la contraposición de dos elementos absurdos es el secreto de un buen meme: el tierno labrador que ordena irse al carajo, la mamá que mira a su hijo con mirada comprensiva y quisiera haber usado condones o el cantante romántico que quiere romperle la cara a una mujer. En buena parte, un meme es algo así como la reivindicación del absurdo.
Para muestra del absurdo, aplicado en el contexto ruso, basta con buscar imágenes del presidente Vladimir Putin: el mandatario va sin camisa, con pantalones de campaña y botas militares, montado en una ballena, un tiranosaurio, el león de Narnia, un ave, una jirafa, una galleta, huyendo de un stormtrooper encima de un pájaro, cabalgando un oso (aunque, gracias al buen uso de Photoshop, esta quizá sea la imagen real). Todos memes en un país en el que la relación del Gobierno con la oposición política es tensa, por decir lo menos.
Desde agosto del año pasado el regulador mediático ruso Roskomnadzor exige que los blogs con más de 3.000 lectores diarios se registren oficialmente, algo que compromete el anonimato en la red. La decisión judicial en el caso de Syutkin parece olvidar justamente que la unión de dos elementos impensables como un conjunto quizá no constituye una afectación de la persona involucrada: hasta hoy nadie parece pensar que el cantante involucrado es un maltratador de mujeres, más aún cuando el meme apareció hace casi siete años pero sólo hasta ahora fue atacado por el artista, quien acaba de publicar su más reciente disco, por cierto.