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La durabilidad de un equipo electrónico es una característica fundamental para una persona que está pensando en realizar una inversión considerable. En un contexto en el que los dispositivos acompañan al usuario en su vida diaria y en actividades esenciales, como el trabajo, la educación o la comunicación, la expectativa de que un equipo sea confiable y funcional durante años resulta clave.
Por supuesto, todos los dispositivos tienen una vida útil y se desgastan con el tiempo por diversas situaciones, como lo pueden ser golpes, falta de mantenimiento o simplemente por antigüedad. Sin embargo, existe un concepto entre fabricantes que insinúa una estrategia planeada para volver inútiles los equipos.
La obsolescencia programada es un concepto que se refiere a la práctica de diseñar y fabricar productos con una vida útil intencionadamente limitada, de modo que, tras un período previsible, el producto se vuelve inservible o insuficiente para las expectativas del usuario.
Sin embargo, esta visión es objeto de debate en la industria, donde algunos expertos aseguran que, más que una programación de la obsolescencia, existen factores como la rápida evolución tecnológica y las exigencias del mercado que pueden llevar a una vida útil más corta de ciertos componentes.
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Para profundizar en esta práctica y entender su impacto desde la perspectiva de la fabricación, El Espectador habló con Laura Piñeros, especialista de Marca de Televisión y Audio de LG Electronics, quien explicó de que se trata la obsolescencia programada y cómo optimizar la vida útil de los productos electrónicos.
¿En qué consiste la obsolescencia programada y cómo afecta a los dispositivos electrónicos?
En general, cuando cualquiera de nosotros escucha el término obsolescencia programada, inmediatamente piensa en la idea de fabricar productos con una vida útil determinada. Sin embargo, este concepto de programación es un mito, ya que la obsolescencia de la tecnología es un proceso normal impulsado por la innovación, el desarrollo y la transformación de las necesidades de los usuarios. Los dispositivos se van quedando atrás hasta volverse obsoletos debido a la aparición de nuevas tendencias y avances tecnológicos que llevan a necesitar mayores prestaciones, compatibilidad con nuevas tecnologías o incluso nuevas formas o tamaños que terminan limitando la funcionalidad de un dispositivo.
Un ejemplo claro de este proceso es lo que pasa con los autos: si se lanzará una nueva gasolina a base de alcohol, todos los carros actuales no podrían usarla, pero igual pueden seguir funcionando con gasolina común. Es decir, se van quedando atrás frente a las nuevas tendencias y tecnologías, pero esto no afecta su funcionamiento básico.
¿Qué evalúan los fabricantes en la definición de la vida útil de los dispositivos?
Los fabricantes buscamos crear dispositivos que mejoren la vida de sus consumidores, considerando aspectos como necesidades a resolver, la experiencia que esperamos vivan las personas al usar un producto y esas funciones o características que nos permitan alcanzar nuevos límites. En LG, por ejemplo, desarrollamos nuestros productos asegurándonos de ofrecer tecnología y prestaciones que garanticen experiencias memorables en el hogar, además de ofrecer funcionalidades que hagan que los electrodomésticos sean relevantes y útiles en el día a día de las personas, pensando no solo en el presente, sino también en el futuro a través de la innovación.
Similar a lo que ocurre con los teléfonos inteligentes, que año a año reciben nuevos sistemas operativos con mejores funciones y características, los televisores LG ahora se mantienen a la vanguardia de las novedades anuales del sistema operativo, ofreciendo mejores experiencias, mayor seguridad y la tranquilidad de no perderse de ninguna novedad tecnológica.
¿Cómo afecta la obsolescencia programada al comportamiento de los consumidores y sus decisiones de compra?
En mercados como el colombiano, este mito de la programación de la obsolescencia afecta la forma en la que los consumidores se enfrentan a las decisiones de quedarse con sus electrodomésticos viejos o comprar uno nuevo. Seguramente muchos de nosotros hemos tenido con nuestras familias o círculos cercanos conversaciones sobre decidir entre quedarse con un electrodoméstico viejo que ya no es compatible con las últimas tecnologías o ya no satisface las necesidades del hogar, en lugar de comprar uno nuevo por ese miedo prácticamente de que lo nuevo ya no dure tanto. En LG creemos que ningún consumidor tendría que tener este miedo y por eso es que estamos apostando por programas nunca antes vistos como el web OS Re:New, con el que le damos a nuestros usuarios mayor tranquilidad gracias a la certeza de que su inversión está preparada para el futuro.
¿Qué señales podrían indicar que un dispositivo está llegando a su momento de obsolescencia?
Como consumidores, algunas de las señales a las que tenemos que prestar atención para identificar que quizás nuestro dispositivo se está quedando atrás en medio del avance tecnológico es que, por ejemplo, ya no sea compatible con alguna tecnología específica. Es decir, que el fabricante de una aplicación o accesorio no ofrezca soporte, o que por nuestras necesidades necesitemos un mayor rendimiento, mejores características u otro software.
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En el caso de los televisores, por ejemplo, si ya nuestra aplicación de streaming favorita no es compatible, ha salido una nueva resolución que nuestro televisor no es capaz de ofrecer o queremos aprovechar la última consola de videojuegos que necesite mayor rendimiento, es posible que valga la pena evaluar cambiar a un televisor nuevo.
¿Existen regulaciones o iniciativas que busquen limitar o eliminar la obsolescencia programada?
Colombia aún no cuenta con una ley específica contra la obsolescencia programada. Sin embargo, existen leyes como el Estatuto del Consumidor que, aunque no la mencionan directamente, ofrecen herramientas para proteger a los consumidores de productos que fallan prematuramente.
En otros países, como por ejemplo Estados Unidos, se ha buscado legislar alrededor de esta idea de la obsolescencia programada con las leyes de “derecho a reparar”, que buscan que los consumidores puedan acceder más fácilmente a las reparaciones o actualizaciones necesarias para mantenerse funcionales antes del avance de la tecnología.
¿Qué pueden hacer los consumidores para alargar la vida útil de sus dispositivos y contrarrestar esta práctica?
Para alargar la vida útil de nuestros dispositivos y reducir la obsolescencia, hay prácticas sencillas que marcan la diferencia. Primero, optimizar su funcionamiento mediante actualizaciones regulares de software, que mejoran el rendimiento y la seguridad. En segundo lugar, asegúrate de limpiarlos y mantenerlos en ambientes adecuados, ya que el polvo y la humedad son causas comunes de deterioro prematuro. Finalmente, usa repuestos y servicios autorizados para las reparaciones; así, conservas la calidad original del equipo y obtienes un funcionamiento adecuado.
Aplicar estos consejos ayuda a mantener los dispositivos en buen estado y funcionales por más tiempo.
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