MWC: una vitrina para entender de qué se trata el futuro de la tecnología

Como si fuera el anfitrión del evento, un perro robótico recibe a los visitantes en el Mobile World Congress de Barcelona (MWC)*. Sus sensores le permiten “ver” a quien tiene enfrente. Le encanta las cámaras, posa y hasta hace maromas para diversión de quienes se detienen a tomarle una foto o grabar un video.

Como si fuera el anfitrión del evento, un perro robótico recibe a los visitantes en el Mobile World Congress de Barcelona (MWC)*. Sus sensores le permiten “ver” a quien tiene enfrente. Le encanta las cámaras, posa y hasta hace maromas para diversión de quienes se detienen a tomarle una foto o grabar un video.

Esta es tan solo una de las maravillas futuristas que se ven en este congreso de telefonía móvil y demás tecnologías de las telecomunicaciones, el cual se realiza año tras año en la Fira Gran Vía, el megacentro de exposiciones que tiene esta ciudad española.

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Más allá de las piruetas de relaciones públicas y los juguetes y aparatos que buscan descrestar a los visitantes, el MWC es clave por ser un punto de conexión para empresas y expertos: un lugar para hablar, lejos de los artificios, de los problemas reales de la tecnología.

Lejos de los pasillos, los colores y las luces más brillantes es en donde se pueden encontrar las verdaderas perlas del evento y lo que, en últimas justifica, este tipo de ferias. Son los paneles y las conferencias los lugares que ponen a girar, de fondo, a la industria. Claro, la exposición vende, pero son los analistas y los conferencistas quienes se encargan de escrutar el horizonte para ver qué viene en el futuro de una industria que sólo piensa en ese tiempo verbal.

En estos escenarios se discuten las implicaciones éticas de las nuevas técnicas de inteligencia artificial o se debate acerca de si el metaverso tiene verdadero potencial o es más un espejismo con el que igual se mueven miles de millones de dólares.

De fondo, el MWC invita a preguntarse para qué sirve todo esto y hacia dónde nos puede llevar tener perros mecánicos con sensores; la respuesta puede ser en estos casos hacia una planta de reciclaje, pero el evento gana valor por hacer las preguntas más allá del mercado y las ventas.

Desde lo más crudo de la pandemia, el MWC no reunía a tantas personas en sus pasillos. El uso del tapabocas y el temor por las aglomeraciones quedó en el pasado. Ahora las conversaciones entre sus asistentes se centran en el futuro, en cómo la conectividad 5G y 6G cambiará las vidas, del potencial que tienen las ciudades inteligentes, los autos voladores, las inteligencias artificiales…

Con más de 2.000 expositores, y unos 80.000 asistentes (entre los que hay empresarios y funcionarios colombianos), se espera que este año el MWC genere cerca de 350 millones de euros, así como unos 7.400 puestos de trabajo a tiempo parcial. Estas cifras, para nada tímidas, dan cuenta de por qué se considera a este como uno de los principales eventos de tecnología del año, y el más protagónico en su campo.

Como ya se dijo, más allá del asombro que pueda generar en unos, y del dinero que pueda mover para otros, la importancia de este evento radica en las conversaciones que genera, por lo que se convierte en un escenario de innovación en donde se intercambian conocimientos y, en suma, se busca estimular el crecimiento de una industria con enorme impacto global, por decir lo menos.

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Es por lo anterior que para los expertos en este campo no tiene sentido que un evento de este calibre se realice desde la virtualidad, por más amigable con la tecnología que sea.

Para Nicole Peng, vicepresidente de movilidad de la firma de investigaciones Canalys, “el valor de las reuniones cara a cara es evidente. Espero ver a los líderes empresariales y colegas de la industria reunirse para discutir los desafíos críticos del sector para los próximos diez años, como la sostenibilidad y la Inteligencia Artificial. Fue genial ver a China unirse al resto del mundo y reabrir sus fronteras este enero. Este cambio significa que muchas empresas y ejecutivos chinos están regresando a la feria este año, demostrando innovaciones, formando asociaciones y uniéndose a la discusión de la industria para explorar oportunidades futuras”.

Por su parte, Daryl Scholar, uno de los vicepresidentes de la firma de análisis IDC, “estar en línea no es un sustituto de las reuniones cara a cara. El MWC es mi evento favorito del año, por la cantidad y calidad de las discusiones sobre la industria de las comunicaciones móviles. La variedad de estas conversaciones y los diferentes puntos de vista sobre la industria brindan contexto a mi investigación, insuperable”.

Lo que encontramos en sus pasillos

Prácticamente es imposible recorrer en un día los siete pabellones que tiene este centro de exposiciones. La lista de marcas que participan también parece interminable pero, para que se haga una idea, en esta se encuentran viejos conocidos como Huawei, ZTE, Samsung, Nokia, Intel, Telefónica, Xiaomi, Ericsson e IBM.

La oferta también es variada e incluye robots, celulares, gafas de realidad aumentada, patinetas eléctricas… sin embargo, a todos estos dispositivos los une un común denominador, y es las telecomunicaciones.

Las apuestas por el desarrollo y el despliegue comercial del 5G son evidentes, pues esta tecnología se vende como la base que permitirá el desarrollo de ciudades inteligentes gracias a beneficios como la baja latencia (el tiempo que tarda una señal en viajar de un dispositivo a otro).

En otras palabras, y sin entrar en tecnicismos, este tipo de red permitiría (desde el punto de vista de conectividad) que doctores puedan hacer procedimientos quirúrgicos a distancia, que vehículos puedan manejarse sin conductor entre las calles, o mejorar la calidad en la educación (especialmente para lugares apartados).

En el marco del MWC, GSMA (la organización que unifica el ecosistema móvil en el mundo) informó que sus previsiones indican que, en 2029, la red 5G se convertirá en la tecnología dominante, por encima del 4G, con una adopción del 85 % en los principales mercados.

También se espera que las conexiones 5G en todo el mundo superarán los cinco millones para finales de la década, con una industria que se encuentra en camino de alcanzar las 1,5 millones de conexiones en 2023.

Sumado a lo anterior, se espera que el 5G agregue US$1 billón a la economía global en 2030, beneficiando a todos los sectores, pero especialmente a los de servicios (46 %) y manufactura (33 %).

“La mayoría de los operadores esperan que las redes inalámbricas privadas representen hasta el 20 % de sus ingresos empresariales totales, impulsadas por las mejoras en las capacidades 5G. El impulso del metaverso continúa creciendo, junto con los avances en tecnologías habilitadoras como 5G, IA y dispositivos portátiles”, concluye GSMA.

En suma, las expectativas con el MWC para 2023 es que se sienten las bases de lo que será una industria de las telecomunicaciones la cual, como lo demuestran las cifras, cobrará más y más protagonismo en los próximos años. En otras palabras, en este evento estamos dando un vistazo, desde el presente, a lo que será la forma de comunicarnos del mañana.

*Nota del editor: este artículo fue posible gracias a la invitación de Huawei al MWC.

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