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Unas 150 bicicletas fueron desplegadas el viernes en la península de Rockaways, cerca del aeropuerto internacional de J.F. Kennedy y muy concurrida en verano por sus amplias playas de arena, dijo el gobierno de la ciudad en un comunicado.
A finales de julio, los dos empresas seleccionadas para esta fase de pruebas -Pace y Lime, una firma en la que han invertido Uber y Alphabet, casa matriz de Google- deben tener en esta zona unas 400 bicicletas para uso a través de aplicaciones en smartphones, la mayoría a un precio de un dólar por media hora.
En las próximas semanas se prevén otras pruebas con cuatro empresas en total, entre ellas JUMP, recientemente comprada por Uber, y la china Ofo en Staten Island, la isla conectada con el resto de Nueva York por un puente vial y un ferry, pero que no tiene metro; en una zona universitaria del Bronx, y en las cercanías de las populares playas de Coney Island, en Brooklyn.
Estos servicios de bicicletas compartidas sin terminales de enganche están creciendo en todo el mundo, animados por las inversiones de Uber, su rival Lyft y otras compañías que desarrollan medios de transporte apoyándose en aplicaciones de teléfonos inteligentes.
En Estados Unidos, varias ciudades como Seattle, Dallas y Boston se adelantaron a Nueva York.
Uno de los principales problemas de estas bicicletas es el aparcamiento: a falta de estaciones para dejarlas, las personas suelen aparcarlas en cualquier lugar, o las apilan en los lugares más visitados, lo que contribuye a que se deterioren rápidamente.
La alcaldía de Nueva York dijo que evaluaría la experiencia para medir "la seguridad, la disponibilidad y la durabilidad de las bicicletas".
Las pruebas se desarrollarán en las zonas donde el servicio de bicicletas públicas CitiBike, con terminales o estaciones de aparcamiento al estilo de las de ciudades como París o Barcelona, es inexistente.
CitiBike, lanzado en 2013, popularizó la bicicleta en la capital financiera de Estados Unidos: el servicio cuenta hoy con unos 145.000 abonados al año para el uso de 12.000 bicicletas y 750 estaciones o estructuras de enganche, concentrados en Manhattan y en los barrios cercanos de Queens y Brooklyn.