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Las elecciones presidenciales en Estados Unidos son, técnicamente hablando, un asunto doméstico que, sin embargo, tiene un enorme potencial de impacto a nivel global. Esto se ve en varios asuntos, como la política monetaria internacional o el devenir de la seguridad en regiones como Oriente Medio.
Uno de los aspectos en donde está más presente este fenómeno es la tecnología: las decisiones del próximo presidente de ese país pueden involucrar a compañías como Apple, Google o Facebook y, con ellas, el impacto se traslada a millones de usuarios en todo el mundo.
Tres de los temas más sensibles en este escenario son la ciberseguridad, el cifrado de las comunicaciones y la neutralidad de la red. Si bien no todos estos asuntos tienen una relación directa con compañías y, por ende, con los usuarios, las acciones que se tomen en aquellos ramos ciertamente pueden terminar tocando a las empresas y las personas.
Ciberseguridad
Una de las mayores preocupaciones de los candidatos es la ciberguerra, un escenario en el que hay grandes jugadores, con mucho que perder, y que incluyen a China y Rusia, además de Estados Unidos.
Como quizá era previsible, los pocos comentarios al respecto hechos por Donald Trump, el candidato republicano, tienen que ver con la preocupación que le generan los ataques chinos contra empresas y la infraestructura estadounidenses. Una preocupación legítima, aunque algo paradójica si se tiene en cuenta que, según datos publicados por la agencia Reuters, Estados Unidos es el país con las mayores operaciones de ciberespionaje y ciberguerra en el mundo, y la diferencia es bastante grande entre este país y sus rivales.
La exsecretaria de Estado y candidata demócrata, Hillary Clinton, también ha expresado su preocupación por el escenario de la ciberguerra y ha apoyado los programas de vigilancia de instituciones como la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés). La candidata, sin embargo, tiene un lado débil y es el uso de un servidor personal de correo para tratar asuntos oficiales cuando era Secretaria de Estado.
Aunque la investigación en su contra por este tema no prosperó, el jefe del FBI, James Comey, llegó a asegurar que el comportamiento de la candidata al respecto había sido “extremadamente descuidado”.
Cifrado
Aunque no concierne solamente a este caso, la discusión se ha centrado en el enfrentamiento entre el FBI y Apple por el desbloqueo del teléfono de uno de los atacantes de la masacre de San Bernardino: la agencia federal buscaba que la compañía diseñara una forma de vulnerar la seguridad del teléfono, y la empresa, a su vez, aseguraba que hacerlo no sólo les daba demasiado poder a los investigadores, sino abría la posibilidad para que otros actores explotaran esa vulnerabilidad.
Apelando a la importancia de la seguridad nacional, Trump llamó a un boicot de los productos de Apple, pues, en su visión, una compañía no puede imponerse a la ley.
Clinton, por su parte, ha establecido una postura más conciliadora, en la que ambos sectores, agencias de seguridad y empresas deben trabajar para lograr un entorno más seguro. La candidata reconoció que el argumento de Apple en el debate tenía sentido.
Aunque este caso particular se resolvió, hay otras discusiones que, eventualmente, quizá involucren la participación del Congreso y es por esto que la posición del próximo presidente importa. El cifrado es una tecnología que protege el contenido de las comunicaciones digitales. Expertos han asegurado que es una necesidad de seguridad digital.
Neutralidad de la red
Aunque ya hay una decisión del regulador de comunicaciones de Estados Unidos acerca de la necesidad de preservar la neutralidad de la red (medida apoyada por Clinton), en el lado republicano de la discusión se han escuchado voces de protesta en contra de esta determinación.
Trump, por su parte, ha dicho que consideraría bloquear porciones de internet con tal de detener las acciones en línea de militantes del Estado Islámico. Un grupo de académicos le escribió una carta pública argumentando que considerar algo de esta magnitud no sólo pondría en riesgo la neutralidad de la red, sino el acceso mismo a la información para usuarios tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo.