Por qué las guerras en el mundo digital también deben tener reglas
Expertos en ciberseguridad aseguran que es necesario diseñar una especie de Convención de Ginebra para los conflictos que se desarrollan a través de internet. Esta labor la deben asumir los Estados, pero también las empresas de la red.
Bloomberg News.
Bajo de las yemas de nuestros dedos se está librando una guerra digital y, sin nuevas reglas de combate, el mundo corre el riesgo de caer en un conflicto mayor.
Tal es el fuerte mensaje que transmitieron a Facebook, Google y Microsoft este fin de semana los funcionarios internacionales en la Conferencia de Seguridad de Múnich. El llamado a establecer normas como las que pautan el conflicto armado conforme las Convenciones de Ginebra refleja una toma de conciencia creciente de la amenaza que plantean los ciberataques en un momento en que Estados Unidos revisa los esfuerzos rusos por perturbar la política nacional.
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“Estamos asistiendo, de una manera más o menos disfrazada, a guerras informáticas entre estados”, dijo el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres a última hora del viernes. Los gobiernos y las empresas deben “establecer por lo menos algunos protocolos básicos” o pueden llegar a constituir “una amenaza existencial para la humanidad” a medida que las armas tecnológicas se vuelvan más potentes, dijo.
Si bien la revolución digital creó riqueza generalizada en el mundo, la infiltración en gran medida no controlada de internet en todos los aspectos de la vida moderna abre un flanco para los atacantes. Las plataformas de medios sociales están siendo manipuladas para incidir en la opinión pública. Los hackers se han escabullido hasta lo más profundo de las arquitecturas digitales de las industrias, con la posibilidad de perturbar las innovaciones.
“Nuestra área debe crecer”, dijo el director de seguridad de Facebook, Alex Stamos, en una mesa redonda en Múnich. “La seguridad ya no se limita a resolver las fallas tecnológicas. Debemos tener un rol activo”.
Conspiración generalizada
Los riesgos quedaron expuestos el viernes, cuando el fiscal especial estadounidense, Robert Mueller, reveló procesamientos en los que denunciaba una conspiración generalizada de iniciativas rusas destinadas a debilitar la democracia estadounidense sirviéndose de los medios sociales y otras modalidades. Los cargos incluyen denuncias de que los acusados manipularon cuentas en grandes compañías estadounidenses como Facebook, Twitter y PayPal; Rusia calificó de absurdas las acusaciones.
El asesor de Seguridad Nacional H.R. McMaster sugirió el sábado en Múnich que Estados Unidos podrá hablar con Rusia para reducir la escala de la guerra informática cuando Moscú deje de atacar los intereses estadounidenses online.
“Nos encantaría tener un ciberdiálogo cuando Rusia sea sincera”, dijo McMaster. “Ese día se acerca porque nos estamos volviendo cada vez más capaces de rastrear los orígenes de esto”.
“Internet ha creado nuevas vulnerabilidades para las democracias”, dijo Brad Smith, presidente y director legal de Microsoft. “Necesitamos que los gobiernos se pongan de pie. Necesitamos que se implementen leyes claras y necesitamos principios legales internacionales”.
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La publicidad política paga debe estar sujeta a las leyes de transparencia y deben dictarse normas internacionales para disuadir a los países de atacarse unos a otros, dijo Smith. En el mundo feliz de la ciberguerra, las compañías deberían orientar los objetivos hacia la protección de los clientes “que comparten sus datos más valiosos” dejando de servir a los accionistas, dijo.
IBM, el gigante alemán de la ingeniería Siemens AG y el fabricante de aviones Airbus SE aunaron fuerzas para tratar de contrarrestar ataques de piratería en gran escala, susceptibles de causar daños por US$8 billones en los próximos cinco años. El grupo, que también incluye a otras compañías del ámbito de las finanzas, la industria y la tecnología, firmó el viernes una carta en la conferencia de Múnich que propicia salvaguardas más fuertes contra ataques a sistemas que controlan hogares, hospitales, fábricas y casi toda la infraestructura.
Bajo de las yemas de nuestros dedos se está librando una guerra digital y, sin nuevas reglas de combate, el mundo corre el riesgo de caer en un conflicto mayor.
Tal es el fuerte mensaje que transmitieron a Facebook, Google y Microsoft este fin de semana los funcionarios internacionales en la Conferencia de Seguridad de Múnich. El llamado a establecer normas como las que pautan el conflicto armado conforme las Convenciones de Ginebra refleja una toma de conciencia creciente de la amenaza que plantean los ciberataques en un momento en que Estados Unidos revisa los esfuerzos rusos por perturbar la política nacional.
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“Estamos asistiendo, de una manera más o menos disfrazada, a guerras informáticas entre estados”, dijo el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres a última hora del viernes. Los gobiernos y las empresas deben “establecer por lo menos algunos protocolos básicos” o pueden llegar a constituir “una amenaza existencial para la humanidad” a medida que las armas tecnológicas se vuelvan más potentes, dijo.
Si bien la revolución digital creó riqueza generalizada en el mundo, la infiltración en gran medida no controlada de internet en todos los aspectos de la vida moderna abre un flanco para los atacantes. Las plataformas de medios sociales están siendo manipuladas para incidir en la opinión pública. Los hackers se han escabullido hasta lo más profundo de las arquitecturas digitales de las industrias, con la posibilidad de perturbar las innovaciones.
“Nuestra área debe crecer”, dijo el director de seguridad de Facebook, Alex Stamos, en una mesa redonda en Múnich. “La seguridad ya no se limita a resolver las fallas tecnológicas. Debemos tener un rol activo”.
Conspiración generalizada
Los riesgos quedaron expuestos el viernes, cuando el fiscal especial estadounidense, Robert Mueller, reveló procesamientos en los que denunciaba una conspiración generalizada de iniciativas rusas destinadas a debilitar la democracia estadounidense sirviéndose de los medios sociales y otras modalidades. Los cargos incluyen denuncias de que los acusados manipularon cuentas en grandes compañías estadounidenses como Facebook, Twitter y PayPal; Rusia calificó de absurdas las acusaciones.
El asesor de Seguridad Nacional H.R. McMaster sugirió el sábado en Múnich que Estados Unidos podrá hablar con Rusia para reducir la escala de la guerra informática cuando Moscú deje de atacar los intereses estadounidenses online.
“Nos encantaría tener un ciberdiálogo cuando Rusia sea sincera”, dijo McMaster. “Ese día se acerca porque nos estamos volviendo cada vez más capaces de rastrear los orígenes de esto”.
“Internet ha creado nuevas vulnerabilidades para las democracias”, dijo Brad Smith, presidente y director legal de Microsoft. “Necesitamos que los gobiernos se pongan de pie. Necesitamos que se implementen leyes claras y necesitamos principios legales internacionales”.
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La publicidad política paga debe estar sujeta a las leyes de transparencia y deben dictarse normas internacionales para disuadir a los países de atacarse unos a otros, dijo Smith. En el mundo feliz de la ciberguerra, las compañías deberían orientar los objetivos hacia la protección de los clientes “que comparten sus datos más valiosos” dejando de servir a los accionistas, dijo.
IBM, el gigante alemán de la ingeniería Siemens AG y el fabricante de aviones Airbus SE aunaron fuerzas para tratar de contrarrestar ataques de piratería en gran escala, susceptibles de causar daños por US$8 billones en los próximos cinco años. El grupo, que también incluye a otras compañías del ámbito de las finanzas, la industria y la tecnología, firmó el viernes una carta en la conferencia de Múnich que propicia salvaguardas más fuertes contra ataques a sistemas que controlan hogares, hospitales, fábricas y casi toda la infraestructura.