“Programar tendrá más peso que hablar un segundo idioma”, creador de Smartick
Con la llegada de la denominada cuarta revolución industrial, habilidades como la programación harán parte de las más demandadas. Una plataforma virtual le enseña esto a los niños de una manera divertida.
Diego Ojeda /@Diegoojeda95
Mucho se ha hablado en los últimos años de la automatización, es decir, dejar que una máquina haga las labores que antes hacía un humano. Parte de las posturas más negativas al respecto se relacionan con el coletazo que esto podría generar en el empleo. Un informe presentado recientemente por el Foro Económico Mundial prevé que para el año 2020 esta realidad significará la desaparición de 75 millones de empleos.
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No obstante, el mismo documento estima que para esa fecha ya se habrán creado otros 58 millones, un escenario que de entrada anticipa un cambio en la formación de los profesionales del futuro. ¿Cómo educar a las nuevas generaciones? Esa fue una de las preguntas que se formuló y respondió Javier Arroyo al fundar Smartick.
Se trata, en resumen, de un ‘profesor virtual’ que se encarga de enseñar matemáticas a los niños como si fuera un videojuego. La propuesta de esta herramienta es que, gracias a su inteligencia artificial, se ajusta al ritmo de aprendizaje de cada alumno, permitiéndole no solo desarrollar habilidades con los números sino también otras fortalezas como lógica, pensamiento crítico y razonamiento, aspectos necesarios en la resolución de conflictos cotidianos.
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Arroyo, al prever un escenario en el que las nuevas tecnologías tomarán un mayor protagonismo en el mundo empresarial, decidió mejorar la herramienta al integrar la programación como otra ‘asignatura’ dentro de sus clases.
Vale la pena recordar que la programación es la habilidad que tiene un profesional para poder impartir órdenes a una máquina con el fin de que haga ciertas labores en un tiempo determinado. Desarrollar ese tipo de funciones, entre otras, es en lo que quiere ayudar Smartick al momento de formar los profesionales del futuro, desde edad temprana.
“A un niño no le puedes poner de entrada HTML, lo que se hace es entrenar su estructura mental como preparación para esta labor”, explica Arroyo al referirse a cómo Smartick enseña a las nuevas generaciones.
Por ejemplo, uno de los propósitos de esta herramienta digital es desarrollar en el pequeño lo que se denomina pensamiento computacional, resolver problemas por medio de la computación, lo anterior se logra al darle una tarea a la persona: ¿cómo hacer que una rana pase el estanque? Lo primero que hará el niño será dividir el gran problema en pequeñas partes, o lo que es lo mismo, hacer que el animal, para comenzar, salte sobre la roca que tiene a su derecha. “Lo anterior es aplicable a la programación, pero también a otras tareas de la vida cotidiana”, resalta.
Según Arroyo, en el futuro será más necesario que las personas sepan de programación antes que un segundo idioma. Esto lo explica porque los avances de la tecnología permitirán que las barreras del lenguaje no sean un obstáculo al momento de comunicarse o acceder a la información, es decir, los traductores digitales como el que ofrece Google cada vez serán más perfectos.
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Otro profesional que comparte esta visión es Lucas Canevaro, CEO del Grupo DNA, organización especializada en reclutamiento y selección en mediana y alta gerencia empresarial, quien asegura que en los próximos años aprender inglés dejará de ser una necesidad en el ámbito profesional.
“Aprender inglés en unos años va a ser obsoleto, no en breve, tardará unos años para que esto suceda. Hoy en día tú ya tienes translators (traductores), aplicativos en los que tú hablas y sale la voz traducida del otro lado. Con el tiempo, esto que es un plus, a nivel estrictamente profesional, irá siendo menos necesario porque la tecnología irá llenando esos vacíos que nosotros tenemos”, explica el ejecutivo.
Arroyo estima que más adelante en Colombia será obligatorio enseñar programación en los colegios, ya que la tendencia deja ver que, en países como España, Estados Unidos e Inglaterra lo anterior ya es una realidad.
Para este empresario, el que su producto esté en lugares como Colombia es una oportunidad de demostrar cuán eficiente puede llegar a ser su método basado en una inteligencia artificial, ya que el país se encuentra entre los peores posicionados en aprendizaje de matemáticas. Según las pruebas Pisa, en su versión 2015, los estudiantes colombianos reportaron un puntaje de 390, 100 puntos por debajo del promedio de la OCDE.
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La meta de Smartick no es que todos se formen como ingenieros o científicos. Seguirán existiendo los pintores, abogados y periodistas, pero la idea es que el niño o la niña no pierda la oportunidad de elegir, libremente, su futuro profesional, y más cuando el mercado laboral del futuro exigirá un mayor personal con habilidades como la programación.
Cubetto, otra solución que le enseña programación a niños de tres años
La apuesta por enseñar programación a los más pequeños es un deseo que también comparte Filippo Yacob, un emprendedor que cuando se enteró de que iba a ser padre decidió comenzar un proyecto en el que utilizaría la tecnología para que los niños desarrollen sus habilidades.
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Es así como nació Cubetto, un juguete de madera que les sonríe a los niños y que está listo para recibir instrucciones. Sin saberlo, los niños programan a la amigable caja móvil al ordenarle, por medio de fichas ubicadas en un tablero, la dirección que este debe tomar.
El principio es el mismo, preparar la mente de los más jóvenes a entender, en esencia, cómo funciona la programación, de esta manera, cuando alcancen una edad más madura, les será más sencillo entender las dinámicas que se mueven detrás de ese mundo.
Mucho se ha hablado en los últimos años de la automatización, es decir, dejar que una máquina haga las labores que antes hacía un humano. Parte de las posturas más negativas al respecto se relacionan con el coletazo que esto podría generar en el empleo. Un informe presentado recientemente por el Foro Económico Mundial prevé que para el año 2020 esta realidad significará la desaparición de 75 millones de empleos.
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No obstante, el mismo documento estima que para esa fecha ya se habrán creado otros 58 millones, un escenario que de entrada anticipa un cambio en la formación de los profesionales del futuro. ¿Cómo educar a las nuevas generaciones? Esa fue una de las preguntas que se formuló y respondió Javier Arroyo al fundar Smartick.
Se trata, en resumen, de un ‘profesor virtual’ que se encarga de enseñar matemáticas a los niños como si fuera un videojuego. La propuesta de esta herramienta es que, gracias a su inteligencia artificial, se ajusta al ritmo de aprendizaje de cada alumno, permitiéndole no solo desarrollar habilidades con los números sino también otras fortalezas como lógica, pensamiento crítico y razonamiento, aspectos necesarios en la resolución de conflictos cotidianos.
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Arroyo, al prever un escenario en el que las nuevas tecnologías tomarán un mayor protagonismo en el mundo empresarial, decidió mejorar la herramienta al integrar la programación como otra ‘asignatura’ dentro de sus clases.
Vale la pena recordar que la programación es la habilidad que tiene un profesional para poder impartir órdenes a una máquina con el fin de que haga ciertas labores en un tiempo determinado. Desarrollar ese tipo de funciones, entre otras, es en lo que quiere ayudar Smartick al momento de formar los profesionales del futuro, desde edad temprana.
“A un niño no le puedes poner de entrada HTML, lo que se hace es entrenar su estructura mental como preparación para esta labor”, explica Arroyo al referirse a cómo Smartick enseña a las nuevas generaciones.
Por ejemplo, uno de los propósitos de esta herramienta digital es desarrollar en el pequeño lo que se denomina pensamiento computacional, resolver problemas por medio de la computación, lo anterior se logra al darle una tarea a la persona: ¿cómo hacer que una rana pase el estanque? Lo primero que hará el niño será dividir el gran problema en pequeñas partes, o lo que es lo mismo, hacer que el animal, para comenzar, salte sobre la roca que tiene a su derecha. “Lo anterior es aplicable a la programación, pero también a otras tareas de la vida cotidiana”, resalta.
Según Arroyo, en el futuro será más necesario que las personas sepan de programación antes que un segundo idioma. Esto lo explica porque los avances de la tecnología permitirán que las barreras del lenguaje no sean un obstáculo al momento de comunicarse o acceder a la información, es decir, los traductores digitales como el que ofrece Google cada vez serán más perfectos.
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“Aprender inglés en unos años va a ser obsoleto, no en breve, tardará unos años para que esto suceda. Hoy en día tú ya tienes translators (traductores), aplicativos en los que tú hablas y sale la voz traducida del otro lado. Con el tiempo, esto que es un plus, a nivel estrictamente profesional, irá siendo menos necesario porque la tecnología irá llenando esos vacíos que nosotros tenemos”, explica el ejecutivo.
Arroyo estima que más adelante en Colombia será obligatorio enseñar programación en los colegios, ya que la tendencia deja ver que, en países como España, Estados Unidos e Inglaterra lo anterior ya es una realidad.
Para este empresario, el que su producto esté en lugares como Colombia es una oportunidad de demostrar cuán eficiente puede llegar a ser su método basado en una inteligencia artificial, ya que el país se encuentra entre los peores posicionados en aprendizaje de matemáticas. Según las pruebas Pisa, en su versión 2015, los estudiantes colombianos reportaron un puntaje de 390, 100 puntos por debajo del promedio de la OCDE.
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El principio es el mismo, preparar la mente de los más jóvenes a entender, en esencia, cómo funciona la programación, de esta manera, cuando alcancen una edad más madura, les será más sencillo entender las dinámicas que se mueven detrás de ese mundo.