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¿Qué efectos podrían tener en la conversación política los cambios de Meta?

Las redes sociales son uno de los canales de comunicación más importantes en la era digital y la nueva estrategia en Meta representa una nueva forma en la que los usuarios combaten la desinformación, especialmente en el aspecto político.

Juan Carlos Becerra
08 de enero de 2025 - 09:30 p. m.
Las redes sociales son uno de los canales de comunicación más importantes en la era digital y la nueva estrategia en Meta representa una nueva forma en la que los usuarios combaten la desinformación, especialmente en el aspecto político.
Las redes sociales son uno de los canales de comunicación más importantes en la era digital y la nueva estrategia en Meta representa una nueva forma en la que los usuarios combaten la desinformación, especialmente en el aspecto político.
Foto: AFP - ANDREW CABALLERO-REYNOLDS
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Meta, la empresa matriz de Whatsapp Facebook e Instagram, anunció un cambio radical en sus políticas de contenido que podría reconfigurar la dinámica del discurso político en línea.

Mark Zuckerberg, director ejecutivo de la compañía y cofundador de esta, explicó que las restricciones aplicadas tras las elecciones de 2016 habían fomentado una parcialidad política y cometido demasiados errores al depender de verificadores de hechos externos. Ahora, Meta adoptará un enfoque similar al programa Community Notes de la plataforma X.

En otras palabras: Facebook no empleará a verificadores de datos para tratar de reducir los límites de la desinformación y la ampliación de teorías conspirativas, sino que dejará esto en manos de los usuarios, quienes, a su vez, son los principales difusores de la desinformación y las teorías conspirativas.

La decisión despertó reacciones polarizadas, con elogios del presidente electo Donald Trump, quien calificó la medida como “excelente”. Del mismo modo, líderes del equipo de X, encabezado por Elon Musk y Linda Yaccarino, calificaron la decisión como “un movimiento inteligente por parte de Zuckerberg”. Además, Yaccarino insistió que “la comprobación de los hechos y la moderación no deben estar en manos de unos pocos guardianes selectos que pueden inyectar fácilmente sus prejuicios en las decisiones. Es un proceso democrático que debe estar en manos de muchos”.

Aparte de Trump y Musk, que para esta conversación pueden ser uno y el mismo, la decisión fue recibida con profunda desconfianza por otras partes del ecosistema informativo.

Por ejemplo, la Red Europea de Estándares de Verificación de Datos (EFCSN, por sus siglas en inglés) expresó su “decepción” ante la decisión de la multinacional de eliminar su programa de verificación de hechos, calificándola como una medida políticamente motivada. Según Clara Jiménez Cruz, presidenta de la EFCSN, este cambio parece alinearse más con los intereses de la administración entrante de Donald Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia en pocos días, que con una decisión basada en evidencias.

En un comunicado, la EFCSN subrayó que la verificación de datos “no es censura”, sino una herramienta efectiva para combatir la desinformación. También advirtió que la eliminación de estos programas podría abrir la puerta a interferencias electorales, especialmente por parte de actores extranjeros. La entidad, con sede en París, instó a la Unión Europea a mantener su compromiso con la regulación de las plataformas digitales, a pesar de las presiones políticas.

Además, la organización defendió el trabajo de los verificadores, argumentando que estos siguen altos estándares periodísticos y no tienen el poder de censurar, sino de proporcionar evidencia que ayuda a las plataformas a tomar decisiones informadas sobre el contenido.

Los gestos significativos de Meta en la antesala del nuevo mandato de Trump

Aunque existan opiniones divididas sobre la nueva postura de Meta, existe un punto sin el cual no se pueden leer estas acciones: el contexto actual político. En los últimos meses, Meta ha tenido gestos favorables para el sector más conservador de la opinión en EE.UU.

Zuckerberg, en sus declaraciones recientes, describió las últimas elecciones en Estados Unidos como un “punto de inflexión cultural para volver a dar prioridad a la expresión”, en un pronunciamiento que sigue amplificando la falacia que iguala la verificación de datos con la coerción de la libertad en el discurso.

Este cambio se ve reflejado no solo en las políticas de moderación, sino también en movimientos estratégicos hacia la administración de Trump. A finales de noviembre, Zuckerberg cenó con Trump y se reunió con Marco Rubio, el nominado por Trump para secretario de Estado. Además, Meta realizó una donación de un millón de dólares para apoyar la ceremonia de toma de posesión del presidente electo.

En paralelo, Zuckerberg ascendió a Joel Kaplan, un veterano conservador y el ejecutivo de Meta más cercano al Partido Republicano, al cargo más alto en el área de políticas de la compañía. Otro movimiento notable fue la incorporación de Dana White, presidente de la UFC y aliado cercano de Trump, al consejo directivo de Meta, anunciado el pasado lunes.

Un golpe financiero para los verificadores de datos

El reciente anuncio de Meta de abandonar su programa de verificación de datos externos no sólo representa un cambio estratégico en sus plataformas, sino que también tiene repercusiones significativas para las organizaciones dedicadas a combatir la desinformación.

La decisión de Meta supone un revés económico para los verificadores de datos externos en Estados Unidos, quienes dependían en una medida de este programa para su financiamiento. Según una encuesta de 2023 realizada por la Red Internacional de Verificación de Datos (IFCN, por sus siglas en inglés) a 137 organizaciones de todo el mundo, las subvenciones externas y los programas de Meta eran “fuentes de ingresos predominantes” para estas entidades.

Angie Holan, directora de la IFCN, lamentó la medida, señalando que afectará tanto a los verificadores, como a los usuarios de redes sociales. “La decisión perjudicará a los usuarios que buscan información precisa y confiable para tomar decisiones sobre su vida cotidiana y sus interacciones”, afirmó para AFP. Holan también sugirió que el cambio responde a presiones políticas de la nueva administración estadounidense, liderada por Donald Trump. “Es lamentable que esta decisión se tome a raíz de la presión política externa de una nueva administración y sus partidarios”, añadió.

Aaron Sharockman, director ejecutivo de PolitiFact, una de las primeras organizaciones asociadas con Facebook para la verificación de datos en 2016, ofreció una visión distinta. Sharockman rechazó la idea de que la verificación de datos limite la libertad de expresión. “El papel de los fact-checkers estadounidenses es proporcionar discurso y contexto adicionales a las publicaciones que los periodistas consideran que contienen información errónea”, explicó.

Críticas al cambio de políticas de verificación en Meta

El anuncio de Meta de eliminar su programa de verificación de datos desató una ola de críticas por parte de expertos que cuestionan las implicaciones del nuevo enfoque. Ross Burley, cofundador del Centro para la Resiliencia de la Información, calificó la medida como “un gran paso atrás para la moderación de contenidos en un momento en el que la desinformación y el contenido nocivo están evolucionando más rápido que nunca”. Burley advirtió que, aunque proteger la libertad de expresión es importante, “eliminar la verificación de hechos sin una alternativa creíble corre el riesgo de abrir las compuertas a narrativas más dañinas”.

Michael Wagner, de la Universidad de Wisconsin-Madison, señaló con ironía que “no confiarías en cualquiera para evitar que tu inodoro gotee, pero Meta ahora busca confiar en cualquiera para evitar que la desinformación se propague”. Según Wagner, pedir a la comunidad que asuma esta responsabilidad de forma gratuita representa una “abdicación de la responsabilidad social” por parte de la empresa.

Alexios Mantzarlis, experto en Cornell Tech, argumentó que investigaciones demuestran que los usuarios de sistemas como Community Notes están motivados por razones partidistas y tienden a atacar más a sus oponentes políticos. Para él, la determinación de Zuckerberg de abandonar los verificadores no fue “una decisión de política pública, sino una decisión política”.

Finalmente, Wendy Schiller, de la Universidad de Brown, enfatizó el papel de las divisiones en esta estrategia: “Los partidos políticos, al igual que las redes sociales, prosperan cuando hay divisiones. Por eso no es sorprendente que una empresa como Meta deje de verificar los hechos”.

¿Qué implicaciones tiene la adopción de notas comunitarias en Meta?

Andrés Castro, CEO de Indexco y experto en redes sociales, dice que, a pesar de las críticas, esta decisión representa un retorno a las raíces de las plataformas sociales, permitiendo a los usuarios tomar mayor control sobre el contenido que consumen y comparten.

Castro destacó que este enfoque fomenta un ambiente en el que los usuarios tienen “la última palabra” sobre la información que circula, incentivando una mayor capacidad de discernimiento. “Esto puede llevar al usuario a indagar más. Ya no basta con creer lo que se ve en una publicación; ahora es necesario investigar más sobre cualquier temática”, agregó.

Sin embargo, eso trae consigo un riesgo importante. “Va a quedar a merced de las personas. Si se organizan grupos grandes, como ocurrió en la primera campaña de Donald Trump, podría facilitar la difusión de desinformación que afecte decisiones de grandes sectores de la población”.

Según Castro, este retorno a un modelo más abierto plantea un desafío: equilibrar la libertad de expresión con la necesidad de prevenir los efectos negativos de la desinformación en contextos sociales y políticos críticos.

Para Felipe Vergara, consultor digital y experto en Meta Ads, las Notas de Comunidad pueden tener algunas ventajas, como la rapidez. “Cuando es un sistema descentralizado, como el de X, claramente es mucho más rápido que pasar por un sistema de verificación manual con empresas externas”, afirmó en entrevista con El Espectador. Este enfoque elimina intermediarios y permite que la comunidad participe directamente en la evaluación de contenidos, acelerando los procesos de revisión.

Sin embargo, recalcó, el sistema enfrenta limitaciones significativas, especialmente en temas en los que no existe una “verdad absoluta”. “En áreas como la ciencia, donde hay datos claros y verificables, funciona bastante bien y ayuda a combatir la desinformación. Pero en política, donde todo es subjetivo, puede terminar compartiéndose información que no es del todo cierta”, advirtió.

Vergara explicó que los sistemas como el de X intentan abordar esta complejidad publicando múltiples puntos de vista cuando hay debate, pero esto no necesariamente resuelve el problema. “Cada punto de vista puede tirar hacia su lado y acabar con posturas completamente opuestas, lo que aumenta la polarización, especialmente en el espectro político de Estados Unidos”, comentó.

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Juan Carlos Becerra

Por Juan Carlos Becerra

Periodista de la Universidad de Palermo de Argentina. Escribo sobre Tecnología y deportes, especialmente Futbol, Baloncesto y Fútbol Americano. Apasionado por la Música.@JuanBecerra24jbecerra@elespectador.com

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