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¿Qué tan seguro y anónimo es Telegram realmente?

Existe la creencia de que Telegram es una aplicación de mensajería privada y segura. ¿Pero hasta qué punto esto es verdad?

Diego Ojeda
22 de septiembre de 2024 - 08:40 p. m.
La mayoría busca a Telegram por la promesa de seguridad y anonimato.
La mayoría busca a Telegram por la promesa de seguridad y anonimato.
Foto: AFP - -

Las aplicaciones de mensajería instantánea hacen parte de nuestro día a día. La más popular sigue siendo Whatsapp, con más de 2.000 millones de usuarios activos mensuales, según la firma Statista. Le sigue la asiática Wechat (con 1.360 millones), Messenger (977 millones), Telegram (900 millones) y Snapchat (800 millones).

Cada una tiene sus propias características, con funciones y tipos de uso particulares. Entre estas hay unas que buscan destacarse en términos de privacidad, como el caso de Signal y Telegram.

Esta última ha venido ganando protagonismo recientemente, siendo para muchos una alternativa a Whatsapp.

La mayoría busca a Telegram por la promesa de seguridad y anonimato, y, aunque sí brinda capas de seguridad adicionales a las de una aplicación de mensajería convencional, lo cierto es que no se puede considerar 100 % segura o privada.

La importancia de la seguridad y la privacidad

De entrada hay que decir que todas las aplicaciones de mensajería brindan unos mínimos estándares en esta materia. Por ejemplo, Whatsapp proporciona un cifrado de extremo a extremo, lo que se traduce en que el mensaje sale encriptado desde el emisor y se desencripta cuando llega al receptor (en teoría, terceros no los podrían interceptar, ni siquiera el propio Whatsapp).

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A esto se suman funciones como ocultar la última hora en línea, la foto de perfil, la información del contacto y la confirmación de lectura (que se prendan las dos palomitas azules o que a otros les aparezca si vimos sus estados).

Telegram incorpora funciones adicionales. Por ejemplo, podemos ocultar nuestro nombre de usuario y ponernos un alias, también ocultar nuestro número de teléfono para personas que no están entre nuestros contactos.

Según lo explicado por el analista de seguridad informática de Eset, Mario Micucci, “Telegram ofrece dos tipos de cifrado: cliente-servidor para chats normales y cifrado de extremo a extremo en los chats secretos que garantiza que solo el remitente y el destinatario puedan leer los mensajes, un punto a favor en términos de seguridad. Sin embargo, la falta de cifrado de extremo a extremo en los chats normales levanta dudas. A pesar de que Telegram asegura que el cifrado cliente-servidor es robusto, la posibilidad de que la empresa (o cualquier entidad que logre acceder a sus servidores) tenga acceso al contenido de las conversaciones es un riesgo que no debe pasarse por alto”.

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Sobre esto resalta que, aunque Telegram emplea su propio protocolo de cifrado (que es el MTProto), es un código abierto y ha llegado a ser auditado por la comunidad. Si bien esto puede considerarse transparente y bien intencionado, también podría llegar a ser un talón de aquiles en términos de seguridad.

Tenga en cuenta que, además, Telegram no se puede considerar 100 % anónimo, pues para registrarse es requisito registrar la cuenta con un número de teléfono.

“Esto representa una vulnerabilidad significativa: si un adversario logra asociar ese número con tu identidad real, el anonimato se desvanece. La posibilidad de ocultar el número de teléfono de otros usuarios, es parte de las opciones de privacidad avanzadas, pero si no se configuran adecuadamente, pueden exponer más información de la deseada”, detalla.

Micucci también resalta que Telegram almacena metadatos de sus usuarios, los cuales podrían ser muy reveladores al proporcionar un mapa detallado de las relaciones y patrones de comunicación. Esta información es muy valiosa para entidades que deseen trazar redes de contactos y actividades de una persona en particular, por lo que representa un riesgo considerable para aquel que busca un anonimato total.

Si bien, Telegram ofrece un alto nivel de privacidad y seguridad, no puede llegar a considerarse una plataforma completamente anónima.

Aún con todo esto, existe el debate de si deberían existir aplicaciones completamente anónimas, pues el uso que se les da a las mismas no siempre corresponde a intenciones legítimas.

Se ha encontrado que este tipo de aplicaciones suelen ser usadas para crear canales de comunicación de agrupaciones criminales, quienes refuerzan su nivel de anonimato mediante el uso de VPNs y la adquisición de tarjetas SIM de venta libre.

Pero también está el hecho de que la privacidad y el anonimato es un derecho (amén de un activo relevante en esta época donde todo es público) del que deberían tener acceso todas las personas, especialmente para usos legítimos.

Al final, Telegram no deja de ser una herramienta, cuyo uso dependerá de los intereses de su usuario. La recomendación es a moverse con cautela y darle un uso responsable a la misma.

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