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Por si no fuese suficiente todas las actualizaciones en computadores, celulares o cualquier otro dispositivo electrónico impulsado con inteligencia artificial; ahora, algunas compañías han optado por crear pequeños dispositivos creados totalmente con capacidades de IA para asistir a las personas. Rabbit, la startup de inteligencia artificial, lanzó al mercado el 26 de abril, su primer hardware denominado R1.
Justo hace unas semanas salió al mercado otro dispositivo que compite con Rabbit, el Humane IA Pin, con funciones similares, aunque de aspecto diferente. Las características esenciales de estos dispositivos de poco tamaño son: interactuar con ellos mediante la voz para solicitar información o acciones, escuchar música, GPS, funciones de cámara y reconocimiento visual. Los aparatos funcionan sin ninguna aplicación y son capaces de establecer una interacción con los usuarios por la inteligencia artificial.
En el caso del modelo de Rabbit, el R1, es un dispositivo de forma cuadrada de color naranja brillante, diseñado por Teenage Engineering y Rabbit. Incorpora una pantalla de 2,8 pulgadas, una cámara de ocho megapixeles que puede rotar y capturar visuales en sentido frontal y trasero. Asimismo, tiene una rueda con la que se puede navegar en las opciones en la pantalla, un botón de encendido al costado, una entrada de sim card y un puerto de conexión USB.
Ser un asistente práctico es la intención principal de los desarrolladores, según afirmaron en su página de Instagram “Nuestra misión es crear el ordenador más sencillo. Algo tan intuitivo que no necesites aprender a usarlo. El dispositivo que estamos construyendo, al que llamamos compañero, debe ser capaz de hablar contigo, entenderte y, lo que es más importante, hacer las cosas por ti”. Su valor actual es de USD $199 y está disponible su venta en Estados Unidos.
Modelo de lenguaje propio del R1
Al ser un dispositivo que encierra las capacidades de la inteligencia artificial, su modelo de lenguaje de gran tamaño es fundamental. Rabbit utiliza su propio modelo al que llama Large Action Model (LAM), que “gracias a los recientes avances en programación neuro-simbólica, el LAM permite modelar directamente la estructura de diversas aplicaciones y las acciones del usuario realizadas en ellas sin una representación transitoria, como el texto”. Es decir, que la IA de Rabbit logra trabajar directamente con instrucciones de voz, a diferencia de los chatbots de web, que reciben textos.
De igual forma, explican que funciona con aplicaciones de terceros, sin necesidad de tener la aplicación en el dispositivo. Para eso, inicialmente han trabajado específicamente con cuatro apps: Spotify, Uber, DoorDash (aplicación de domicilios de comida) y Midjourney.
El propósito de establecer estas conexiones con las plataformas de servicios más populares es garantizar que los usuarios puedan acceder a ellas con gran facilidad y comodidad. Por ejemplo, con Uber, de acuerdo con los fabricantes, la idea es que simplemente con comunicarle al R1 que se requiere un servicio para cierto destino sea suficiente. “Necesito realizar un viaje para cinco personas a este lugar”, lo que debería comprender el dispositivo, según explicaron los desarrolladores, es: entender que el usuario necesita un servicio a determinado sitio y que son más de cuatro personas, lo que implica solicitar el Uber XL. Todo gracias a la inteligencia artificial.
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Sin embargo, Marques Brownlee, youtuber con más de 18 millones de suscriptores y especialista en dispositivos tecnológicos, realizó una reseña del producto y afirmó que esas funciones aún se quedan cortas: “Lo he probado, y ya he tenido problemas con él, eligiendo la canción que no era. También he leído comentarios de usuarios en redes quejándose de que han hecho pedidos de comida y no han podido hacer el pedido de forma correcta. Definitivamente, necesitan más entrenamientos de funcionamiento”.
Para incrementar la automatización de tareas, los usuarios podrán ejecutar acciones en su computadora o celular mientras enfocan la pantalla con el R1. Una vez hecho esto, el dispositivo será capaz de replicar esas acciones de forma autónoma. Sin embargo, esta funcionalidad aún no está disponible. “En un futuro próximo, también contará con una capacidad experimental que permitirá a los usuarios entrenar a sus propios ‘Rabbit’ para realizar tareas específicas en aplicaciones y flujos de trabajo específicos”.
Las críticas al R1 de Rabbit
Una de las principales críticas de Brownlee es la batería del R1, pues afirma que es “brutalmente mala”. El youtuber compartió su descontento de tener que cargar hasta cuatro veces al día el dispositivo y que solo dure cuatro horas, después de una carga completa.
De igual forma, características básicas que podrían ser útiles, no están en el R1 “No tiene calendario, no se le puede programar alarmas, y no puede tomar fotos o grabar videos”. Agregó que el dispositivo, no logró responder algunas preguntas de manera correcta y es algo que sucede más seguido de lo que se espera.
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La rueda con la que se mueve el cursor en la pantalla no es la más efectiva. Brownlee manifestó que sería mucho más productivo si la pantalla del R1 fuese táctil “La rueda es muy frustrante de usar, no es tan sensible y puede resultar muy lento navegar por las opciones en la pantalla”.
NEW VIDEO - Rabbit R1: Barely Reviewablehttps://t.co/CqwXs5m1Ia
— Marques Brownlee (@MKBHD) April 30, 2024
This is the pinnacle of a trend that's been annoying for years: Delivering barely finished products to win a "race" and then continuing to build them after charging full price. Games, phones, cars, now AI in a box pic.twitter.com/WutKQeo2mp
En respuesta a los comentarios de Brownlee, Ryan Fenwick, representante de las comunicaciones globales de la empresa, expresó en X: “Comentarios sinceros, lo cual es genial. Estamos en las primeras fases de la nueva industria del hardware de IA. Lo importante es movernos rápido, actualizar continuamente el producto y seguir mejorando la experiencia de los que estáis en este viaje con nosotros”.
Algo que ha evidenciado la aparición de la inteligencia artificial es la necesidad de presentar resultados inmediatos. Si bien es cierto que estos productos de hardwares de IA están dando sus primeros pasos, la velocidad con la que avanzan las grandes tecnologías es abrumadora. Y un común denominador que está sucediendo en los nuevos proyectos, es presentar un producto al público en fases aun beta.
Brownlee afirmó que “las compañías están entregando productos no terminados que realmente es complicado realizar comentarios y reseñas. Se ha alterado el orden de como se hacen las cosas, antes era terminar un producto y luego ponerlo en venta; ahora, es ponerlo en venta y presentar algunas funciones a medias para mejorarlas después”.
¿Es un app de Android?
La empresa ha negado que este dispositivo sea una aplicación de Android, alegando que tanto su sistema operativo como el modelo de inteligencia artificial (IA) que lo impulsa se ejecutan en la nube con una versión pesonalizada de Android Open Source Project (AOSP).
Un análisis del portal especializado Android Authority apuntó que todo lo que rabbit r1 ofrece “puede ser replicado por una app Android” e incluso cuestionó por qué este tipo de compañías no sacaban una aplicación en lugar de gastar grandes cantidades de dinero en un ‘hardware’.
En respuesta a esta crítica, el fundador y directivo ejecutivo de Rabbit, Jesse Lyu, ha defendido que rabbit r1 “no es una app de Android”.
En el comunicado remitido al medio citado, ha indiciado que tanto el sistema operativo como LAM se ejecutan en la nube con una versión de AOSP muy personalizada y con modificaciones de firmare de nivel inferior.
Asimismo, ha alertado de la existencia de “emuladores de sitios web/aplicaciones de Rabbit OS no oficiales”, que, a su juicio, responden a “la pasión que tiene la gente” por probar su IA. Pero que precisamente porque su producto se ejecuta en la nube, un programa pirata a nivel local “conlleva riesgos importantes” y por ello recomiendan evitar estas creaciones paralelas.
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