Reseña: “Super Smash Bros Ultimate” es una obra maestra
La entrega busca ser la máxima expresión en la larga trayectoria de este clásico juego de Nintendo, y al parecer lo ha logrado. Uno de sus puntos para destacar es la banda sonora.
Rubén Barboza.
Super Smash, la gran celebración del mundo de los videojuegos, ha regresado y Nintendo, como buen anfitrión, ha procurado tirar la casa por la ventana para sus invitados. Esta entrega es el crossover más grande y ambicioso de la industria hasta el momento, ya que, como su nombre lo indica, Super Smash Bros Ultimate busca ser la máxima expresión en su larga trayectoria, lo cual, en mi opinión, lo ha logrado.
Mi larga ausencia con esta franquicia desde Melee fue altamente remunerada. Los viejos fans que retornan este juego tendrán mucho que experimentar, ya que Super Smash Bros Ultimate no solo viene empacado con la mayor parte de los niveles de las entregas pasadas, sino que también tiene todos los personajes que han pisado el cuadrilátero, sin olvidar otras nuevas adiciones para esta entrega como King K. Rool y Simon Belmont.
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Las modalidades de juego tampoco se quedan cortas. Si lo juegas de un solo jugador o con un grupo de amigos, siempre hay algo que hacer.
Para aquellos que acostumbran a jugar solos está la sección del modo aventura, que es en esencia la campaña de este juego, donde Kirby se aventura por diferentes partes del mapa inspirado en las diferentes franquicias de videojuegos que componen Super Smash Bros Ultimate, para liberar a sus colegas y reclutarlos con el propósito de combatir a un enemigo que amenaza con esclavizar el llamado “Mundo de la luz”.
Nuestros contrincantes serán versiones alteradas de los luchadores, que serán potenciados por diferentes espíritus de los personajes de variadas sagas que van desde Golden Sun hasta Zelda, dándole las habilidades particulares de cada uno de ellos y al mismo tiempo un toque único a cada encuentro.
Lo curioso de este modo es el aspecto RPG que tiene, ya que, indiferentemente del luchador que escojamos, nosotros también podemos equipar diferentes clases de espíritus, los cuales podemos mejorar y subir de nivel a medida que progresemos. Aunque es un concepto interesante, después de un tiempo se vuelve monótono, además que algunas peleas pueden ser bastante injustas y desproporcionadas. Considero que, de todas las modalidades, esta es la que pudo ser mejorada un poco más, sobre todo en su historia.
En el modo clásico, cada luchador se enfrenta a adversarios inspirados en su franquicia. Por ejemplo, si jugamos como Link, deberemos enfrentar a Sheik o Zelda, hasta llegar a Ganon, que es el jefe final. Para no arruinar otras sorpresas es mejor no profundizar más en esta modalidad, pero con seguridad más de uno le sacará un gran provecho.
El resto de modalidades son un tanto más familiares y tradicionales, como el modo Smash, donde podremos jugar partidas rápidas hasta ocho jugadores con las reglas que establezcamos, así como el modo de torneos para armarlos como nos plazca. Pero la constante que siempre reluce es el grado en el que podemos ajustar el juego a nuestro antojo: el grado de libertad para diseñar las peleas es alto, logrando que se moldeen a nuestros antojos de una forma sin precedentes.
Otro gran punto a favor de Smash es su accesibilidad. Si bien los juegos de peleas desde King of Fighters hasta Mortal Kombat por lo general son bastante técnicos y nos obligan a estudiar a quizás un par de personajes para usarlos como todos unos expertos, en Super Smash este requisito se atenúa bastante. El buen balance de los personajes, como la sencilla jugabilidad, nos quita el miedo de explorar con diferentes luchadores y de darles variedad a nuestras peleas, al mismo tiempo haciendo que sea más fácil de disfrutar para las personas que no acostumbran este tipo de juegos.
La jugabilidad, como siempre, es frenética y caótica, donde se busca hacer la mayor cantidad de daño a los contrincantes para sacarlos volando del escenario y, si corremos con suerte y la suficiente habilidad, tendremos la oportunidad de usar el “Final Smash” de nuestro personaje, el cual es un ataque especial para dar la estocada final a nuestros contrincantes.
Un último aspecto que este juego explota muy bien es la música, ya que tiene un aproximado de casi 900 pistas de nuestros videojuegos favoritos de la misma franquicia de Smash, donde muchas de ellas están arregladas y mezcladas de formas extraordinarias, mientras otras mantienen su melodía clásica. Todas ellas pueden ser recopiladas en los playlists que podremos escuchar incluso con nuestra consola apagada. Aunque hubiese sido genial si pudiésemos usar los playlist a la hora de luchar, ya que limita un poco el disfrute de tan excelente música.
Super Smash sigue manteniendo su estatus como un clásico en esta generación de consolas. Regresando de forma bombástica para ser disfrutado arduamente en los años venideros, lleno hasta reventar de contenido, es difícil no recomendar esta obra maestra.
Super Smash, la gran celebración del mundo de los videojuegos, ha regresado y Nintendo, como buen anfitrión, ha procurado tirar la casa por la ventana para sus invitados. Esta entrega es el crossover más grande y ambicioso de la industria hasta el momento, ya que, como su nombre lo indica, Super Smash Bros Ultimate busca ser la máxima expresión en su larga trayectoria, lo cual, en mi opinión, lo ha logrado.
Mi larga ausencia con esta franquicia desde Melee fue altamente remunerada. Los viejos fans que retornan este juego tendrán mucho que experimentar, ya que Super Smash Bros Ultimate no solo viene empacado con la mayor parte de los niveles de las entregas pasadas, sino que también tiene todos los personajes que han pisado el cuadrilátero, sin olvidar otras nuevas adiciones para esta entrega como King K. Rool y Simon Belmont.
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Las modalidades de juego tampoco se quedan cortas. Si lo juegas de un solo jugador o con un grupo de amigos, siempre hay algo que hacer.
Para aquellos que acostumbran a jugar solos está la sección del modo aventura, que es en esencia la campaña de este juego, donde Kirby se aventura por diferentes partes del mapa inspirado en las diferentes franquicias de videojuegos que componen Super Smash Bros Ultimate, para liberar a sus colegas y reclutarlos con el propósito de combatir a un enemigo que amenaza con esclavizar el llamado “Mundo de la luz”.
Nuestros contrincantes serán versiones alteradas de los luchadores, que serán potenciados por diferentes espíritus de los personajes de variadas sagas que van desde Golden Sun hasta Zelda, dándole las habilidades particulares de cada uno de ellos y al mismo tiempo un toque único a cada encuentro.
Lo curioso de este modo es el aspecto RPG que tiene, ya que, indiferentemente del luchador que escojamos, nosotros también podemos equipar diferentes clases de espíritus, los cuales podemos mejorar y subir de nivel a medida que progresemos. Aunque es un concepto interesante, después de un tiempo se vuelve monótono, además que algunas peleas pueden ser bastante injustas y desproporcionadas. Considero que, de todas las modalidades, esta es la que pudo ser mejorada un poco más, sobre todo en su historia.
En el modo clásico, cada luchador se enfrenta a adversarios inspirados en su franquicia. Por ejemplo, si jugamos como Link, deberemos enfrentar a Sheik o Zelda, hasta llegar a Ganon, que es el jefe final. Para no arruinar otras sorpresas es mejor no profundizar más en esta modalidad, pero con seguridad más de uno le sacará un gran provecho.
El resto de modalidades son un tanto más familiares y tradicionales, como el modo Smash, donde podremos jugar partidas rápidas hasta ocho jugadores con las reglas que establezcamos, así como el modo de torneos para armarlos como nos plazca. Pero la constante que siempre reluce es el grado en el que podemos ajustar el juego a nuestro antojo: el grado de libertad para diseñar las peleas es alto, logrando que se moldeen a nuestros antojos de una forma sin precedentes.
Otro gran punto a favor de Smash es su accesibilidad. Si bien los juegos de peleas desde King of Fighters hasta Mortal Kombat por lo general son bastante técnicos y nos obligan a estudiar a quizás un par de personajes para usarlos como todos unos expertos, en Super Smash este requisito se atenúa bastante. El buen balance de los personajes, como la sencilla jugabilidad, nos quita el miedo de explorar con diferentes luchadores y de darles variedad a nuestras peleas, al mismo tiempo haciendo que sea más fácil de disfrutar para las personas que no acostumbran este tipo de juegos.
La jugabilidad, como siempre, es frenética y caótica, donde se busca hacer la mayor cantidad de daño a los contrincantes para sacarlos volando del escenario y, si corremos con suerte y la suficiente habilidad, tendremos la oportunidad de usar el “Final Smash” de nuestro personaje, el cual es un ataque especial para dar la estocada final a nuestros contrincantes.
Un último aspecto que este juego explota muy bien es la música, ya que tiene un aproximado de casi 900 pistas de nuestros videojuegos favoritos de la misma franquicia de Smash, donde muchas de ellas están arregladas y mezcladas de formas extraordinarias, mientras otras mantienen su melodía clásica. Todas ellas pueden ser recopiladas en los playlists que podremos escuchar incluso con nuestra consola apagada. Aunque hubiese sido genial si pudiésemos usar los playlist a la hora de luchar, ya que limita un poco el disfrute de tan excelente música.
Super Smash sigue manteniendo su estatus como un clásico en esta generación de consolas. Regresando de forma bombástica para ser disfrutado arduamente en los años venideros, lleno hasta reventar de contenido, es difícil no recomendar esta obra maestra.