“Resident Evil 7”: terror del bueno

Después de dos experimentos (“Resident Evil 5 y 6”), que parecían más juegos de disparos que otra cosa, Capcom vuelve a las raíces de su popular franquicia con un juego de atmósfera increíble y sustos genuinos. Recomendado.

Rubén Barboza y Juan Carlos Rincón Escalante
23 de marzo de 2017 - 03:51 a. m.
Cortesía - Capcom
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Resident Evil 7 juega con uno. Le va mostrando, despacito, ciertos patrones, como enseñándole cuándo va a salir un enemigo y por qué hay que tenerle pánico a la oscuridad. Sin embargo, sus mejores momentos son cuando esa paranoia, instaurada desde muy temprano en el jugador, sirve para joderle la cabeza. A veces, por ejemplo, se apaga la linterna, todo queda oscuro y el sonido de la casa infestada de horrores lo invade todo. El corazón se acelera y los músculos se preparan para que aparezca alguno de los múltiples, detestables y poderosos enemigos. Se siente miedo. Y, luego, cuando vuelve la luz... nada. Casi que se puede sentir la sonrisa de los desarrolladores en esos momentos: logran que uno se asuste sin razón. Síntoma de un muy buen juego.

Capcom, el estudio detrás del juego, lleva muchos años perfeccionando este arte. No en vano Resident Evil es una de sus franquicias más exitosas y, además, uno de los referentes más conocidos en el mundo de los videojuegos.

Sin embargo, en Resident Evil 5 y 6 el rumbo de la serie se había perdido, con mucho más énfasis en los disparos que en el terror que les ha dado de comer y ha creado experiencias memorables para jugadores de todo el mundo. Por eso su última entrega fue decepcionante en ventas y tenía a Capcom contra la pared. Necesitaba que Resident Evil 7 se vendiera bien.

La buena noticia es que el juego ha vendido más de tres millones de copias en lo que va corrido del año. Más importante aún, es un juegazo.

La historia es simple. El protagonista es Ethan Winters, un don nadie (que contrasta con los militares entrenados de otras entregas), cuya esposa desapareció hace tres años. El juego arranca con él recibiendo un correo de su esposa pidiéndole que vaya a buscarla. Él la daba por muerta. Cuando llega al lugar, es secuestrado por los dueños de la propiedad, la familia Baker, que está llevando a cabo experimentos que convierten a las personas en monstruos. De ahí no les vamos a contar más, pero lo mejor es que es una historia contenida, narrada sin rimbombancia, lo que permite crear una atmósfera inigualable. La mayoría del juego es un esfuerzo por escapar de la casa y rescatar a la esposa de Ethan.

Que sea un espacio limitado es el principal acierto de Resident Evil 7. Las gráficas, muy buenas salvo en un par de ocasiones que no dañan la experiencia, muestran el detalle que le dedicaron a cada uno de los ambientes. La casa se siente viva. Además, la banda sonora y los sonidos de la atmósfera hacen que sea imposible no sentirse ahogado, con los pelos de punta todo el tiempo. Desde el principio uno no deja de preguntarse: ¿qué se esconde en las sombras? Tal vez no haya mejor experiencia, para quienes disfrutan lo escalofriante, que jugar Resident Evil 7 de noche, con las luces apagadas y con el volumen a toda. Esto es terror del bueno.

Sobre todo, lo evidente es que se trata de un juego de supervivencia. Aquí no es una opción disparar sin pensar. Los recursos a lo largo del juego son limitados. Hay que ahorrar las balas. Además, cuando toca disparar, uno se enfrenta con dos problemas: primero, que Ethan no es experto en armas, lo que hace que sea torpe con ellas; segundo, que los enemigos parecen esponjas que absorben las balas. Si bien a veces es frustrante que sea tan difícil deshacerse de los monstruos, esa sensación de inferioridad ayuda a la ansiedad constante.

Funcionan muy bien, en ese proceso de pensar los movimientos del personaje, los mecanismos para esconderse y mirar por los costados para ver qué hay al acecho. El juego no falla ni se quiebra en los momentos más tensionantes.

Dicho eso, tenemos que decir que la historia, aunque interesante, no deja de ser predecible. Como es común con los juegos de Resident Evil, éste arranca como una narrativa de supervivencia y termina en un espectáculo de ciencia ficción algo exagerado. Contrasta el tono del final con el del inicio. Es, no obstante, una experiencia divertida. Además, los seguidores fieles de la franquicia tendrán un par de sorpresas al final, lo que hace tener esperanza por las próximas entregas.

Tardamos 10 horas en completar el juego en dificultad normal. Esa es la configuración que recomendamos para disfrutar la historia sin que sea una experiencia aburrida, como lo que ocurre con la configuración “fácil”. La opción de “manicomio” cambia mucho el juego, pues varía el ritmo y los lugares en que aparecen los enemigos. La recomendamos para la segunda vez con el juego, pero puede ser innecesariamente frustrante para quienes lo experimente por primera vez.

En síntesis, alegra que Resident Evil haya vuelto a lo que sabe hacer tan bien: explotar el miedo y la paranoia, y divertir a los masoquistas.

Resident Evil 7 en tres datos

-“Resident Evil 7” está disponible en Windows, Xbox One y Playstation 4.

-El juego fue  lanzado en enero de 2017 y ha sido un éxito en ventas.

-La versión de realidad virtual es considerada el mejor juego disponible en ese formato.

Por Rubén Barboza y Juan Carlos Rincón Escalante

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