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La ley aprobada recientemente en Australia, convirtiéndose en el primer país en hacerlo, puso nuevamente sobre la mesa el debate sobre el uso de redes sociales por parte de menores de edad. Esta normativa, que restringe el acceso a menores de 16 años y exige a las plataformas verificar la edad de los usuarios, reavivó las discusiones a nivel mundial sobre los riesgos que enfrentan los jóvenes en el entorno digital.
En Colombia, el Congreso actualmente cursa un proyecto de ley, liderado por el Centro Democrático, que busca prohibir el uso de estas plataformas para niños menores de 14 años sin permiso expreso de sus padres o acudientes. Esta medida, respaldada por sanciones económicas millonarias para las empresas tecnológicas que no implementen controles efectivos, subraya la preocupación creciente por el acceso de los menores a contenidos inapropiados y los riesgos asociados, como el ciberacoso y la adicción digital. El ministro TIC, Mauricio Lizcano, afirmó que prohibir el acceso busca generar conciencia en las familias sobre los peligros que representan las redes sociales para los niños.
La discusión no es exclusiva de Colombia. Además de Australia, varios países están avanzando en iniciativas similares para regular el acceso de menores de edad a las redes sociales y protegerlos de los riesgos asociados. En Estados Unidos, diferentes estados, como Utah y Arkansas, aprobaron leyes que exigen el consentimiento parental para que los menores puedan abrir cuentas en redes sociales. En el caso de Florida, en mayo de este año el gobernador Ron DeSantis firmó un proyecto de ley que prohíbe a los niños menores de 14 años tener una cuenta en las redes sociales. Los adolescentes de 14 y 15 años podrán tener cuentas, pero solo con el consentimiento de sus padres. A nivel federal, se siguen se discuten propuestas para reforzar la Children’s Online Privacy Protection Act (COPPA).
En el Reino Unido, la Ley de Seguridad en Línea incluye medidas estrictas para proteger a los menores, como la eliminación de contenido nocivo y la implementación de verificaciones de edad en plataformas digitales. Francia, por su parte, está considerando un proyecto de ley que obligaría a los proveedores de servicios en línea a verificar que los usuarios tengan al menos 15 años antes de registrarse, a menos que cuenten con consentimiento parental.
Un análisis de Yale Medicine, publicado en junio de este año, destaca que las redes sociales pueden afectar significativamente la salud mental de los menores de edad. El estudio encontró que un uso intensivo de estas plataformas está relacionado con un aumento en los niveles de depresión, ansiedad y trastornos de la imagen corporal, así como con un deterioro en la calidad del sueño. Además, subraya que el impacto de las redes no es uniforme y depende del tiempo de uso, el tipo de contenido consumido y la manera en que los menores interactúan en estas plataformas.
El debate plantea una pregunta central: ¿pueden las plataformas asumir la responsabilidad de proteger a los menores? Mientras los voceros de estas empresas insisten en que ya existen controles parentales, críticos subrayan que estos no están activados por defecto, lo que deja a los niños vulnerables a riesgos significativos. Así, tanto en Colombia como en el mundo, se buscan soluciones equilibradas que protejan a los menores sin vulnerar derechos fundamentales como la libertad de expresión o el acceso a la información.
Rocío López, Profesora del Departamento de Formación de la Universidad Javeriana, asevera que el papel de las redes sociales y su deber por optimizar el cuidado de los menores es fundamental para lo protección de menores.“Estas compañías deben trabajar mucho más y enfocarse en reconocer que, aunque no se dirijan específicamente a niños, muchos niños están presentes en sus plataformas. Es importante fortalecer las medidas de seguridad y agilizar los procesos de denuncia y acompañamiento. Por ejemplo, al denunciar contenido o cerrar una cuenta, se necesita una respuesta rápida y responsable”.
Por su parte, Andrés Castro, CEO de Indexco, empresa de tecnología y redes sociales, complementa que aunque ciertas restricciones son positivas, no deben convertirse en prohibiciones absolutas. A pesar de los riesgos cruciales que se encuentran en estas plataformas como el contenido inapropiado, ciberacoso y demás, argumenta que la responsabilidad no puede recaer únicamente en las plataformas digitales, ya que “el papel de guía y supervisor debe estar en manos de las familias”.
La validación de edad en redes sociales
Un punto clave en el debate sobre la regulación del acceso a redes sociales para menores es el papel de estas plataformas en la validación de la identidad y la edad de los usuarios. Según Castro, actualmente existe un “vacío total” en los mecanismos de verificación que utilizan las principales redes sociales. Las exigencias de información que solicitan débiles, y pueden ser eludibles.
De momento, las tecnologías más avanzadas son el reconocimiento a través de inteligencia artificial. Plataformas como Meta, por ejemplo, implementaron herramientas basadas en IA para estimar la edad a través, no solo del reconocimiento físico del usuario, sino también de su comportamiento en la plataforma, y de esa forma estimar si es menor utilizando otra edad en su perfil. En caso de la herramienta detecte una sospechosa, podrá solicitar información adicional para validar la edad; sin embargo, el experto advierte que estos pasos siguen siendo posibles de evadir con documentación falsa o métodos similares.
Además, la inteligencia artificial sigue siendo una tecnología experimental y que los mismos desarrolladores advierten que su porcentaje de precisión no es del 100 %.
Castro enfatizó que los métodos de verificación de las redes sociales, aunque no son los más efectivos, son los mayores esfuerzos que pueden hacer con las limitantes de privacidad que existen. Las compañías detrás de las plataformas no cuentan con acceso directo a bases de datos gubernamentales que permitan una verificación robusta de la identidad, lo que limita significativamente su capacidad para garantizar que los usuarios cumplan con los requisitos de edad, explicó Castro.
En países como Australia, donde se legisló una prohibición total para menores de 16 años, el reto será equilibrar esta restricción con la necesidad de otorgar a las plataformas un acceso seguro y controlado a la información necesaria para verificar edades de manera efectiva.
En una declaración, Meta dijo que si bien respetará la ley, estaba “preocupada por el proceso que apresuró la aprobación de la legislación sin considerar adecuadamente la evidencia, lo que la industria ya hace para garantizar experiencias apropiadas para la edad y las voces de los jóvenes”. TikTok se sumó a la conversación con calificativos para la legislación como “apresurada”, “inviable” y llena de “preguntas y preocupaciones sin resolver”.
Por su parte, Elon Musk, CEO de X, aprovechó su plataforma para cuestionar la idea del país oceánico “Parece un intento velado de controlar el acceso a Internet para todos los australianos”.
La educación digital es clave
Un aspecto fundamental en la protección de los menores en el entorno web es la educación digital dentro de los hogares. Según un informe publicado por The Washington Post en enero de 2024, menos del 10 % de los adolescentes en Instagram habían activado la configuración de control parental a finales de 2022, y solo “un porcentaje de un dígito” de los padres hacía uso de estas herramientas. Estos datos evidencian un vacío significativo en el acompañamiento de los padres y tutores, quienes desempeñan un papel clave en guiar a los menores para que interactúen de manera segura en internet.
López insiste en que la responsabilidad también involucra menormente a los usuarios, especialmente a los padres, familias y tutores responsables de menores. “Ellos deben formarse, orientarse y sensibilizarse sobre estos temas para acompañar de cerca a sus hijos e hijas. Es esencial identificar los espacios que frecuentan, entender los riesgos que pueden enfrentar y actuar en consecuencia” afirmó.
La educación digital no se limita al manejo técnico de herramientas; también implica enseñar a los menores a identificar riesgos, respetar las normas de convivencia en línea y desarrollar una conciencia crítica frente a los contenidos que consumen. En este sentido, la combinación de un acompañamiento activo y el uso de tecnología de control parental puede ser una solución para mitigar los riesgos asociados al acceso de los menores a internet, sobre todo en un ecosistema digital donde incluso los adultos enfrentan desafíos significativos.
Asimismo, si bien es cierto que los niños y adolescentes son considerados “nativos digitales” y a muy temprana edad demuestran facilidad con la dinámicas de la tecnología, como el uso de las pantallas táctiles o la interacción con imágenes, López califica esta perspectiva como “ingenua”. “Los niños no son conscientes de que hay compañías comerciales, algoritmos, recopilación de datos y, sobre todo, riesgos asociados. Muchas de estas cosas les son completamente desconocidas”, explicó.
Por esa razón, rescata la labor, aún muy prematura, en Colombia por fomentar iniciativas relacionadas con la educación de los padres para propiciar una experiencia digital sana en los menores. “Con Red PaPaz estamos trabajando en una guía para padres, que busca ofrecer orientaciones sobre estos temas, aunque, dado que el tema es muy amplio, intentamos abarcar los aspectos más relevantes mediante el acceso a familias. Las escuelas de padres en los colegios cada vez se están comprometiendo más en divulgar este tipo de información y desde las universidades estamos haciendo esfuerzos para promover el conocimiento a través de entrevistas, podcast, y otras herramientas para acompañar a los padres”.
Sin embargo, sigue siendo un tema emergente. “Si uno busca guías o manuales específicos en español, hay muy pocos disponibles; la mayoría están en inglés. Esto demuestra que aún hay mucho trabajo por hacer en Colombia para desarrollar recursos accesibles y adaptados al contexto local” concluyó López.
Los problemas en la privacidad de datos en redes sociales
La privacidad en redes sociales es un tema crítico, especialmente cuando hablamos de menores de edad, un grupo particularmente vulnerable en el entorno digital. A través una publicación en su página, Kaspersky explica que comprender los problemas de privacidad es el primer paso para mitigarlos, ya que muchas veces los usuarios, incluidos los niños, no son conscientes del alcance de los datos que comparten ni de cómo se utilizan. Las plataformas recopilan no solo información directa como nombre, edad, género y datos de contacto, sino también información generada durante el uso, como ubicaciones, intereses y hábitos de navegación.
En el caso de los menores, esta recopilación puede ser especialmente riesgosa. Por un lado, los ciberdelincuentes pueden usar estos datos para crear perfiles detallados y emplear tácticas de ingeniería social que los hacen más vulnerables a fraudes o al grooming. Por otro lado, las redes sociales aprovechan esta información para personalizar la experiencia del usuario, lo que incluye la exposición a publicidad segmentada que puede no ser adecuada para su edad.
Kaspersky resalta que, a menudo, los menores no son conscientes de los riesgos detrás de compartir datos personales como su ubicación, sus fotos o sus intereses, lo que los deja expuestos no solo a posibles ataques cibernéticos, sino también a problemas como el ciberacoso. Además, señala que en muchos casos la exposición de información no es voluntaria, ya que las redes sociales emplean herramientas como cookies de seguimiento que registran las actividades en línea del usuario incluso fuera de la plataforma.
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