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La serie S de Samsung es el reflejo de una marca en crecimiento. En imagen, el nuevo celular inteligente de Samsung es atractivo, el S8, tiene una pantalla extendida, de esas que dejan poco espacio negro en los bordes y ofrece la sensación de más tamaño de visualización, y en ella, un botón invisible, o más bien, que está debajo de la pantalla y que durante el lanzamiento del equipo en Nueva York prefirió llamársele, en repetidas ocasiones, invisible. Ah, y su pantalla, como el Edge, es curva.
Como todos los lanzamientos globales de celulares, este estuvo cargado de luz y color, de fuerza en las presentaciones y de todo un show que busca impactar a los seguidores de la marca, golpeados después de que el último Note se convirtiera en un fracaso para la compañía y se vea al S8 como la nueva joya de la corona.
El equipo, para contarlo en un resumen ejecutivo, es resistente al agua, como algunos de sus predecesores, reconoce el iris del ojo, como ya lo habían logrado con miembros de esa familia S, su reconocimiento fácil indudablemente atrae y se convierte en una opción de lata seguridad pues el equipo, con su cámara frontal, logra mapear el rostro de su dueño, de su usuario frecuente, y se desbloquea una vez lo reconoce.
Viene con un tipo similar de asistente como el que patentó Apple, pero en esta marca recibe el nombre de Bixby, desarrollado para el ambiente Android, que es el sistema operativo sobre el que anda Samsung. Su interfaz, aparentemente, se ve más amigable y fácil de manejar, viene con un identificar de huellas digitales, algo que también ya lo tenían algunos miembros de familia S.
Viene en dos presentaciones, el S8 y S8+, los dos pintan de gran tamaño. 5.8 pulgadas y 6.2. Son grandes. Y si es resistente al agua, pues también lo es al polvo, como dijeron en su presentación. Baterías de 3.000 y 3.500 mAh, una propuesta como la de los Huawei, aunque los chinos llegan hasta los 4.000 y duran casi dos días. Carga más rápido porque su procesador en más potente, procesa mejor las imágenes y ofrece óptimos contrastes de color, dijeron.
La cámara es de 12 megapixeles y enfoque automático láser, la frontal sube a 8 megapixeles y tiene una mejor apertura y entrada de luz eso hace que ser tomen mejores fotos. Y lo que llamó mucho la atención es que viene con un accesorio tipo cargador inalámbrico que permite poner el teléfono sobre él y gracias a DeX, un desarrollo de los coreanos, si tiene en frente una pantalla de computador y un teclado, pues tendrá entonces un computador de escritorio basado en su celular.