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En los últimos años, las aplicaciones de fast fashion han revolucionado la manera en que los consumidores adquieren ropa y accesorios. Plataformas como Shein, Temu y otras, capitalizaron el deseo de la inmediatez, los precios bajos y las tendencias constantemente renovadas, consolidándose como actores clave en el comercio electrónico global. Este fenómeno no solo transformó los hábitos de compra, sino también el panorama competitivo del mercado, el cual desplazó a minoristas tradicionales y estableció nuevos estándares de logística, diseño y experiencia del usuario.
El fenómeno de estas plataformas se encuentra en un momento crítico debido a que enfrentan un fuerte escrutinio por sus prácticas laborales, impacto ambiental y estrategias empresariales. Empresas como Shein y Temu, que revolucionaron el comercio electrónico con precios bajos y productos accesibles, también han desatado polémicas por su modelo de negocio. Por un lado, sus cadenas de producción masiva y rápida han sido señaladas por fomentar un consumo insostenible y perpetuar condiciones laborales precarias. Por otro, sus estrategias agresivas de expansión las han llevado a enfrentamientos legales tanto entre ellas como con reguladores internacionales.
El impacto es particularmente notable en economías emergentes, donde estas aplicaciones aprovecharon un mercado ávido de moda asequible y acceso digital masificado. Según reportes recientes, el comercio electrónico de fast fashion ha alcanzado cifras multimillonarias, impulsado por estrategias de marketing basadas en algoritmos que predicen tendencias y segmentan audiencias con precisión. En el caso de Shein, solo en 2023 más de 260 millones de descargas en todo el mundo. Por su parte, de acuerdo a los datos de Statista, Temu logró la cifra de más de 50 millones de descargas en octubre de 2024.
En Colombia, en la sección de aplicaciones gratis para iOS en la App Store, Shein y Temu están en las primeras posiciones actualmente.
La demanda de Shein contra Temu
La batalla legal entre Shein y Temu, dos de las plataformas más importantes de moda rápida, escaló a un nuevo nivel con una demanda que se resolverá en el Tribunal Superior de Londres en 2026. Este caso es parte de una disputa global entre los gigantes del comercio electrónico que compiten por el dominio del mercado internacional, bajo la premisa de ofrecer ropa y accesorios de bajo costo mientras enfrentan escrutinios regulatorios.
En 2023, Shein presentó una demanda en el Reino Unido contra Whaleco UK Limited, una subsidiaria de PDD Holdings, propietaria de Temu. La acusación principal gira en torno a la violación de derechos de autor, alegando que Temu utilizó fotografías de productos protegidas por Shein en su plataforma. Estas imágenes, fundamentales para el marketing y la conversión de ventas, representan un activo estratégico en un mercado donde las decisiones de compra se toman en cuestión de segundos.
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Por su parte, Temu contraatacó con una contrademanda en febrero de 2024, acusando a Shein de infringir las leyes de competencia del Reino Unido. Según Temu, Shein habría impuesto acuerdos de exclusividad a sus proveedores, lo que implica una limitante en su capacidad para colaborar con otros minoristas. Este reclamo, valorado en 4,2 millones de libras esterlinas (aproximadamente 5,5 millones de dólares), también denuncia el envío masivo de avisos de infracción de derechos de autor “injustificados”, con el propósito de obstaculizar la venta de productos en Temu. Shein niega estas acusaciones, calificándolas de infundadas.
La vista preliminar de este caso reveló que ambas partes están preparándose para una larga batalla judicial, con el juicio formal programado para finales de 2026. Mientras tanto, esta disputa en Londres es solo un frente de un conflicto legal más amplio. En Estados Unidos, Temu demandó a Shein en diciembre de 2023, mientras que Shein presentó su propia demanda contra Temu en agosto de 2024.
La Comisión Europea contra Temu
El 31 de octubre de 2024, la entidad regulatoria europea comenzó una investigación formal contra la plataforma china. Esta acción forma parte de un esfuerzo más amplio por parte de las autoridades de la Unión Europea para garantizar prácticas justas y transparentes en el comercio electrónico.
Una semana después, el 7 de noviembre, la red de Cooperación para la Protección del Consumidor (CPC), un organismo de la UE, emitió un informe detallando varias prácticas cuestionables en el funcionamiento de Temu dentro de los países miembros. Según este informe, Temu estaría incurriendo en tácticas que podrían vulnerar los derechos de los consumidores y las normativas europeas:
- Descuentos falsos: Temu habría ofrecido promociones que aparentan ser rebajas significativas, cuando en realidad los precios no muestran reducción alguna.
- Compras bajo presión: La plataforma utiliza supuestos límites de tiempo para ofertas con la intención de crear un sentido de urgencia en los compradores. Sin embargo, las investigaciones revelaron que estos plazos son ficticios y no reflejan la realidad de la disponibilidad de los productos.
- Gamificación forzada: La plataforma incorpora elementos de juego dentro de su aplicación, como ruedas de la fortuna o desafíos, que prometen descuentos o cupones. Estas tácticas, aunque aparentemente inofensivas, podrían considerarse engañosas, ya que buscan influir en el comportamiento de los usuarios para realizar compras adicionales.
- Información incompleta o engañosa: La información proporcionada sobre políticas de devolución es insuficiente y, en algunos casos, incorrecta. Además, Temu no informa de manera clara que las compras deben alcanzar un monto mínimo para ser procesadas, lo que puede generar confusión en los consumidores.
- Reseñas falsas: En algunos países de la UE, las autoridades identificaron reseñas sospechosas de ser fabricadas, diseñadas para mejorar la percepción de los productos y la experiencia del usuario en la plataforma.
- Datos de contacto escondidos: Los consumidores enfrentan dificultades para contactar a Temu en caso de dudas o reclamos. La falta de transparencia sobre los canales de atención al cliente viola los principios de protección al consumidor establecidos por la UE.
Acusaciones contra Shein
La industria de la moda rápida ya es conocida por su huella ambiental significativa, y Shein, con su enfoque en la producción masiva y de alta rotación, ha sido señalada como uno de los actores que más contribuyen a este problema. Entre las acusaciones más relevantes están:
- Producción masiva y desperdicio textil: La compañía lanza hasta 10,000 productos nuevos cada día, lo que significa que promueve un modelo de consumo desechable. Esto genera toneladas de residuos textiles debido a la rápida obsolescencia de las prendas, muchas de las cuales terminan en vertederos o se incineran.
- Uso de materiales no sostenibles: La mayoría de las prendas de Shein están hechas de materiales sintéticos como el poliéster, derivados del petróleo. Estos materiales no solo son altamente contaminantes durante su producción, sino que también liberan microplásticos en los océanos cuando se lavan, agravando la contaminación global.
- Transparencia limitada: A pesar de la creciente presión de consumidores y reguladores, Shein ha sido criticada por su falta de transparencia respecto a sus proveedores, cadenas de suministro y medidas para mitigar su impacto ambiental.
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Por otra parte, también ha enfrentado una avalancha de acusaciones relacionadas con el trato que da a sus trabajadores, especialmente en fábricas subcontratadas en China y otros países. Los principales problemas identificados incluyen salarios bajos con jornadas exigentes, condiciones de trabajo precarias y falta de derechos laborales.
Ante estas acusaciones, adoptó ciertas medidas, como lanzar programas de responsabilidad social corporativa, informar sobre iniciativas de sostenibilidad y asegurar que está revisando sus prácticas de contratación. Sin embargo, estas acciones han sido criticadas como insuficientes o como simples estrategias de greenwashing (lavado de imagen ambiental).
La empresa también enfrenta un escrutinio más intenso debido a su plan de salir a bolsa, un movimiento que requerirá mayor transparencia y cumplimiento de estándares internacionales.
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