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¿Quién se imaginaría que un delincuente podría caber en un bolsillo, dormir con sus víctimas, e incluso mirarlas mientras se bañan? no, el anterior no es un villano salido de un cómic; existe, por más que su poderes parezcan sobrenaturales.
Se trata de los ciberdelincuentes, personas hábiles con la tecnología que son capaces de, por ejemplo, instalar un programa malicioso en el celular de su víctima y así tener acceso remoto a las cámaras del teléfono, escuchar sus ronquidos, ver las fotos y videos que tiene almacenados, e incluso, acceder a cuentas bancarias y dejar el saldo en ceros.
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En América Latina, según datos manejados por la empresa se ciberseguridad Kaspersky Lab, siete de cada diez personas recibirán un ataque informático en 2018, siendo los celulares, computadores y tablets los principales dispositivos utilizados para este fin.
La compañía además reveló que mientras en 2017 lograron registrar, en toda la región, cerca de 60 millones de ataques, para agosto del presente año la cifra ya superó los 160 millones de casos.
“Cada segundo se registran nueve ataques de ‘malware’ -programa malicioso que se instala en los dispositivos de las víctimas-, 31.000 por hora y 746.000 por día”, afirmó Dmitry Bestuzhev, director del equipo de investigación y análisis de Kaspersky para América Latina.
El correo electrónico ya no es la principal fuente de contagio
Años atrás, el correo electrónico se consideraba el principal canal mediante el cual los delincuentes ‘cazaban’ a sus víctimas. Mensajes como el del príncipe nigeriano que regalaba su herencia eran populares en las bandejas de entrada.
“Felicidades, te has hecho merecedor de una millonaria herencia procedente de las riquezas de un príncipe nigeriano. Para recibir el dinero solo debes consignar una pequeña cantidad para costear los trámites de entrega”, un mensaje similar era el que repetía aquella estafa.
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Las investigaciones de Kaspersky han permitido concluir que actualmente la principal fuente de contaminación empleada por los atacantes es la navegación por las diversas páginas de internet o la información almacenada en la nube. En segundo lugar se encuentran los dispositivos extraíbles como memorias USB y micro SD, entre otros.
Para Bestuzhev esto se debe a que plataformas de mensajería como WhatsApp permiten una comunicación más inmediata, factor que ha relegado, en la cotidianidad de las personas, el uso del correo electrónico para comunicarse. Cree que los ciberdelincuentes han tenido en cuenta este factor para lograr una mayor efectividad en sus ataques.
A pesar de la pérdida en su popularidad, los correos electrónicos siguen siendo la principal fuente de infección en ámbitos empresariales, registrando más de 400.000 ataques, mientras que en el mismo contexto la web ha estado involucrada en cerca de 300.000.
No obstante, si la misma persona sale de su oficina y se sienta en el escritorio de su hogar los números cambian, ya que el registro de infecciones vía web en casa ronda los 800.000 ataques, mientras que el correo consolida unos 200.000. La explicación para estos dos polos es la misma: ¿cuál es el medio que más usa una persona según su contexto?
¿Cómo protegerse ante este tipo de amenazas?
Autoridades en materia de seguridad informática concuerdan que unos de los principales blindajes para esto es ser conscientes que el mundo virtual, así como el físico, esconde múltiples amenazas. Solo conocer eso ya hace que las personas desconfíen de las grandes ofertas que los delincuentes usan como anzuelo para capturar personas por internet, así como de tener prudencia al momento de visitar ciertos sitios o suministrar datos personales.
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Además de lo anterior, es una buena práctica instalar programas de antivirus en los dispositivos, eso incluye celulares y tablets. Vale la pena hacer la aclaración ya que encuestas de Eset, empresa de seguridad informática, dejan ver que en América Latina solo una de cada dos personas considera importante tener instalado uno de estos programas en sus teléfonos inteligentes.
Siendo el malware uno de los principales programas usados por los delincuentes informáticos para afectar a sus víctimas, también se recomienda no instalar aplicaciones procedentes de lugares no autorizados, no hacer click en links procedentes de fuentes desconocidas ni descargar archivos de fuentes sospechosas.
Al final del día, las buenas prácticas al navegar por internet y ser conscientes de los peligros que allí se esconden, pueden hacer la diferencia para llegar a ser parte de esas tres de cada diez personas que no serán atacadas en 2018.