Snapchat: ¿de plataforma tecnológica a medio de comunicación?
La empresa introdujo nuevas reglas en su sección de Discover, que buscan un mayor cuidado editorial con la información que se muestra en este apartado.
Redacción Tecnología
Snapchat introdujo esta semana nuevas reglas para la publicación de contenido en Discover, un espacio de la aplicación dedicado a la promoción de material de medios de comunicación reconocidos.
Las nuevas reglas aplican para cosas como la primera foto que ve el usuario de una historia en Discover, con evaluaciones acerca del valor editorial o noticioso de la imagen, entre otros criterios. También se habla de advertencias del medio acerca de la edad apropiada para un cierto tipo de contenido, por ejemplo.
En últimas, lo que Snapchat está haciendo es establecer criterios editoriales para controlar la calidad del contenido que se sube a su plataforma. En otras palabras, se está comportando más como un medio de comunicación, que como una mera empresa de tecnología.
Y esta lógica resulta interesante, pues pareciera ir en directa contravía del discurso de sitios como Facebook que se sigue definiendo como una empresa de tecnología, a pesar del enorme poder que blande en el mundo de la creación y distribución de contenido.
Ahora bien, para ser justos hay que decir que en semanas recientes Facebook abrió un nuevo proyecto para periodismo, que busca mejorar su relación con los medios, así como entregarles mejores herramientas a los periodistas que utilizan la plataforma.
El proyecto es parte de una iniciativa de Facebook para limitar el alcance de las noticias falsas y la información dañina que circula ampliamente en la plataforma; contenido que ha sido visto como uno de los propulsores del ascenso al poder de Donald Trump.
La jugada de Snapchat, por su parte, es algo así como vaciar un arma antes de que cargue y dispare: la plataforma quiere evitar ser el nuevo lugar de difusión de la información falsa o inapropiada y por eso apretó las reglas de conducta para poder publicar en su sección de Discover.
El momento de esta decisión resulta interesante también, pues, como fue reportado en noviembre del año pasado, Snapchat se alista para entrar a cotizar en la bolsa. En el bautismo de fuego que supone la inversión y el escrutinio público, lo último que necesita la empresa es ser un sinónimo de desinformación.
Para ser justos, Snapchat tiende a diferenciarse de otras plataformas sociales en la medida en la que se apoya más en editores y creadores, que sólo en la popularidad del contenido; al menos en lo que tiene que ver con la producción y transmisión de noticias.
Esto no quiere decir que la compañía haya estado exenta de problemas por la información que publica. En julio de 2016, la aplicación fue demandada por ofrecer contenido sexualmente ofensivo como parte de las historias de Discover. La demanda no llegó a juicio gracias a un acuerdo entre las partes.
El cambio en las reglas de juego para este apartado de la aplicación parece responder a un aprendizaje forzoso derivado de esta acción judicial.
Aunque la intención de Snapchat pareciera emanar de un deseo de ser editorialmente responsable, parte del debate con este tipo de plataformas gira alrededor del poder que tienen sobre lo que se consume en internet. En últimas, se trata de una discusión sobre libertad de expresión y libre circulación de la información, dos temas que quedan en manos de empresas con ánimo de lucro cuya primera obligación es con sus inversionistas.
Y no se trata de un poder pequeño: Discover tiene hoy una audiencia de más de 100 millones de usuarios activos por mes; este apartado de la aplicación fue introducido en enero de 2015.
Lo que quizá resulte más importante es que buena parte de esta audiencia son los jóvenes que puede que no consuman contenido directamente de un medio de comunicación, pero sí lleguen a sus historias y sus temas a través de intermediarios como Snapchat.
Snapchat introdujo esta semana nuevas reglas para la publicación de contenido en Discover, un espacio de la aplicación dedicado a la promoción de material de medios de comunicación reconocidos.
Las nuevas reglas aplican para cosas como la primera foto que ve el usuario de una historia en Discover, con evaluaciones acerca del valor editorial o noticioso de la imagen, entre otros criterios. También se habla de advertencias del medio acerca de la edad apropiada para un cierto tipo de contenido, por ejemplo.
En últimas, lo que Snapchat está haciendo es establecer criterios editoriales para controlar la calidad del contenido que se sube a su plataforma. En otras palabras, se está comportando más como un medio de comunicación, que como una mera empresa de tecnología.
Y esta lógica resulta interesante, pues pareciera ir en directa contravía del discurso de sitios como Facebook que se sigue definiendo como una empresa de tecnología, a pesar del enorme poder que blande en el mundo de la creación y distribución de contenido.
Ahora bien, para ser justos hay que decir que en semanas recientes Facebook abrió un nuevo proyecto para periodismo, que busca mejorar su relación con los medios, así como entregarles mejores herramientas a los periodistas que utilizan la plataforma.
El proyecto es parte de una iniciativa de Facebook para limitar el alcance de las noticias falsas y la información dañina que circula ampliamente en la plataforma; contenido que ha sido visto como uno de los propulsores del ascenso al poder de Donald Trump.
La jugada de Snapchat, por su parte, es algo así como vaciar un arma antes de que cargue y dispare: la plataforma quiere evitar ser el nuevo lugar de difusión de la información falsa o inapropiada y por eso apretó las reglas de conducta para poder publicar en su sección de Discover.
El momento de esta decisión resulta interesante también, pues, como fue reportado en noviembre del año pasado, Snapchat se alista para entrar a cotizar en la bolsa. En el bautismo de fuego que supone la inversión y el escrutinio público, lo último que necesita la empresa es ser un sinónimo de desinformación.
Para ser justos, Snapchat tiende a diferenciarse de otras plataformas sociales en la medida en la que se apoya más en editores y creadores, que sólo en la popularidad del contenido; al menos en lo que tiene que ver con la producción y transmisión de noticias.
Esto no quiere decir que la compañía haya estado exenta de problemas por la información que publica. En julio de 2016, la aplicación fue demandada por ofrecer contenido sexualmente ofensivo como parte de las historias de Discover. La demanda no llegó a juicio gracias a un acuerdo entre las partes.
El cambio en las reglas de juego para este apartado de la aplicación parece responder a un aprendizaje forzoso derivado de esta acción judicial.
Aunque la intención de Snapchat pareciera emanar de un deseo de ser editorialmente responsable, parte del debate con este tipo de plataformas gira alrededor del poder que tienen sobre lo que se consume en internet. En últimas, se trata de una discusión sobre libertad de expresión y libre circulación de la información, dos temas que quedan en manos de empresas con ánimo de lucro cuya primera obligación es con sus inversionistas.
Y no se trata de un poder pequeño: Discover tiene hoy una audiencia de más de 100 millones de usuarios activos por mes; este apartado de la aplicación fue introducido en enero de 2015.
Lo que quizá resulte más importante es que buena parte de esta audiencia son los jóvenes que puede que no consuman contenido directamente de un medio de comunicación, pero sí lleguen a sus historias y sus temas a través de intermediarios como Snapchat.