“The Last Guardian”, ¿un sueño hecho realidad?
El juego fue anunciado en 2009. Su enigmático y largo proceso de desarrollo parece no haber desanimado al público, que aún espera con ansia el siguiente proyecto de Fumito Ueda, el popular diseñador de juegos japonés detrás de “Ico” y “Shadow of the Colossus”.
Redacción Tecnología
De la avalancha de lanzamientos y anuncios hechos en apenas un par de días de la Electronic Entertainment Expo, la feria de videojuegos más importante del planeta mejor conocida como E3, quizá uno de los más interesantes es el presunto lanzamiento en 2016 de “The Last Guardian”, que estará disponible para PlayStation 4.
El juego, hasta ahora, ha sido una especie de rumor que, al menos desde 2007, ha estado rondando la industria de los videojuegos. Pero, aún ocho años desde su primera aparición pública (que en su momento no fue más que una noticia sin confirmar alrededor de su desarrollo), el entusiasmo del público parece no haber decrecido.
Buena parte de la emoción alrededor del juego tiene que ver con su desarrollador principal y, claro, con sus anteriores creaciones. Fumito Ueda es el hombre detrás de “The Last Guardian”, así como de “Shadow of the Colossus” (2005) e “Ico” (2001), dos títulos que, de cierta forma, comenzaron a redefinir las barreras y posibilidades de algo que, más que entretenimiento, se ha ido transformando con los años en un vehículo capaz de contar historias plenas en emociones: historias que no parecen hechas por una compañía, sino por un humano, como lo dijo un jugador.
Tanto “Ico” como “Shadow of the Colossus” proponen escenarios en los que, más que aventuras, el jugador es presentado con una especie de rompecabezas bellamente animado, con música sugestiva y acaso ambiental, además de largos silencios; todos estos elementos permiten la conexión del jugador con el escenario del juego en niveles más profundos que la simple conquista de los objetivos planteados por los diseñadores.
“Ico” es protagonizado por un niño llamado así, quien nació con cuernos en su cabeza, lo que es interpretado por su comunidad como un mal augurio. Ico es encerrado en una fortaleza y, luego de un escape inicial, comienza a explorar el lugar hasta que encuentra a Yorda, una niña a quien su mamá planea utilizar como un vehículo para extender su propia vida: Ico debe salvar a Yorda de una serie de criaturas, acaso fantasmagóricas, que buscan devolverla a su madre.
En un mundo plagado de acción a lo grande, de guerras y autos veloces, lo que “Ico” y “Shadow of the Colossus” proponían eran historias minimalistas, con pocos objetivos tal vez. Lo que importa aquí es el camino, quizá no el final. En ese cambio de concepción, y mediante un arte evocador y bien cuidado, el jugador termina formando una especie de vínculo muy íntimo, muy humano, con la inteligencia artificial del juego. “Quería juegos que pudiera mostrarle a quienes no juegan como prueba de que estos puede ser un medio en el que también se puede reflexionar sobre cosas como las relaciones humanas”, escribió un jugador en un foro de “Ico”.
Lo anterior parece también posible para “The Last Guardian”, a juzgar por el tráiler lanzado esta semana por Sony durante su evento en el E3. En éste aparece un niño que, al parecer, está atrapado en las ruinas de una especie de castillo derruido y es perseguido por una suerte de guardias que, al menos a primera vista, parecen hechos de piedra. El niño debe interactuar con una enorme criatura que mezcla rasgos de gato y ave e incluso de dragón, según algunos. Este ser fantástico, conocido como Trico, por momentos será amigo del niño y en otros quizá no tanto.
Y en esta relación ambivalente, acaso posible en su naturaleza inestable, parece estar el verdadero genio del juego. En una entrevista de 2013, Ueda aseguró que quería crear una criatura virtual que se comportara como una real, algo que lo obligaba a evadir “la idiosincrasia irreal de un animal virtual” que generalmente aparece a la hora de crear seres de este tipo. The New York Times describió a “The Last Guardian” como “una película de Hayao Miyazaki en la que se puede jugar”.
“The Last Guardian” parece insertarse en la misma categoría que habitan otros juegos como “Flower” o “Journey”. “‘Journey’ es una metáfora de la vida. El jugador arranca en un sitio anónimo, sin saber quién es, sin poseer un significado. En el desierto conoce a un compañero y todo es muy ligero y brillante: no hay una sensación de peligro o maldad en el mundo. De repente comienza a descubrir las dificultades de la vida y a través de ellas busca algo que podría ser la trascendencia”, es la descripción que el compositor Austin Wintory hace de este videojuego, que logró capturar a una buena parte de usuarios, y de la crítica, con una estética limpia, buena música y una narrativa sencilla, elementos que entregaban una experiencia de juego casi mística, una especie de lugar de reflexión multimedia y animada.
Para todas las promesas que “The Last Guardian” parece guardar, el juego ha enfrentado una serie de problemas que, aunque no son del todo públicos, han retrasado su lanzamiento por lo menos cinco años, pues originalmente debía salir al mercado en 2011, aunque fue anunciado durante el E3 de 2009. Desde entonces, Sony continuó diciendo que el juego llegaría al mercado, aunque no se ofrecían mayores detalles de esto.
El mismo Ueda renunció a Sony en 2011, así como varias personas de Team ICO (el estudio que desarrolló “Ico” y “Shadow of Colossus”). El desarrollador, sin embargo continuó vinculado al proyecto y a lo largo de los años ha repetido que el proyecto continuaba hacia adelante.
El futuro lanzamiento de “The Last Guardian” completa una línea de estrenos anunciada por Sony durante el E3 (que incluye títulos como Dreams, Final Fantasy VII y Uncharted 4) con la que espera mantener su fuerte desempeño en ventas. Hasta hoy, la empresa ha vendido más de 20 millones de consolas PlayStation 4, mientras que Microsoft, su competidor más cercano, llega a los 10 millones de unidades de Xbox One.
De la avalancha de lanzamientos y anuncios hechos en apenas un par de días de la Electronic Entertainment Expo, la feria de videojuegos más importante del planeta mejor conocida como E3, quizá uno de los más interesantes es el presunto lanzamiento en 2016 de “The Last Guardian”, que estará disponible para PlayStation 4.
El juego, hasta ahora, ha sido una especie de rumor que, al menos desde 2007, ha estado rondando la industria de los videojuegos. Pero, aún ocho años desde su primera aparición pública (que en su momento no fue más que una noticia sin confirmar alrededor de su desarrollo), el entusiasmo del público parece no haber decrecido.
Buena parte de la emoción alrededor del juego tiene que ver con su desarrollador principal y, claro, con sus anteriores creaciones. Fumito Ueda es el hombre detrás de “The Last Guardian”, así como de “Shadow of the Colossus” (2005) e “Ico” (2001), dos títulos que, de cierta forma, comenzaron a redefinir las barreras y posibilidades de algo que, más que entretenimiento, se ha ido transformando con los años en un vehículo capaz de contar historias plenas en emociones: historias que no parecen hechas por una compañía, sino por un humano, como lo dijo un jugador.
Tanto “Ico” como “Shadow of the Colossus” proponen escenarios en los que, más que aventuras, el jugador es presentado con una especie de rompecabezas bellamente animado, con música sugestiva y acaso ambiental, además de largos silencios; todos estos elementos permiten la conexión del jugador con el escenario del juego en niveles más profundos que la simple conquista de los objetivos planteados por los diseñadores.
“Ico” es protagonizado por un niño llamado así, quien nació con cuernos en su cabeza, lo que es interpretado por su comunidad como un mal augurio. Ico es encerrado en una fortaleza y, luego de un escape inicial, comienza a explorar el lugar hasta que encuentra a Yorda, una niña a quien su mamá planea utilizar como un vehículo para extender su propia vida: Ico debe salvar a Yorda de una serie de criaturas, acaso fantasmagóricas, que buscan devolverla a su madre.
En un mundo plagado de acción a lo grande, de guerras y autos veloces, lo que “Ico” y “Shadow of the Colossus” proponían eran historias minimalistas, con pocos objetivos tal vez. Lo que importa aquí es el camino, quizá no el final. En ese cambio de concepción, y mediante un arte evocador y bien cuidado, el jugador termina formando una especie de vínculo muy íntimo, muy humano, con la inteligencia artificial del juego. “Quería juegos que pudiera mostrarle a quienes no juegan como prueba de que estos puede ser un medio en el que también se puede reflexionar sobre cosas como las relaciones humanas”, escribió un jugador en un foro de “Ico”.
Lo anterior parece también posible para “The Last Guardian”, a juzgar por el tráiler lanzado esta semana por Sony durante su evento en el E3. En éste aparece un niño que, al parecer, está atrapado en las ruinas de una especie de castillo derruido y es perseguido por una suerte de guardias que, al menos a primera vista, parecen hechos de piedra. El niño debe interactuar con una enorme criatura que mezcla rasgos de gato y ave e incluso de dragón, según algunos. Este ser fantástico, conocido como Trico, por momentos será amigo del niño y en otros quizá no tanto.
Y en esta relación ambivalente, acaso posible en su naturaleza inestable, parece estar el verdadero genio del juego. En una entrevista de 2013, Ueda aseguró que quería crear una criatura virtual que se comportara como una real, algo que lo obligaba a evadir “la idiosincrasia irreal de un animal virtual” que generalmente aparece a la hora de crear seres de este tipo. The New York Times describió a “The Last Guardian” como “una película de Hayao Miyazaki en la que se puede jugar”.
“The Last Guardian” parece insertarse en la misma categoría que habitan otros juegos como “Flower” o “Journey”. “‘Journey’ es una metáfora de la vida. El jugador arranca en un sitio anónimo, sin saber quién es, sin poseer un significado. En el desierto conoce a un compañero y todo es muy ligero y brillante: no hay una sensación de peligro o maldad en el mundo. De repente comienza a descubrir las dificultades de la vida y a través de ellas busca algo que podría ser la trascendencia”, es la descripción que el compositor Austin Wintory hace de este videojuego, que logró capturar a una buena parte de usuarios, y de la crítica, con una estética limpia, buena música y una narrativa sencilla, elementos que entregaban una experiencia de juego casi mística, una especie de lugar de reflexión multimedia y animada.
Para todas las promesas que “The Last Guardian” parece guardar, el juego ha enfrentado una serie de problemas que, aunque no son del todo públicos, han retrasado su lanzamiento por lo menos cinco años, pues originalmente debía salir al mercado en 2011, aunque fue anunciado durante el E3 de 2009. Desde entonces, Sony continuó diciendo que el juego llegaría al mercado, aunque no se ofrecían mayores detalles de esto.
El mismo Ueda renunció a Sony en 2011, así como varias personas de Team ICO (el estudio que desarrolló “Ico” y “Shadow of Colossus”). El desarrollador, sin embargo continuó vinculado al proyecto y a lo largo de los años ha repetido que el proyecto continuaba hacia adelante.
El futuro lanzamiento de “The Last Guardian” completa una línea de estrenos anunciada por Sony durante el E3 (que incluye títulos como Dreams, Final Fantasy VII y Uncharted 4) con la que espera mantener su fuerte desempeño en ventas. Hasta hoy, la empresa ha vendido más de 20 millones de consolas PlayStation 4, mientras que Microsoft, su competidor más cercano, llega a los 10 millones de unidades de Xbox One.