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¿Qué es la web 3.0? ¿Cuáles son sus novedades? ¿Realmente es democrática? Estas son algunas de las preguntas más frecuentes sobre esta red que, según algunos expertos, ya está aquí.
Ezio Rojas, social media manager en Parity Technologies, resuelve las dudas. Para el experto, un sistema descentralizado es también un sistema más seguro, y aunque la web implica retos, también puede traer ventajas para los usuarios que tendrán un rol más activo.
¿Qué es la web 3.0?
Nace como evolución lógica de lo que es el concepto de la Web 2.0, donde se encuentran actualmente la mayoría de las aplicaciones de internet que usamos en nuestro día a día. Redes Sociales, comunicaciones digitales y todo lo demás que nos permite interactuar con Internet y el resto de sus usuarios.
Es un espacio en donde se mejoran las condiciones para los usuarios, ya que se plantea una descentralización para que pasen a ser protagonistas dentro de la web, dejando de lado ese rol meramente de clientes o productos.
Como diría Gavin Wood, quien considero un padre de la Web 3.0, como concepto, es un espacio en donde los usuarios expresan menos confianza en el sistema, ante la demostración de más verdad. “Less trust, more truth”.
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¿Cuáles son sus potenciales?
El principal potencial que podemos ver en la web 3.0 es la de un sistema mucho más democrático, en donde los usuarios pueden tener más poder, una participación directa con los sistemas en los que interactúan. Esto ciertamente traerá una forma diferente de relacionarnos en Internet. En donde no quedamos supeditados a las decisiones de un gran poder centralizado que puede modificar o clausurar nuestra participación de un momento a otro.
¿Qué viene en los próximos años para la web 3.0?
Estamos todavía en una etapa temprana de desarrollo y aplicación de estas tecnologías dentro de nuestro día a día, pero vamos a una velocidad muy alta. En los últimos 20 años hemos visto cómo la tecnología ha avanzado rápidamente, sobre todo la enfocada en el uso de los pequeños consumidores. Teniendo esta realidad en cuenta, resulta difícil mencionar con precisión una previsión exacta de lo que será la web 3.0 en los próximos años.
No obstante, está claro que tendremos una comunidad de usuarios con exigencias más apegadas a lo que ofrece: descentralización, sentido de propiedad ante los sistemas que están utilizando. Y esto es una diferencia importante de lo que vemos hoy en día, en donde los usuarios solo priorizan una buena UX (experiencia de usuario) y poco más.
A partir de la demanda, veremos miles de aplicaciones dentro de lo que conocemos como la web 3.0, aplicaciones que pueden estar hoy en la mente de soñadores y pueden sonar descabelladas ante el público.
¿Cómo podría potencializarse con la implementación de nuevas tecnologías como el 5G, los dispositivos IoT y el metaverso?
Todos los avances de estas tecnologías solo nos llevarán hasta un mundo cada vez más digitalizado. Ya no caben las preguntas de si sucederá, ahora el debate está en cómo sucederá y, justamente, aquí entra la visión y planteamiento de la web 3.0.
En estos momentos la sociedad debe decidir si entrará en un sistema digital centralizado, controlado por un puñado de empresas que explota sus datos e información, o si, por el contrario, se dirige a un mundo digital en donde sus usuarios puedan ser protagonistas y partícipes de las decisiones dentro de estos sistemas venideros.
Tomando en cuenta que la digitalización se deslumbra como algo cada vez más importante, podemos esgrimir que la sociedad está en el momento histórico para decidir entre la democracia o la autocracia de los monopolios digitales.
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¿La web 3.0 marcará el fin del almacenamiento físico de la información?
La desaparición del almacenamiento físico es una ficción. Lo que sucede es que muchos usuarios finales no “almacenan físicamente” y terminan usando una nube de una corporación que les ofrece este servicio. Sin embargo, ¿dónde guarda esta corporación esos datos de los usuarios? En un lugar físico, centralizado, único, en donde está almacenada la data de miles de usuarios.
De hecho, esta “desaparición del almacenamiento físico” que se nos ha presentado por parte de distintas empresas como algo revolucionario, es en realidad un avance terriblemente centralizado. Hace al usuario depender enteramente de las voluntades de una compañía, algo terriblemente autocrático.
La visión de la web 3.0 es, precisamente, devolver el control a los usuarios. Esta visión no encuadra con usuarios renunciando al control de sus datos para entregarla a compañías que ofrezcan servicios en la nube. De esta forma, la evolución a la web 3.0 nos exigirá redefinir la manera en la que almacenamos nuestros datos y cómo los dejamos en manos de terceros.
Ya hemos visto algunos casos de uso interesantes que nos plantean la visión de la web 3.0 en este campo en particular. Por ejemplo, BitTorrent, que a lo largo de sus años de funcionamiento ha demostrado ser un protocolo de intercambio y alojamiento de archivos de forma descentralizada.
¿La web 3.0 tendrá una base importante en el blockchain? Si es así, ¿cuáles serán sus impactos, tanto en la experiencia del usuario, como en las grandes industrias que hoy dependen de la web tradicional?
La tecnología Blockchain, sin duda alguna, es parte fundamental dentro de todo esto. La Blockchain nos permite tener sistemas que puedan trabajar sin depender de la confianza entre los usuarios del ecosistema.
Para explicar más sobre esto voy a tomar prestadas algunas palabras de Gavin Wood, quien al respecto explicó que la Blockchain cuenta con cierto nivel de criptografía, así como permite la construcción de una teoría de juego para sistemas económicos. Todo esto nos permite construir sistemas que dependan de nodos descentralizados que nos lleven a un ecosistema verdaderamente peer-to-peer y sin dependencia de una figura centralizada.
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Esto lógicamente traerá cambios en la experiencia del usuario final, posiblemente en los primeros días tengamos un sistema en donde los usuarios tendrán que asumir más responsabilidades ante la desaparición del ente centralizado y ocupar las funciones de las que muchas veces se encargan empresas. Sin embargo, día a día se está trabajando para lograr que estas funciones realizadas por los usuarios puedan ser tan amigables y sencillas como las que se pueden ver en la web 2.0.
¿Qué tan democrática y segura es la web 3.0 en comparación con la web tradicional?
Gracias a la Blockchain y su implicación en la web 3.0 podemos decir que la misma se plantea para ser mucho más democrática. Se construyen reglas producto de la sociedad, sin un poder centralizado arbitrario que pueda cerrar o modificar lo existente. Además, al estar basada en códigos, es abierta y predecible para que cualquiera que sepa leer los códigos pueda conocer que es lo que está pasando adentro.
En lo referente a la seguridad, al perseguirse un sistema más descentralizado, se logra que el poder no recaiga en un solo lugar, lo que implica eliminar el punto único de falla del sistema. Así se logra brindar más seguridad gracias a que la red no termina siendo soportada por unos pocos usuarios, sino por toda una comunidad.
¿Cuáles serán los principales cambios que veremos con la web 3.0?
Es difícil hablar del futuro, pero podemos hablar de los cambios que ya estamos viendo en este momento. Ya hay un cambio, sobre todo entre las comunidades que se han construido alrededor de estos primeros pasos de la web 3.0, se han logrado abrir espacios que antes estaban para un grupo muy pequeño de personas, superando barreras geográficas e inclusive, regulatorias, que antes impedían al grueso de la población mundial acceder a todas las ventajas en los distintos sistemas. El principal cambio en la web 3.0 está aquí mismo.
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