¿Twitter salta al vacío?: las reacciones por la compra de Elon Musk
Este lunes se conoció que Elon Musk, el hombre más rico del mundo y quien además es la cabeza de Tesla y Space X, comprará Twitter. Las reacciones no se han hecho esperar, mientras algunos celebran y el expresidente Trump dice que no regresará a la red social, expertos y organizaciones alertan sobre lo problemático que podría resultar el cambio.
Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha sido muy crítico con la red social que ahora estará bajo su poder. Incluso ha puesto en duda que sus normas se adhirieran “rigurosamente” al principio de la libertad de expresión. Sus críticas han despertado muchos recelos, incluso entre los mismos empleados de Twitter, preocupados por la posibilidad de que Musk pueda ejercer un poder excesivo en la empresa para cambiar sus normas éticas de publicación.
Tras el anuncio del negocio, Musk dijo que espera que incluso sus peores críticos permanezcan en Twitter “porque eso es lo que significa la libertad de expresión”. “La libertad de expresión es la base de una democracia que funcione, y Twitter es la plaza pública digital, donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”, añadió Musk. Y señaló que con su compra quiere “mejorar” esta plataforma con nuevas funciones, haciendo que los algoritmos sean de código abierto.
Sobre el anuncio, el CEO de Twitter, Parag Agrawal (quien llegó a este cargo en noviembre del año pasado tras la renuncia de Jack Dorsey, cofundador de la plataforma), trinó: “Twitter tiene un propósito y una relevancia que impacta al mundo entero. Estamos muy orgullosos de nuestros equipos, e inspirados por el trabajo porque nunca ha sido más importante”.
No todos los comentarios son tan optimistas.
Más allá de lo financiero (que en eso también hay cuestionamientos) la llegada de Elon Musk a Twitter genera temores. Una de las razones tiene que ver con que no es particularmente adepto a seguir códigos de conducta corporativa, incluso, varios desacuerdos con las autoridades regulatorias parecen pataletas muy costosas. (Lea: ¿Por qué resulta problemática la visión que Elon Musk tiene de Twitter?)
El cambio de dueño tampoco resuelve el problema de moderación de contenido, un tema con el que lidian todas las redes sociales. Como lo dijo hace unos días Shoshana Zuboff, profesora emérita de la Escuela de Negocios de Harvard e investigadora en temas de privacidad e información digital: “de la misma forma como el señor Zuckerberg (fundador de Facebook) se recuesta en la ‘libertad de expresión’ para justificar los flujos de información corrupta e impulsar la extracción de datos, el señor Musk se presenta en el escenario con la misma retórica”.
Sin contar con que una plataforma con el valor y uso de Twitter no debería estar en manos de multimillonarios con inmenso poder económico, e incluso político. Una de las preocupaciones es que la red social pase a ser una aliada del poder y de los negocios, además, que toda esa influencia (que ya es preocupante) repose en los hombros de unos pocos.
Lea: Elon Musk, de excéntrico empresario a hombre más rico del mundo
El periodista estadounidense Anand Giridharadas aseguró que Musk está usando su dinero “para comprar poder y el poder para proteger su dinero, tomar el control de los medios para amañar el discurso, protegerse contra el resentimiento y calificarse a sí mismos como la solución al problema que son”.
También se cuestiona qué tan independiente puede llegar a ser Twitter de los intereses económicos de su nuevo dueño, e incluso de los intereses políticos que pueden atravesarse en los negocios.
“Con todos los deseos comprensibles de una plataforma independiente, descentralizada o incluso organizada públicamente: el tren se ha ido. No tenemos tiempo para construir un nuevo Twitter, todo lo que podemos hacer es luchar por un Twitter gratuito para todos. ¿Ideas de cómo?”, trinó el experto en el tema Mike Swift.
Otro de los cuestionamientos tiene que ver con lo nocivo que puede llegar a ser el discurso de “libertad de expresión” a toda costa que tiene el empresario.
Amnesty Tech de Amnistía Internacional se pronunció al respecto. La directora Rasha Abdul Rahim recordó que en los últimos años han denunciado la persistencia del discurso de odio en la red social, especialmente contra las mujeres y personas no binarias. Pese a los informes y las acciones concretas que han señalado que Twitter debería tomar para abordar el discurso de odio y abuso contra las mujeres, son pocos los avances.
Puede leer: Twitter será comprada por el hombre más rico del mundo, Elon Musk
De ahí que la organización manifiesta preocupación de que se tomen medidas para “erosionar la aplicación de las políticas y los mecanismos diseñados para proteger a los usuarios”. “Lo último que necesitamos es un Twitter que deliberadamente haga la vista gorda ante el discurso violento y abusivo contra los usuarios, en particular contra los más desproporcionadamente afectados, incluidas las mujeres, las personas no binarias y otros”.
La Casa Blanca pide regulación
La Casa Blanca insistió este lunes en su petición de que el Congreso de Estados Unidos apruebe nuevas regulaciones que obliguen a redes sociales a rendir cuentas por “los daños que causan”. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se pronunció poco después de que Twitter anunciara que aceptó la oferta de compra del empresario estadounidense y que dejará de cotizar en bolsa.
Psaki no quiso valorar la “transacción específica” entre Musk y Twitter, pero dijo que sea quien sea el propietario de esa empresa, el presidente estadounidense, Joe Biden, lleva “mucho tiempo preocupado por el poder de las grandes plataformas de redes sociales”.
“(Biden) lleva mucho tiempo diciendo que las plataformas tecnológicas deben rendir cuentas por los daños que causan”, señaló la portavoz en su rueda de prensa. El presidente “apoya rotundamente que se aprueben reformas fundamentales para lograr ese objetivo”, incluidas reformas antitrust que “requieran más transparencia” en este tipo de fusiones o adquisiciones, continuó Psaki.
Biden también cree que debe reformarse la llamada Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996, recordó la portavoz. Esa sección estipula que las grandes compañías de Internet están exentas de casi cualquier consecuencia legal resultante de los contenidos publicados en su plataforma e incluso de sus propias decisiones de eliminar contenidos, porque se supone que son meros intermediarios o canales.
Le puede interesar: Piden a regulador de la Unión Europea indagar a Microsoft por servicio en la nube.
Trump descarta volver a Twitter
Las actuales normas de la red social han llevado a la suspensión de cuentas de figuras de ultraderecha, incluido el expresidente Donald Trump, vetado de Twitter desde enero de 2021 después de que la empresa concluyera que sus mensajes instigaron el asalto al Capitolio. La cuenta tenía casi 89 millones de seguidores.
El expresidente descartó este lunes volver a la red social a pesar de la compra de la plataforma por parte del multimillonario. El líder republicano dijo que usaría su propio sitio web, Truth Social, aunque desde su lanzamiento en febrero solo parece haber publicado una vez allí.
“No me voy a Twitter, me quedaré en Truth”, dijo Trump a Fox News, refiriéndose a la plataforma creada como una alternativa conservadora a Facebook, Twitter y YouTube.
“Espero que Elon compre Twitter porque la mejorará y es un buen hombre, pero yo me quedo en Truth (...) Estamos recibiendo a millones de personas, y lo que estamos viendo es que la respuesta en Truth es mucho mejor que estar en Twitter. Twitter tiene bots y cuentas falsas”, explicó a la cadena.
El grupo progresista Media Matters for America advirtió que Trump podría regresar a Twitter y pidió mantener los estándares actuales. “Cualquier negociación para vender Twitter a Musk debe incluir mecanismos exigibles claros para defender y mantener los estándares comunitarios existentes, incluida la eliminación de quienes violen esos estándares”, dijo el presidente del grupo, Angelo Carusone, en un comunicado.
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Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha sido muy crítico con la red social que ahora estará bajo su poder. Incluso ha puesto en duda que sus normas se adhirieran “rigurosamente” al principio de la libertad de expresión. Sus críticas han despertado muchos recelos, incluso entre los mismos empleados de Twitter, preocupados por la posibilidad de que Musk pueda ejercer un poder excesivo en la empresa para cambiar sus normas éticas de publicación.
Tras el anuncio del negocio, Musk dijo que espera que incluso sus peores críticos permanezcan en Twitter “porque eso es lo que significa la libertad de expresión”. “La libertad de expresión es la base de una democracia que funcione, y Twitter es la plaza pública digital, donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”, añadió Musk. Y señaló que con su compra quiere “mejorar” esta plataforma con nuevas funciones, haciendo que los algoritmos sean de código abierto.
Sobre el anuncio, el CEO de Twitter, Parag Agrawal (quien llegó a este cargo en noviembre del año pasado tras la renuncia de Jack Dorsey, cofundador de la plataforma), trinó: “Twitter tiene un propósito y una relevancia que impacta al mundo entero. Estamos muy orgullosos de nuestros equipos, e inspirados por el trabajo porque nunca ha sido más importante”.
No todos los comentarios son tan optimistas.
Más allá de lo financiero (que en eso también hay cuestionamientos) la llegada de Elon Musk a Twitter genera temores. Una de las razones tiene que ver con que no es particularmente adepto a seguir códigos de conducta corporativa, incluso, varios desacuerdos con las autoridades regulatorias parecen pataletas muy costosas. (Lea: ¿Por qué resulta problemática la visión que Elon Musk tiene de Twitter?)
El cambio de dueño tampoco resuelve el problema de moderación de contenido, un tema con el que lidian todas las redes sociales. Como lo dijo hace unos días Shoshana Zuboff, profesora emérita de la Escuela de Negocios de Harvard e investigadora en temas de privacidad e información digital: “de la misma forma como el señor Zuckerberg (fundador de Facebook) se recuesta en la ‘libertad de expresión’ para justificar los flujos de información corrupta e impulsar la extracción de datos, el señor Musk se presenta en el escenario con la misma retórica”.
Sin contar con que una plataforma con el valor y uso de Twitter no debería estar en manos de multimillonarios con inmenso poder económico, e incluso político. Una de las preocupaciones es que la red social pase a ser una aliada del poder y de los negocios, además, que toda esa influencia (que ya es preocupante) repose en los hombros de unos pocos.
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El periodista estadounidense Anand Giridharadas aseguró que Musk está usando su dinero “para comprar poder y el poder para proteger su dinero, tomar el control de los medios para amañar el discurso, protegerse contra el resentimiento y calificarse a sí mismos como la solución al problema que son”.
También se cuestiona qué tan independiente puede llegar a ser Twitter de los intereses económicos de su nuevo dueño, e incluso de los intereses políticos que pueden atravesarse en los negocios.
“Con todos los deseos comprensibles de una plataforma independiente, descentralizada o incluso organizada públicamente: el tren se ha ido. No tenemos tiempo para construir un nuevo Twitter, todo lo que podemos hacer es luchar por un Twitter gratuito para todos. ¿Ideas de cómo?”, trinó el experto en el tema Mike Swift.
Otro de los cuestionamientos tiene que ver con lo nocivo que puede llegar a ser el discurso de “libertad de expresión” a toda costa que tiene el empresario.
Amnesty Tech de Amnistía Internacional se pronunció al respecto. La directora Rasha Abdul Rahim recordó que en los últimos años han denunciado la persistencia del discurso de odio en la red social, especialmente contra las mujeres y personas no binarias. Pese a los informes y las acciones concretas que han señalado que Twitter debería tomar para abordar el discurso de odio y abuso contra las mujeres, son pocos los avances.
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De ahí que la organización manifiesta preocupación de que se tomen medidas para “erosionar la aplicación de las políticas y los mecanismos diseñados para proteger a los usuarios”. “Lo último que necesitamos es un Twitter que deliberadamente haga la vista gorda ante el discurso violento y abusivo contra los usuarios, en particular contra los más desproporcionadamente afectados, incluidas las mujeres, las personas no binarias y otros”.
La Casa Blanca pide regulación
La Casa Blanca insistió este lunes en su petición de que el Congreso de Estados Unidos apruebe nuevas regulaciones que obliguen a redes sociales a rendir cuentas por “los daños que causan”. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se pronunció poco después de que Twitter anunciara que aceptó la oferta de compra del empresario estadounidense y que dejará de cotizar en bolsa.
Psaki no quiso valorar la “transacción específica” entre Musk y Twitter, pero dijo que sea quien sea el propietario de esa empresa, el presidente estadounidense, Joe Biden, lleva “mucho tiempo preocupado por el poder de las grandes plataformas de redes sociales”.
“(Biden) lleva mucho tiempo diciendo que las plataformas tecnológicas deben rendir cuentas por los daños que causan”, señaló la portavoz en su rueda de prensa. El presidente “apoya rotundamente que se aprueben reformas fundamentales para lograr ese objetivo”, incluidas reformas antitrust que “requieran más transparencia” en este tipo de fusiones o adquisiciones, continuó Psaki.
Biden también cree que debe reformarse la llamada Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996, recordó la portavoz. Esa sección estipula que las grandes compañías de Internet están exentas de casi cualquier consecuencia legal resultante de los contenidos publicados en su plataforma e incluso de sus propias decisiones de eliminar contenidos, porque se supone que son meros intermediarios o canales.
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Trump descarta volver a Twitter
Las actuales normas de la red social han llevado a la suspensión de cuentas de figuras de ultraderecha, incluido el expresidente Donald Trump, vetado de Twitter desde enero de 2021 después de que la empresa concluyera que sus mensajes instigaron el asalto al Capitolio. La cuenta tenía casi 89 millones de seguidores.
El expresidente descartó este lunes volver a la red social a pesar de la compra de la plataforma por parte del multimillonario. El líder republicano dijo que usaría su propio sitio web, Truth Social, aunque desde su lanzamiento en febrero solo parece haber publicado una vez allí.
“No me voy a Twitter, me quedaré en Truth”, dijo Trump a Fox News, refiriéndose a la plataforma creada como una alternativa conservadora a Facebook, Twitter y YouTube.
“Espero que Elon compre Twitter porque la mejorará y es un buen hombre, pero yo me quedo en Truth (...) Estamos recibiendo a millones de personas, y lo que estamos viendo es que la respuesta en Truth es mucho mejor que estar en Twitter. Twitter tiene bots y cuentas falsas”, explicó a la cadena.
El grupo progresista Media Matters for America advirtió que Trump podría regresar a Twitter y pidió mantener los estándares actuales. “Cualquier negociación para vender Twitter a Musk debe incluir mecanismos exigibles claros para defender y mantener los estándares comunitarios existentes, incluida la eliminación de quienes violen esos estándares”, dijo el presidente del grupo, Angelo Carusone, en un comunicado.
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