Twitter: un desastre llamado Elon Musk
Desde la llegada de Elon Musk a Twitter, la red social no ha dejado de ser noticia. Después de despidos masivos, cientos de renuncias y anuncios de Musk, el empresario decidió que las oficinas de la compañía estarán cerradas y las cuentas bloqueadas hasta el lunes 21 de noviembre. ¿Qué está pasando con Twitter?
Desde la llegada de Elon Musk a Twitter, la red social no ha dejado de ser noticia. En esta ocasión se trata de un éxodo masivo de empleados de Twitter, luego de que el nuevo propietario de la compañía les diera un ultimátum mediante un formulario en línea, en donde el empresario les pedía que decidieran quedarse, o no, en lo que él llama “Twitter 2.0″. De lo contrario, hasta este viernes sería su último día de trabajo y recibirían una indemnización por despido, pero no los bonos de compensación que deben entregarse a finales de año.
¿Qué es Twitter 2.0? Nadie lo sabe exactamente, pero incluye la necesidad de ser “extremadamente duro” (“extremely hardcore”, en el texto del correo original) y otra serie de vaguedades y lugares comunes que parecen más la charla de camerino de un equipo deportivo que un plan para manejar una empresa con alcance y responsabilidades globales.
Después de este ultimátum, cientos de empleados comenzaron una renuncia masiva. Hasta la fecha límite de la decisión, Twitter tenía cerca de 2.900 empleados que habían quedado en la compañía luego del despido de más de 5.000 personas cuando Musk asumió su nuevo cargo. En palabras del empresario, su prioridad, como nuevo propietario de la red social es restablecer la cultura laboral de la compañía.
Esa cultura corporativa, por cierto, no tendrá mucho más el influjo directo de Musk, quien esta semana aseguró que prontamente dedicará menos tiempo a la red social para privilegiar sus otros compromisos en compañías como Tesla (que, por demás, lleva varios días hundiéndose en la bolsa). Algunos usuarios de Twitter equipararon esta declaración con el comportamiento infantil de romper algo y salir huyendo.
Los despidos y las renuncias han afectado prácticamente a todas las áreas de la compañía y en todos los renglones de jerarquía y organización. Tan sólo la semana pasada salieron los ocupantes de la dirección de seguridad de la información, de privacidad y de cumplimiento de Twitter.
Esto planteó preocupaciones sobre la capacidad de la empresa para mantener la seguridad de su plataforma y cumplir con las normas reglamentarias. Actualmente, Twitter está sujeto a un decreto de consentimiento con la Comisión Federal de Comercio que regula cómo la empresa maneja los datos de los usuarios y podría estar sujeto a multas por violaciones.
¿Se viene el fin de Twitter?
Después de su adquisición, el 27 de octubre (por 44.000 millones de dólares), Twitter ha estado a la deriva, haciendo cambios agresivos en la forma como verifica y denomina sus cuentas en línea, que en algunos casos han sido reversados en cuestión de días.
Y mientras la empresa emite órdenes y contraordenes es que se han dado las renuncias y los despidos. Para este punto de la historia, Musk decidió que las oficinas de la compañía estarán cerradas y las cuentas bloqueadas hasta el lunes 21 de noviembre. Esto sin ninguna razón aparente.
Musk también ha cambiado radicalmente la cultura de la empresa, eliminando una popular política de trabajo remoto, imponiendo largas jornadas de trabajo y centralizando la autoridad en torno a un pequeño grupo de confidentes, que incluye a su abogado personal.
A su vez, el magnate anunció solo hace unas semanas, que puede que Twitter se esté enfrentando a una posible bancarrota. Según Musk, la red social tiene una carga de deuda significativa por la adquisición. La compañía se ha enfrentado una especie de rechazo por parte de algunos anunciantes que están preocupados por los planes de su nuevo dueño sobre la moderación del contenido.
Desde la llegada de Elon Musk a Twitter, la red social no ha dejado de ser noticia. En esta ocasión se trata de un éxodo masivo de empleados de Twitter, luego de que el nuevo propietario de la compañía les diera un ultimátum mediante un formulario en línea, en donde el empresario les pedía que decidieran quedarse, o no, en lo que él llama “Twitter 2.0″. De lo contrario, hasta este viernes sería su último día de trabajo y recibirían una indemnización por despido, pero no los bonos de compensación que deben entregarse a finales de año.
¿Qué es Twitter 2.0? Nadie lo sabe exactamente, pero incluye la necesidad de ser “extremadamente duro” (“extremely hardcore”, en el texto del correo original) y otra serie de vaguedades y lugares comunes que parecen más la charla de camerino de un equipo deportivo que un plan para manejar una empresa con alcance y responsabilidades globales.
Después de este ultimátum, cientos de empleados comenzaron una renuncia masiva. Hasta la fecha límite de la decisión, Twitter tenía cerca de 2.900 empleados que habían quedado en la compañía luego del despido de más de 5.000 personas cuando Musk asumió su nuevo cargo. En palabras del empresario, su prioridad, como nuevo propietario de la red social es restablecer la cultura laboral de la compañía.
Esa cultura corporativa, por cierto, no tendrá mucho más el influjo directo de Musk, quien esta semana aseguró que prontamente dedicará menos tiempo a la red social para privilegiar sus otros compromisos en compañías como Tesla (que, por demás, lleva varios días hundiéndose en la bolsa). Algunos usuarios de Twitter equipararon esta declaración con el comportamiento infantil de romper algo y salir huyendo.
Los despidos y las renuncias han afectado prácticamente a todas las áreas de la compañía y en todos los renglones de jerarquía y organización. Tan sólo la semana pasada salieron los ocupantes de la dirección de seguridad de la información, de privacidad y de cumplimiento de Twitter.
Esto planteó preocupaciones sobre la capacidad de la empresa para mantener la seguridad de su plataforma y cumplir con las normas reglamentarias. Actualmente, Twitter está sujeto a un decreto de consentimiento con la Comisión Federal de Comercio que regula cómo la empresa maneja los datos de los usuarios y podría estar sujeto a multas por violaciones.
¿Se viene el fin de Twitter?
Después de su adquisición, el 27 de octubre (por 44.000 millones de dólares), Twitter ha estado a la deriva, haciendo cambios agresivos en la forma como verifica y denomina sus cuentas en línea, que en algunos casos han sido reversados en cuestión de días.
Y mientras la empresa emite órdenes y contraordenes es que se han dado las renuncias y los despidos. Para este punto de la historia, Musk decidió que las oficinas de la compañía estarán cerradas y las cuentas bloqueadas hasta el lunes 21 de noviembre. Esto sin ninguna razón aparente.
Musk también ha cambiado radicalmente la cultura de la empresa, eliminando una popular política de trabajo remoto, imponiendo largas jornadas de trabajo y centralizando la autoridad en torno a un pequeño grupo de confidentes, que incluye a su abogado personal.
A su vez, el magnate anunció solo hace unas semanas, que puede que Twitter se esté enfrentando a una posible bancarrota. Según Musk, la red social tiene una carga de deuda significativa por la adquisición. La compañía se ha enfrentado una especie de rechazo por parte de algunos anunciantes que están preocupados por los planes de su nuevo dueño sobre la moderación del contenido.