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La pelea entre Jake Paul y Mike Tyson fue uno de los eventos más importantes del año en el mundo del deporte debido a su organización y toda la promoción a su alrededor. Era el regreso de Iron Mike, leyenda del deporte contra uno de los creadores de contenidos e influenciadores más grandes en Estados Unidos. El show prometía mucho en la antesala del combate.
La promoción funcionó. Según Netflix, la plataforma que logró hacerse con los derechos para trasmitir la pelea a nivel mundial, alrededor de 60 millones de hogares en todo el mundo sintonizaron al momento del evento principal, y alcanzó un pico máximo de 65 millones. De igual forma, aseguraron que el combate femenino entre Katie Taylor y Amanda Serrano, llegó a los 50 millones de espectadores, convirtiéndolo en el evento femenino profesional más visto en la historia del deporte estadounidense.
Asimismo, la pelea se trasmitió en más de 6.000 bares y restaurantes en Estados Unidos, récord de distribución comercial más grande del deporte. “El mega evento de boxeo dominó las redes sociales, rompió récords e incluso puso a nuestros sistemas de almacenamiento en búfer contra las cuerdas”, publicó Netflix en X al día siguiente.
La tendencia de la transmisión también se trasladó a las redes sociales. Durante la velada, el numeral #PaulTyson se convirtió en el tema número uno en tendencias a nivel global en X.
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Este encuentro fue accesible gratuitamente para los suscriptores de Netflix, destacando el interés del gigante del streaming por explorar nuevos formatos, dejando atrás el modelo tradicional de pago por visión.
Con más de 283 millones de suscriptores en más de 190 países, Netflix utilizó este evento como un experimento clave para incursionar en la transmisión de deportes en vivo. Según Paul, los resultados superaron todas las expectativas: “Los números no mienten. Esto es una declaración de que tuvimos la mayor cantidad de espectadores en vivo fuera de Las Vegas en la historia del boxeo estadounidense”, afirmó durante la conferencia.
Sin embargo, la pelea entre Paul y Tyson no estuvo exenta de controversias. Mientras algunos la celebraron como un espectáculo único que fusionó generaciones y atrajo a un público diverso, otros la criticaron por ser más un evento mediático que un enfrentamiento deportivo serio. Los seguidores del boxeo cuestionaron la legitimidad del combate, señalando la marcada diferencia de edad y experiencia entre ambos contendientes. Además, se criticó la tendencia de priorizar el entretenimiento sobre la competencia deportiva, algo que, según algunos expertos, podría desviar el foco de los valores tradicionales del boxeo.
Las fallas técnicas de Netflix
La transmisión en vivo del combate de boxeo entre Mike Tyson y Jake Paul por Netflix se convirtió en un dolor de cabeza para los espectadores, no por la pelea en sí, sino por los problemas técnicos que experimentaron los usuarios. Muchos suscriptores alrededor del mundo se quejaron de constantes interrupciones, problemas de buffering, inestabilidad en la señal y confusión visual que dificultaron enormemente la visualización del evento. A pesar de que la pelea generó sus propias controversias en cuanto a la legitimidad deportiva, fue la calidad de la transmisión la que desató una gran frustración entre la audiencia.
El hashtag #NetflixCrash fue tendencia en X y Downdetector, plataforma de monitoreo de páginas en tiempo real, indicó que recibió más de 1 millón de informes de problemas con Netflix en 50 países, incluidos 530.000 informes en Estados Unidos, y que los problemas alcanzaron su punto máximo alrededor de las 11 p.m., hora en Colombia. “Este es el evento más grande. Hicimos colapsar el sitio”, comentó Paul después de la pelea.
Netflix ya ha tenido problemas con la programación en vivo: el año pasado, la transmisión de la reunión de la temporada 4 de Love Is Blind se retrasó más de una hora por el “colapso de la plataforma”. Desde entonces, el servicio de transmisión en vivo ha aumentado su programación con partidos de golf y tenis de exhibición, programas de entrevistas en vivo y ceremonias de premios, sin mayores problemas. Eso sí, con audiencias mucho más bajas.
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El negocio del streaming pone la mirada en los eventos en vivo
La apuesta de Netflix por transmitir eventos en vivo marca una tendencia creciente entre las principales plataformas de streaming, que buscan diversificar su oferta y captar nuevos segmentos de audiencia. Con el mercado de contenido on demand saturado y una competencia cada vez más álgida, el streaming en vivo se presenta como una oportunidad para diferenciarse y ofrecer experiencias exclusivas en tiempo real. Empresas como Disney+, Amazon Prime Video y Apple TV+ ya han comenzaron a explorar este camino con eventos deportivos, conciertos, y programas interactivos como parte de su estrategia.
Por ejemplo, Amazon Prime Video se ha consolidado como un jugador clave en la transmisión de deportes en vivo, especialmente con su acuerdo para transmitir los partidos del Thursday Night Football de la NFL. Este movimiento no solo atrae a los fanáticos del fútbol americano, sino que también refuerza la fidelidad de sus suscriptores al vincular la transmisión con su ecosistema más amplio, que incluye beneficios de compras y envíos. Por su parte, Disney+ integró los contenidos de ESPN, una de las marcas deportivas de la televisión más reconocidas, a través de diferentes niveles de suscripción para acceder a eventos y análisis deportivos como parte del paquete Disney + premium.
Apple TV+ también dio pasos importantes en este terreno con la transmisión en vivo de partidos de la Major League Soccer (MLS) y un acuerdo con la Major League Baseball (MLB). Estos movimientos indican que el streaming en vivo no solo es un complemento para las plataformas, sino un eje estratégico para conectar con audiencias más amplias y generar ingresos adicionales, como la venta de derechos exclusivos.
Netflix, en comparación, no había tenido el mismo nivel de participación en transmisiones en vivo que las otras plataformas en mención. Sin embargo, Paul vs. Tyson fue una apuesta significativa, que a pesar de algunas fallas, dejó números históricos y difíciles de igualar.
Ahora tiene poco más de un mes para realizar mejoras antes de transmitir dos juegos de la NFL en Navidad, que según fuentes de The Wall Street Journal, pagaron por sus derechos USD $75 millones por juego. A lo anterior, se le debe sumar el acuerdo con la WWE para trasmitir La lucha libre de Raw por los próximos 10 años a partir de enero a cambio de cinco mil millones de dólares.
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