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Durante más de dos años, un pequeño y sigiloso grupo de ingenieros dentro de Google viene trabajando en un software que, según esperan, finalmente sustituirá a Android, el sistema operativo móvil dominante en el mundo. A medida que el equipo crezca, tendrá que superar un debate interno feroz sobre cómo va a funcionar el software.
El proyecto, conocido como Fuchsia, fue creado desde cero para superar las limitaciones de Android conforme se inventan más dispositivos personales y otros aparatos. Se diseña de modo que se adapte mejor a las interacciones de voz y las frecuentes actualizaciones de seguridad, y para que tenga el mismo aspecto en una amplia gama de dispositivos, desde computadoras portátiles hasta diminutos sensores conectados a internet.
Inteligencia artificial
El máximo responsable de Google, Sundar Pichai, ha orientado a su empresa en esa dirección: hacia los servicios de inteligencia artificial que llegan a los consumidores de todo el mundo. Sin embargo, sus sistemas operativos principales, que dependen de decenas de socios de hardware, no se han mantenido a la misma altura.
Esto es lo que ya se sabe sobre Fuchsia: Google, de Alphabet Inc. comenzó a publicar sin demasiado ruido código en línea en 2016, y la compañía ha permitido a los desarrolladores de aplicaciones externos manipular partes del código de fuente abierta. Google también comenzó a experimentar con aplicaciones para el sistema, como pantallas interactivas y comandos de voz para YouTube.
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Pero los miembros del equipo de Fuchsia han discutido un plan más amplio que informamos aquí por primera vez: la creación de un sistema operativo único capaz de ejecutar todos los aparatos internos de la empresa, como teléfonos Pixel y altavoces inteligentes, así como de dispositivos de terceros que ahora dependen de Android y otro sistema llamado Chrome OS, según personas al tanto de las conversaciones. De acuerdo con una de ellas, los ingenieros han dicho que quieren insertar Fuchsia en dispositivos domésticos conectados, como altavoces controlados por voz, dentro de tres años, y luego pasar a máquinas más grandes como computadoras portátiles.
En última instancia, el equipo aspira a que su sistema reemplace a Android, el software que alimenta a más de las tres cuartas partes de los teléfonos inteligentes del mundo, dijeron las fuentes, que pidieron que no se revelara su identidad discutiendo asuntos internos. El objetivo es que eso suceda en los próximos cinco años, dijo una de las personas.
Pero Pichai e Hiroshi Lockheimer, su segundo de abordo, que dirige Android y Chrome, aún no han firmado ninguna hoja de ruta para Fuchsia, dijeron las fuentes. Los ejecutivos tienen que moverse cautelosamente en cualquier plan para revisar Android porque el software admite decenas de socios de hardware, miles de desarrolladores y miles de millones de dólares de publicidad móvil. Android también es objeto de escrutinio normativo y disputas legales para la compañía, lo que significa que cualquier cambio en el software será observado de cerca.
Los reguladores europeos aplicaron el miércoles una multa antimonopólica récord de US$5.000 millones a la compañía por usar el software móvil para extender sus servicios. Dentro de Google, Fuchsia ya enfrenta algunas disputas internas sobre cómo debe diseñarse e implementarse, particularmente cuando se trata de características de privacidad.
Ante el público, la compañía señala a Fuchsia como un ejemplo de su enfoque libre para los productos creativos. "Google ve estos experimentos de fuente abierta como una inversión en innovación", dijo un portavoz de la empresa en un correo electrónico.